sábado, 17 de febrero de 2024

El precio de las entradas

Hace unas semanas The Black Crowes anunciaron fechas de su próxima gira europea. La única parada en la península tendrá lugar en el Teatro Romano de Mérida un auditorio con capacidad para unos tres mil espectadores. El precio de las entradas causó cierto revuelo ya que las más baratas eran de 100 euros. Nada comparable a la que se ha montado en redes tras el anuncio de las dos fechas programadas por Pearl Jam en Barcelona en el mes de julio. El asunto adquiere tintes más dramáticos dada la colonia de fans de los de Seatle por estos lares. Más si cabe cuando hace treinta años Pearl Jam planto cara a Tickesmaster porque consideraba excesivo el precio de los gastos de gestión por las entradas. No voy a comentar las cifras de hace treinta años porque nos entraría la risa. 

El asunto del precio de las entradas se ha ido por completo de las manos. Ya hubo una polémica similar con los precios para los shows de Bruce Springsteen el pasado año y lejos de mejorar todo este tinglado va a peor y me temo que va a ir a mucho peor. El Capitalismo lo fagocita todo, absolutamente todo y nadie escapa a sus garras. Los intermediarios se frotan las manos. Reconozco que es algo que me asquea hasta límites insospechados. He caído dos veces pero se acabó. Ni me planteo seguir esa dinámica. Y será por dinero ja ja. Lo que está claro es que todo el mundo en mayor o menor medida cae en el juego... Es el mercado, amigos, decía un asqueroso de uno de los partidos más corruptos de la historia. 

Siempre me han gustado los conciertos en sitios pequeños, gozar de la música cerca y pasármelo en grande. No necesito mucha parafernalia. El Antzoki es el sitio perfecto para mi. En breve Israel Nash. Muchas ganas. Y a veinte euritos. A lo de los Cuervos le vi cierto sentido por ser en el lugar que era, al fin y al cabo los vas a ver de cerca y puede ser una experiencia diferente (aunque sigue siendo muy caro) pero lo de Pearl Jam o Bruce Springsteen es una locura... Y lo más sangrante de todo es que pagas ahora más que nunca cuando los artistas en cuestión  ni de coña están en su prime. Pero a veces se comenten locuras y se cae en la trampa. El autoengaño funciona de maravilla ja ja. De todas formas confieso que a estas alturas no ver a Pearl Jam no me causa ningún trauma. Me jodió mucho más perderme a Allison Russell el año pasado en Madrid, Chris Stapleton el próximo otoño en Dublín o sin ir más lejos a Shawn James que en breve pasará por Zaragoza, Madrid y Barcelona y me es imposible asistir. Allá cada cual con sus movidas ja ja.