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Glenn Hughes se presentó ayer en Barakaldo con la intención de pasar una buena noche en compañia de la música que más le gusta. En sus tres últimos discos ha dado rienda suelta a su pasión por el funk y el soul y sin renegar de su faceta más hard rockera eso es lo que obtuvimos ayer a la noche. Eso y un despliegue de voz apabullante. Mi amigo Robert me dijó "Este cabrón ha hecho un pacto con Satán". Hughes se revolvería con este comentario.
La banda integrada por Maldonado a la guitarra, Matt Goom a la batería y Anders Olinder a los teclados arropó con solvencia la impresionante actuación de Hughes tanto a la voz como al bajo. Cayeron muchos temas de First Underground Nuclear Kitchen. Entre ellos el que le da título, Crave, Love Communion, We Shall Be Free o Oil and Water. Todas sonaron de traca. Los arreglos de viento quedaban bien cubiertos por el teclado.
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