miércoles, 6 de junio de 2012

Donny Hathaway. Everything is everything


Preguntado por la música de Donny Hathaway un amigó me comentó que podría entender que este hombre fuese el cantante favorito de cualquier persona en este mundo. Esto despertó mi curiosidad, sumado a lo que Jerry Wexler escribió en su libro Rhythm and the blues: A life in American Music sobre Donny: "De todos los atributos del canto soul, considero la dulzura el más importante: la dulzura en el carácter vocal, en la lectura de la letra, en el moldeado de la melodía. Sam Cooke fue el gran profeta de esta escuela y Solomon su siguiente gran exponente. Una década más tarde Donny Hathaway elevaría ese estilo, propagando la influencia del soul dulce entre los cantantes actuales"

De modo que mi amigo me paso finalmente un cd que contenía los dos primeros discos de Donny Hathaway y lo cierto es que desde el principio aluciné con la música de este sujeto. Y lo hice por partida doble. Porque me gustaba mucho y porque encontré algo inesperado. Me había hecho a la idea tras leer lo de Jerry Wexler que me encontraría un  estilo similar a Cooke o Burke pero lo de Hathaway no tiene mucho que ver. Partiendo del soul clásico su paleta sonora se abre camino con naturalidad con toques jazzys, ritmos latinos y mucho groove arropando nueve estupendas canciones en su primer disco Everything is everything.


Como indica en el cutre libreto (que hay que leer con la mejor lupa del mecado) Rick Powel percusionista, coproductor y compositor junto a Donny de algunos temas Everything is everything reúne la esencia y filosofía vital de Hathaway. Un músico ambicioso pero con alma y que en este disco logra transmitir buenas vibraciones en todos y cada uno de los temas. Un perfecto equilibrio entre canciones tremendamente contagiosas que parecen jams improvisadas y que rebosan espontaneidad como Sugar Lee y The Guetto y canciones pausadas que hay que escuchar con calma para apreciar todos los matices como esa increíble Thank you Master (for my soul).

El primer tema que me volvió loco fue la inicial Voices Inside (Everything is everything) sobre la que ya escribí un post. Lo merece. Todavía cuando pongo el disco es la clase de canción que escucho varias veces seguidas. Lo mismo que me ocurre con Let´s get it on de Marvin Gaye en el disco de mismo título, con Run-around en el Four de Blues Traveler o con Room at the top en el Echo de Tom Petty. Obsesión. Uno de los muchos aspectos buenos que tiene el disco es que funcionan igual de bien las canciones más movidas con esas baladas tremendas que te ponen la piel de gallina como Je Vous Alme (I love you) o To be young, Gifted and Black.

La voz de Hathaway es una de las armas definitivas del álbum. No es sólo que el tipo cante con sumo gusto y llegué a todas las notas con soltura sino que posee un timbre peculiar, distinto, algo que lo hace especial. Donny está arropado por la indispensable sección de viento que suena de traca y por unas percusiones imaginativas y sumamente pegajosas sobre todo en dos temas: Sugar Lee y The Guetto. También es fundamental en todas las canciones el piano tocado por Donny. Lástima que la reedición que me compré tenga un sonido tan normalito porque escuchando gemas como I believe to my soul dan ganas de reventar los bafles poniendo a tope este artefacto.

Según he leído muchos críticos señalan Extensions of a Man el tercer disco de Hathaway como su obra maestra. También me hice con el y me esta costando más sacarle partido pero poco a poco va calando. Se trata de un álbum muy ambicioso con arreglos muy complicados y que requiere más escuchas pero este Everything is everything es una maravilla en la que perderse y a la que recurrir a menudo. La clase de álbum que captura el alma de un músico y queda ahí para la eternidad. Que se apeguen las luces y suene una vez más. La noche pide discos como estos.