miércoles, 29 de noviembre de 2017

Cracker. Gentleman´s Blues

En agosto de 2018 se cumplirán veinte años desde que Cracker editaran aquella maravilla titulada Gentleman´s blues. Esa rodaja hacía la cuarta de su discografía y era una demostración de que esta banda iba en serio. Vinieron para quedarse y afortunadamente siguen entre nosotros a pesar de la que está cayendo en el mundillo rockero para bandas como ellos. Gentleman´s blues es el disco perfecto para conectar con todas las facetas de Cracker. Esta la inmediatez, la urgencia de la que hacen gala como pocas bandas, el eclecticismo bien entendido, siempre sobre base de excelentes composiciones y un sonido meridiano, claro, que hace que escuchar este álbum sea una gozada. Ninguna canción ha perdido un ápice de frescura. Y la producción de Don Smith a la sazón ingeniero de sonido y responsable de las mezclas es fundamental.

Desde que descubrí esta banda uno de los aspectos que más me llamó la atención fue el sonido de la guitarra cortesía de Johnny Hickman, un hacha soberbio de la escuela del menos es más, un tipo con las ideas claras y con un sonido propio y reconocible. Poder degustar a este guitarrista a escasos dos metros en los conciertos es una experiencia que recomiendo a cualquiera que le guste ese instrumento. Y un puto privilegio. Siempre lo digo y me gustaría que no fuese así, pero su desgracia es nuestra fortuna porque ver a una banda de este calibre en garitos para 300 personas como mucho es una puta voladura de cabeza, algo de locos.





Gentleman´s blues tiene uno de esos comienzos atómicos. La perfecta combinación de pop y rock en tres temas a cual mejor y que me parecen perfectos para abrir sus conciertos. Cualquiera es una opción certera: Good Life, Seven Days (con la que abrieron en Helldorado en 2015) y Star. Canciones que deberían haber reventado los charts pero que a duras penas llegaron al Top 200 de Billboard. En un registro totalmente diferente James River es hipnótica con una soberbia interpretación a la guitarra de Hickman y un piano sugerente para acompañar a la voz de Lowery. En esa tesitura se mueve también Lullabye. Canciones minimalistas pero que se te pegan sin remedio. En esta ocasión los coros sencillos, misteriosos le dan un plus total a la canción. 

Pero antes me he dejado otro trío imponente: My Life is Totally Boring Without you, Been Around the World y The World is mine. Qué puedo decir de la primera, favorita personal, una de esas canciones que me viene en cualquier momento y en la que los coros son deliciosos. En Been Around the World de nuevo Hickman la lía con unos punteos estratosféricos en un final de canción irresistible. Es otra de las que me encanta escuchar en directo. The World is mine es directa, un puñetazo en la mesa, arrebatadoramente punk.


No sólo de Hickman voy a escribir. Lowery es fundamental en esta obra magna de la banda. Excepto en tres temas que firma Hickman en solitario (Trials & Tribulations, Hold on myself y Wedding Day) en los otros 13 el amigo David está en la composición y pone su peculiar voz al servicio de casi todos ellos. Y lo destacable del asunto es que no hay canción mala (voy a reconocer que I want out of the circus es la única con la que no conecto) y que hay una variedad estilistica apabullante. El pop y el rock lo llevan en el adn pero es que además la variable country que aporta Hickman y una sorprendente veta soul en varios temas hace que este sea el disco por antonomasia en la carrera de estos tipos.

A pesar de la foto que he puesto el cd que tengo no es original. Pertenece a aquella época en la que grababa muchos discos e incluso fotocopiaba las portadas en color y todo. Por lo tanto no tengo los créditos pero creo recordar que por aquí además de Lowery y Hickman, están Bob Rupe al bajo, Frank Funaro a la batería (otro tipo del que se habla poco y merece mucha más bola) y una pléyade de colaboradores que intimida: Mike Campbell y Benmont Tench de ya sabéis donde, Kenny Margolis o Tommy Stinson (Replacements) y lo que me intriga es de quién son las voces femeninas, mágicas en Hallelujah y Cinderella, un final de película.

Este disco puso fin a la relación de Cracker con Virgin una major con la que en anteriores discos habían hecho vídeos promocionales que gozaron de éxito como Low o I hate my generation pero cuando llegaron a Gentleman´s blues parece que ya no había pasta para soporte audiovisual y por ejemplo el álbum ni siquiera se editó en vinilo. Sería de justicia que para el 20 aniversario del disco se editase en ese formato y se reeditase en cd. Es inconcebible que una ristra de canciones de este calibre sólo esté al alcance del puto Spotify. Porca miseria. So we were standing, like the last rock band in the planet....Vamos, copón!!!!!!