martes, 13 de agosto de 2024

The Black Keys. Ohio Players

Todo los años se habla del disco del verano. Tal vez sea más la canción del verano. En mi casa siempre es el álbum. Ese que me sirve tanto de banda sonora mientras abordo las duras y desagradables tareas del hogar (vestido como Freddie Mercury en I Want To Break Free) pero que también me acompaña en esas imbatibles caminatas por la playa. Este año la palma se la lleva, con creces además, Ohio Players de The Black Keys. Permanezco ajeno a la pequeña polémica que se ha generado con este disco del que al parecer reniegan muchos de sus acérrimos  seguidores. Incluso el el Podcast de Rockzone se han atrevido a titular uno de sus programas ¿Han perdido The Black Keys su mojo? No me preguntan a mí pero les voy a contestar. No. Rotundamente no. 

Vaya por delante que no me encuentro entres los fanáticos de esta banda. Y tal vez ahí está la clave. He seguido su carrera y escuchado todos sus discos pero reconozco que aunque siempre encuentro canciones buenas, incluso muy buenas o excelentes en todos sus discos hasta ahora ningún álbum completo de The Black Keys me saciaba al completo. Algo que me sucede con Ohio Players que me ha entrado fenomenal desde la primera escucha y del que me chifla hasta su portada, deliciosa. No cabe duda de que es un disco con un potencial comercial enorme, por ser quién son y porque las canciones entran con una facilidad pasmosa.

Que me aspen si el trío inicial, This Is Nowhere, Don´t Let Me Go y Beautiful People (Stay High) no son canciones para arrasar en los charts... ¡Dios mío pero que viejuno me he quedado! En los charts.... Pero si ya no hay charts... Bueno, en reproducciones en Spotify o cualquier plataforma de esas...Es más hay canciones que parecen estar hechas para lucir en una película de Tarantino. Eso es lo que me viene a la mente cada vez que escucho Read Em And Weep... Vamos, ¡hazlo Quentin! Y qué me dicen del vídeo de Beautiful People (Stay High) una pegajosa y desinhibida invitación al baile. Mola mucho. 

Una de las contribuciones más inesperadas, sorprendentes y cool del álbum es la de Beck que colabora en la composición de varias canciones como las tres iniciales, ya nombradas, que le sumergen una nube de funk, atmósferas retro y buen pop y en otras donde se recrea mezclando todo eso con el hip hop: Candy and Her Friends o Paper Crown. En la primera con la colaboración del rapero Lil Noid cuya aparición hacia la mitad del tema me ha traído a la mente algún tema el Classic Fantastic de Fun Lovin´Criminals. Ahí queda eso. Y por mi más que encantado. Igual sensación tengo en la segunda en este caso acompañados por Beck y otro rapero Juicy J.

Patrick Carney y Dan Auerbach han grabado un disco refrescante y veraniego, adentrándose con éxito en terrenos comerciales a los que no hago ningún asco. No me sobra ninguna canción, algo que hasta ahora no me había sucedido con ninguno de sus discos anteriores y encima han tenido el buen busto de grabar una versión de William Bell y Booker T Jones, I Forgot To Be Your Lover que encaja perfectamente entre sus excelentes composiciones y en la que por cierto colabora tocando el órgano hammond y haciendo coros Kelly Finnigan cuyo álbum The Tales People Tell recomiendo encarecidamente. Ese tendrá post.