martes, 1 de febrero de 2011

Mike Ness. Cheating At Solitaire



Hace años cuando trabajaba en Gong Records un cliente me preguntó por Cheating at solitaire de Mike Ness. Le dije que ese disco era lo mejor que había compuesto y grabado Mike Ness en su vida, incluyendo toda su apoteósica obra con Social Distortion. Fue una declaración sincera y enérgica. Vamos que solo me falto ponérselo en la mano, besar el disco y decirle hijo mío tienes suerte de poder gozar de este álbum. Pero delirios aparte sigo pensando lo mismo. Y cualquiera que haya leído algo por aquí sabrá que Social Distortion no es que me gusten sino que son una de las bandas de mi vida. Pero este disco ya es la hostia en palabras y música. El chico en cuestión volvió dos semanas después y me confirmó que le encantaba. No se mojó en si era mejor que su obra con Social Distortion y ni falta que hace. A gozar de ambas.

Es la primera vez que escribo dos veces sobre un disco. El honor o la desgracia es para Cheating at solitaire. Un álbum sobre el que tengo absoluta devoción. Como dice un amigo cuando le obsesiona algún disco, vivo en ese disco colega. Ambos siempre hemos sido muy entusiastas en nuestras opiniones y defendemos este con uñas y dientes. Yo lo llevo siempre en el MP4. No pasa mucho tiempo sin que lo escuche y estoy seguro de que mi amigo parecido. De hecho cuando vimos juntos a Royal Crown Revue la primera pregunta que le hizo mi colega a Mando Dorame fue por su participación en esta joya. Si, lo reconozco, estamos como una puta cabra. El incluso peor que yo. Como diría The Man: Get a life!!!!!!!

En alguna entrevista leí a Mike Ness que algunas de las canciones de Cheating at solitaire no hubiesen encajado demasiado en Social Distortion porque aunque la banda californiana ha metido la pezuña en la música de raíces en mayor o menor medida aquí todas se dirigían mas en esa dirección. A estas alturas creo que eso carece de importancia y sinceramente si este álbum en su día hubiese salido con el nombre de Social Distortion para mí no hubiese supuesto ningún trauma. Supongo que a sus seguidores de los inicios y a los que están en el respetable gueto punk rock este disco tal vez les chirríe. A mí me sabe a gloria. Un triunfo doble. Aunar las raíces y la actitud punk. 11 canciones propias entre las que es imposible elegir y 4 versiones muy bien elegidas y ejecutadas.

Las colaboraciones se dejan notar, especialmente el saxo tenor de Mando Dorame. Se presenta marcando diferencias en Misery Loves Company. Hacia la mitad del tema, Dorame te rocía con el saxo y te lleva hasta el final. En la siguiente canción Crime Don´t Pay tras la batería introductoria vuelve a aparecer con fuerza el saxo. El solo de Dorame en este tema suena de traca. Guitarras y saxo en perfecta armonía. Al igual que en Man´s friend donde el comienzo también lo marca un subrayado de Mando y también para variar hay otro solo que te atrapa. Una presencia de diez para el colega de la Royal Crown Revue. Mejor imposible.

Siguiendo con los chicos de la Royal Crown Revuel de Veiko Leppisto se encarga del bajo en todo el disco. Otro instrumentista dotado, con ese feeling necesario para un disco de estas características. Daniel Glass está en la batería en dos de las versiones del disco: You Win Again y Long Black Veil. En ambas deja su impronta. Inconfundible con las baquetas. Sutileza y clase al servicio del capo Ness que desde luego sabe elegir. Brian Setzer rasca con entusiasmo una de sus Gretsch en Crime Don´t PaySpringsteen guitarrea y rabia en Misery Loves Company rejuveneciendo quince años. Además la estrofa que canta le viene al pelo: I used to think that I was a king, Fancy cars, fancy clothes and diamond rings, Yeah but happiness is a funny thing And misery just loves company. En directo Springsteen ha invitado a tocar a Ness en más de un concierto y también a la inversa. Estupendos compañeros de viaje.

Pero por encima de las colaboraciones, todas acertadísimas, de versiones bien elegidas y de músicos de estudio competentes hay que destacar el talento del señor Ness para componer 11 soberbios temas, ricos musicalmente y con unas letras de lo mejorcito del panorama rockero. Desconozco que número de copias despacharía este artefacto y si es poco, mucho o nada conocido entre la amplia parroquia que sigue a Social Distortion pero desde luego yo lo llevo conmigo siempre. Cheating at solitaire, un tributo de Mike Ness a la música de raíces norteamericana, a la serie B y al cine negro. Un disco a reivindicar hasta el fin de los días. Y cuento las horas para hacerme con el último de Social Distortion, Hard Times and Nursery Rhymes.