martes, 12 de junio de 2012

Menos descargas, más escuchas


Hace más de un lustro cuando trabajaba en la sección de discos de unos grandes almacenes cuyo nombre no mencionaré recuerdo que solíamos recibir llamadas preguntando por si había salido tal o cual disco. Teníamos órdenes expresas del jefe de no revelar el precio del artículo en la creencia de que los que llamaban eran de la competencia para poner el producto más barato. Es más incluso el máximo competidor de donde yo trabaja eran otros grandes almacenes que pertenecían al mismo grupo empresarial. Una cosa de locos.

Al responsable de discos de aquellos grandes almacenes se le ocurrió una idea que recuerdo repelió a nuestro jefe. La estrategia consistía en ofrecer a los clientes la oportunidad de pagar una suma fijada de antemano, pongamos veinte euros, de cuantos cds le cupiesen en una mano. La cubeta de donde se cogían los compactos estaba repleta de atrocidades sonoras varias pero sin duda era un reclamo para el personal en unos tiempos en que el valor de la música ya estaba bajo mínimos.

Hoy, seis años después uno de esos grandes almacenes ha desparecido por la cacareada crisis y de la industria discográfica empiezan a quedar los restos del naufragio. Las descargas digitales vía programas tipo emule son una oferta con la que no se puede luchar. Da igual que la mayoría tenga en el ordenador una pila de material que jamás va a escuchar ni ver, lo importante es tener. Son los tiempos que vivimos y todos en mayor o menor medida caemos en ocasiones en esta vorágine sin sentido.

Esta reflexión me viene tras elaborar una megalista con discos que me gustaría conseguir. Siempre he sido de listas. Hace unos años tardaba mi tiempo en conseguir lo que quería y se quedaban cosas fueras. Hoy en día todo esta a tiro de click y parece que eso ha traído consigo escuchar la música de forma diferente. Mejor dicho no escuchar, porque se premia la inmediatez, que entre a la primera. Y toda la vida han existido discos que no entraban a la primera que con el tiempo se revelan esenciales.

Así que he tenido épocas de acumular material que luego no he disfrutado pero cada vez paso más de eso y me centro en unos cuantos discos. Acabo funcionando como si Internet no existiese. De hecho para mi no existe ya que no tengo conexión en casa. No voy a decir que vuelva al pasado, a esos tiempos en los que adquirir un disco formaba parte de un ritual. Esa época en que te aprendía hasta la última letra de cada álbum. Y no es que niegue la validez de la herramienta. Todo lo contrario, pero valoro más saborear la música. Y salgo ganando. No me cabe duda.

Todo esto me ha venido a la mente después de que dos amigos me hayan pasado unos cuantos discos a lo que voy a sacarles jugo: Colin James & Little Big Band, Billy Preston, Lee Fields and the Expressions, Roberta Flack & Donny Hathaway, Chris Robinson, The Staples Singers, Alabama Shakes, Neil Young, The Vegabonds, Howlin Rain, Gregory PorterRaphael Saadiq me esperan y sobre todo a la espera de una jugosa caja de Sam Cooke... Y les voy a dedicar su tiempo para sacarles jugo.