domingo, 20 de abril de 2008

Elia Kazan, el Oscar y la Caza de Brujas

Cuando en 1999 Elia Kazan recibió de manos de Martin Scorsese y Robert De Niro un Oscar honorífico a toda su carrera en la platea hubo muchos colegas de profesión que no aplaudieron y ni siquiera se levantaron de sus butacas. Kazan llevó toda su vida bien marcado el estigma del traidor durante la llamada Caza de Brujas en el Hollywood de principios de los cincuenta.
Tras la Segunda Guerra Mundial se desató la fiebre anticomunista en Norteamerica. La guerra fría propició esperpentos tan lamentables como la denominada Caza de brujas en Hollywood. Numerosos trabajadores de la industria cinematográfica fueron llamados a declarar ante el Cómite de Actividades Norteamericanas. Algunos lo hicieron gustosos, caso de Gary Cooper o Robert Taylor, otros jamás se plegaron y así les fue.

El caso de Elia Kazan fue el que más eco mediático tuvo. En una primera comparecencia ante el mencionado Cómite el director se negó a dar nombres. Pero pidió comparecer en una segunda y en esta no solo delató a 15 compañeros de haber pertenecido al Partido Comunista sino que además renegó del que fue su partido aduciendo que le habían utilizado para sus fines. A un amigo le dijó que tenía que pensar en sus hijos. Y durante toda su vida fue para muchos el apestado oficial de Hollywood. Sin embargo continúo haciendo películas. ¡ Y vaya películas!

La carrera cinematográfica de Kazan anterior a su delación ante el Cómite ya era más que prometedora. Al menos hay tres películas destacables que aguantan perfectamente el paso del tiempo: Mar de hierba, La barrera invisible y Un tranvía llamado deseo. Otras como Lazos humanos o Pánico en las calles también poseen grandes cualidades. Sin embargo, después de su deplorable comportamiento durante la Caza de Brujas, Kazan rodó sus mejores películas. Incontestables obras maestras llenas de mil y un matices: Viva Zapata, La ley del silencio, Al este del Eden, Río salvaje, Esplendor en la hierba... Casi nada.

Pero volvamos a el día en que le entregaron el Oscar honorífico a su carrera. Kazan había ganado dos estatuillas al mejor director con La barrera invisible y La ley del silencio y su talento cinematográfico había sido por lo tanto reconocido. Mucha gente de la industria veía innecesario rendir un homenaje a un tipo que había tenido un comportamiento censurable hacía casi cincuenta años. Muchos adujeron que si Kazan no hubiese delatado a esos compañeros no habría podido rodar todas esas grandes películas. Otros decían que los que no pudieron hacer ninguna fue precisamente las personas a las que Kazan delató. ¿Qué hubierais hecho vosotros?