El film se abre con Good Times, Bad Times en una actuación de la banda mientras se van viendo imágenes de archivo con sucesos de la Inglaterra de mediados de los cincuenta y también a nivel mundial. El contexto es importante, vital y nunca me canso de ver asuntos relacionados con esa época de crecimiento y expansión que siguió a la Segunda Guerra Mundial. Son pequeñas pinceladas que vienen muy bien para situar la historia de estos cuatro tipos que cuando se juntaron fueron capaces de llevar su música a cotas espectaculares.
Hay que aclarar que el documental está autorizado por lo tanto que nadie espere carroña, asuntos de derechos de autor, sexo desenfrenado, drogas a tutiplén y demás mandanga. Es un film meramente musical que pone el foco en como se forjo la banda explicando de dónde procedía cada uno de sus componentes. Y eso es lo que más me ha gustado de la película. Ver a Robert Plant emocionado indicando que fue Little Richard el que le voló la cabeza, comprobar lo mucho que apreciaba Jimmy Page el carácter pionero y rompedor de Lonnie Donegan en la aburrida escena británica, como flipaba John Bonham con los bateristas de James Brown o el entusiasmo de John Paul Jones por el vodevil. Son testimonios genuinos y entusiastas sobre otros músicos.
Algo que ya sabía y que el documental se encarga de reforzar es lo excelentes músicos que eran Jimmy Page y John Paul Jones. Dos tipos obsesionados por la música que desde muy jovencitos se afanaron en practicar y practicar y que sin llegar a los veinte años ya tenían una reputación excelente como músicos de sesión. Sabía que habían participado en multitud de sesiones antes de formar Led Zeppelin pero desconocía que lo habían hecho por ejemplo en el Goldfinger de Shirley Bassey. Ese es otro de mis momentos favoritos del documental, sobre todo por como es explicado por sus propios protagonistas.
Ya que es un documental oficial se agradece que se haya centrado en los primeros años de Led Zeppelin, en realidad en el primer año. Y que todo gire en torno a la música. Lo contrario hubiese sido un error porque nos iban a escatimar toda la carroña que circuló siempre sobre la banda. Otra baza fundamental del film es que cuenta con declaraciones inéditas y exclusivas de John Bonham, que dio muy pocas entrevistas en su vida. Mi sensación tras ver las dos horas de metraje es que el director y los protagonistas han sabido transmitir muy bien su pasión por la música, poner a ésta en el centro y alabar el trabajo de los creadores y las misteriosas y apasionantes sinergias creativas entre músicos. El film tiene varias actuaciones casi completas que son una gozada.
Por lo tanto, lo escrito que nadie vaya a ver el documental pensando que va a encontrar sexo, drogas y rock´n roll, ni mucho menos posibles plagios (danger, danger). Tengo claro que casi todos las películas de este tipo autorizadas por los interesados rehúyen lo escabroso, los claroscuros y no plantean ni la más mínima duda sobre la genialidad de los protagonistas. Así que si eres de los que piensan que Led Zeppelin eran los putos amos y que prácticamente inventaron un género la vas a gozar, si eres como el menda, de los que se deleitan con todo lo que rodea a la música y la gozan observando como los protagonistas rinden tributo a sus héroes también la gozarás. Si antes de ver el documental ya tenía en un pedestal a John Paul Jones mi sensación tras ver el film es que este tipo merece su propia película aunque sea única y exclusivamente versando sobre música.