sábado, 23 de febrero de 2008

Black Crowes se ponen las pinturas de guerra

Como escribí hace poco en el post sobre Blues Traveler en los noventa y también en la siguiente década se publicaron excelentes discos que en opinión del que esto escribe nada tienen que envidiar a los clásicos de décadas pretéritas. Grupos como The Afghan Whigs, The Jayhawks, Blind Melon, Soundgarden, Screaming Trees o Alice in Chains tienen cada uno dos o tres obras excepcionales que jamás me canso de escuchar.

Lo que ya es más dificil de encontrar en la actualidad es a bandas de largo recorrido, grupos que aguanten el tirón, con una carrera larga de más de diez años. La penosa situación de la industria hace una misión de heróes que existan bandas como Drive By Truckers, Marah o Mother Superior que resisten disco a disco en un entorno muy complicado. Y estas bandas no nos engañemos se mueven a un nivel bastante underground.

Una de las excepciones a lo relatado anteriormente son The Black Crowes. A punto de editar su séptimo álbum de estudio. Los hermanos Robinson han mantenido la banda viva a pesar de su largo hiatus, sin disco de estudio en siete años. Afortunadamente no han finiquitado al grupo. Y se agradece y mucho, porque más allá de que a todos nos gustaría que ahi estuviesen Marc Ford, Johnny Colt y Ed Harsch, lo cierto es que The Black Crowes son una de las bandas más fiables que nos quedan hoy en día.

Desde que pusieron en marcha al grupo a finales de los ochenta, estos dos auténticos arqueológos musicales que son Chris y Rich Robinson han dado forma a una de las formaciones básicas de mi vida. No encuentro ni un disco malo en la discografía de los de Atlanta. Todos tienen excelentes canciones y una ejecución brillante. Mi favorito es el Amorica, y ese por supuesto merece un post para el solito. Mientras tanto estoy esperando Warpaint con verdadera ansia. Ya queda menos, concretamente 9 días, 1 hora, 56 minutos y 1 segundo, cuando termino de escribir esto.