viernes, 5 de febrero de 2016

Jim Lauderdale. Black Roses

Mientras preparas la cafetera, untas las tostadas y pones a calentar la leche es probable que Jim Lauderdale ya tenga compuestos un par de temas. Y es muy posible que ambos sean buenos. Canciones a borbotones. Jim es uno de los compositores más prolíficos de la música actual. Es complicado seguirle la pista porque saca discos todos los años pero la experiencia es una gozada y escribo esto siendo todavía un neófito en su carrera. Tan sólo tengo el disco que editó junto a Buddy Miller, Buddy & Jim,  Patchwork River, Country Superhits Vol I, Memphis, la primera parte de Soul Searching y este atómico Black Roses. Pero es que el amigo Lauderdale tiene más de veinticinco referencias publicadas. Ardua tarea.

Para este álbum Jim se juntó por primera vez con Luther Dickinson (otro metido en mil y un proyectos) que además de tocar la guitarra produce el disco en que a Jim le acompañan Cody Dickinson a la batería, Spooner Oldham al piano y wurlitzer y David Hood al bajo. Un equipo de lujo para dar lustre a un cancionero más que inspirado. Además colaboran en algunos temas Susan Marshall, Shannon McNally y Dan Lavery a las voces, Ian McClagan al piano y la sección de vientos compuesta por Jim Spake y Scott Thompson. Todos al servicio de espléndidas canciones.

Tras escuchar una y otra vez Patchwork River enredé en Youtube para escuchar cómo sonaba este Black Roses. Lo primero que llegó a mis oídos fue No Later Than Soon, el segundo tema del álbum, que me encantó y sorprendió a la vez porque me sonaba diferente a los temas de Patchwork River. Es un tema rasposo, crudo que se te clava como un aguijón con una guitarra portentosa de Luther. Esa misma sensación transmite Throw my bucket down. Dos canciones poderosas, ideales para abrir el álbum. Me ponen brutote.

Ahora mismo esta componiendo otra canción y va a ser buena
En la tercera llega la calma y la sutileza. Pero, ¿cómo es posible hacer canciones con tanta clase como Ride On? Espectacular tema con una sección de viento maravillosa y un piano por ahí detrás increíble. Este hombre es el puto amo. Como he comentado alguna vez con un colega no tendrá una voz espectacular pero no se puede cantar con más gusto. Si en los dos primeros temas parecía cabreado (lo que me encanta) tanto en Ride On como en 13 Clocks (también con seccion de viento) aporta toda la sutileza para bordar dos temas que podrían pertenecer perfectamente a la época dorada del soul, del country soul o lo que sea, dos canciones atómicas.


Con By the horns vuelve a una línea más trotona e igualmente efectiva con unos coros magníficos y también con sección de viento aportando matices que no se perciban en primeras escuchas pero que son fundamentales. La guitarra de Luther esta otra vez increíble. Eso es una constante en todo el álbum. Este hombre puede ser el más pirotécnico del mundo al mismo tiempo que sabe estar contenido y darle a cada canción lo que necesita. Un acierto total. Una asociación que funciona a las mil maravillas y que esperemos que tenga continuación como así compruebo a diario en el también estupendo Memphis, la primera parte de Soul Searching.

When Jones came Home fue el segundo tema que escuché enredando por el tubo y me calenté y acabé comprando el disco por 7 euros con gastos de envío incluidos. Irrisorio. Taking the Rap y Madame Macy son los dos temas más sombríos del álbum. Los que menos me gustaron en las primeras escuchas pero según fui dando cancha al álbum me acabaron encajando perfectamente. En el disco hay espacio también para tres temas directos, de rock´n roll cincuentero como They Have a Saying, By The Yard y Chase me. Irresistibles las tres. Y para finalizar la que da título al disco, Black Roses, un final inesperado, suave, suave, con un registro vocal muy diferente al resto de un álbum a reivindicar hasta el fin de los tiempos.