jueves, 9 de junio de 2011

Mike Farris. Goodnight Sun


Uno de los cantantes que más me ha impresionado en directo ha sido Mike Farris. Fue en la Sala Azkena de Bilbao un 14 de febrero de 2004, el solito, acompañado únicamente de su guitarra y del técnico de sonido de la sala que le ayudó con las guitarras en alguna canción. Pero aquel día bastó la voz de Farris para llenar cada rincón del local en uno de los mejores conciertos acústicos que he visto en mi vida. El póster de ese concierto preside mi sala de estar igual que la de un amigo. A la increíble voz de este hombre se le añadió que Farris supo entretener a la parroquia con sus historias y que presentaba Goodnight Sun, su primer disco en solitario que con los años se ha convertido un clásico en mi casa. Tanto el que esto escribe como Susana lo solemos poner a menudo.

Recuerdo que uno de los primeros temas que escuché de este Goodnight Sun fue la versión de Folsom Prison Blues de Johnny Cash que me descolocó bastante pero que con el tiempo se ha convertido en una de mis favoritas. Farris la lleva a otro terreno, la convierte en un lamento soul muy diferente de la original. Supongo que una versión tiene que aportar algo distinto y ésta lo hace con creces. Hay otra cover, Keep you hand on the plow con la que Farris cierra con mucha clase el álbum. Pero lo más jugoso son sus propios temas. Si exceptuamos la curiosa intro Enter y Goodnight sun que canta el peque de Farris, tenemos ocho excelentes canciones.

Para que le echasen una mano con los diferentes instrumentos Farris se rodeó de unos cuantos amigos como el exCuervo Audley Freed que se encarga del solo de guitarra en Sublime, de sus compañeros en los Wheelies, el bateria Terry Thomas, Rick Whitte y Bobby Watkins y del productor Paul Ebersold que le ayudan en algunos temas. El resultado es brillante y no tiene casi nada que ver con los Wheelies. Diferente pero igual de imprescindible. Aquí Farris excepto esas ayudas puntuales es el protagonista absoluto con unas canciones sencillas, melódicas que tienen unos estribillos arrebatadores cantados con la inigualable voz de este tipo. Lejos de la exuberancia y el aire New Orleans de Salvation in lights pero igual de imprescindible que éste.