domingo, 27 de enero de 2013

Arvydas Sabonis, y si.....


Yo tenía diez años cuando Sabonis destrozó el tablero en la final del Torneo de Navidad de 1984 entre la Unión Soviética y el Real Madrid. El club blanco organizaba aquel campeonato amistoso en fechas navideñas y solían emitirlo por la tele. Y no faltaba a la cita. Aquel primer contacto con el juego de este sujeto me dejó noqueado. En 1984 con solo veinte años Sabonis jugaba en el Zalgiris Kaunas y era un portento. Un tipo de 2,20 con una mano prodigiosa, una visión de juego que iba más allá de lo que cualquier otro pívot hubiese hecho antes en una cancha de basket y un poderío físico que le hacía imparable.


La mayoría de los artículos que he leído sobre Arvydas Sabonis han variado sobre la premisa condicional: ¿Y si Sabonis no se hubiese lesionado de gravedad? ¿Qué hubiera sucedido con la carrera de un jugador de esa calidad en plenas facultas físicas? Hay muchas especulaciones de todos los gustos pero nos tenemos que ceñir a lo que fue su trayectoria tal y como la conocemos. Y fue grande, muy grande. Sabonis ha sido uno de los mejores pivots de la historia y uno de los tipos con mejor visión de juego que han pisado una cancha de baloncesto.

Arvydas Sabonis debutó en la mejor liga del mundo en 1995 cuando tenía 31 años y ya lo había ganado todo en Europa donde era el dueño absoluto del cotarro. Su desembarcó al otro lado del Atlántico fue en Pórtland ya que los Blazers fueron el equipo que se hizo con sus derechos y los que pusieron todos los medios para que Arvydas volviese a las canchas tras su grave lesión. Apostaron claramente por él. Invirtieron. En eso los norteamericanos siempre han sido pioneros. Saben cuidar su material. Su llegada a la liga causó impacto y controversia. Recuerdo a Pippen declarando que Sabonis no iba a ser nada más que un trozo de carne y por el contrario al mítico Bill Rusell deshacerse en elogios con el lituano. Al final Pippen rectificó, se rindió al juego del lituano coincidiendo con él en los Blazers y haciéndoselas pasar muy putas a los Lakers de 2000 que luego ganaron el campeonato.

Se puede especular mucho con lo que podría haber sido la carrera de Sabonis pero lo cierto es que si nos ceñimos a lo que sucedió ya es para tenerlo en cuenta. Según los médicos que le trataron desde que Sabonis tuvo su fatídica lesión y demás complicaciones posteriores siempre jugó al 50% de su capacidad. Nunca recuperó toda su capacidad física. Seguramente muchas personas de mi generación recordarán esos años en los que este chico rompió moldes. Con un look de lo más inusual Sabonis empezó a hacer de las suyas: esto es jugar a baloncesto mejor que nadie en el Viejo Continente. Rebotear, asistir, taponar, realizar estratosféricos mates, nada se le resistía. Un jugador imparable y que tenía que tener un destino claro: la NBA.

La burocracia y sobre todo las lesiones le apartaron del sueño americano hasta muchos años después. Su debut en la mejor liga del mundo causó impacto. Sus números en las temporadas en los Blazers hablan por sí solos. Aunque lo mejor es rastrear en Youtube y observar lo que este tío era capaz de hacer en una cancha de baloncesto. Los reticentes tuvieron que admitir que se encontraban ante un tipo superlativo, clase a raudales y caballerosidad. El mejor pívot que ha pisado una cancha de basket.