sábado, 23 de abril de 2016

Los Deltonos. Buenos Tiempos

Nunca es tarde si la dicha es buena. Acudo al rico y variado refranero castellano idioma en el que estos cántabros se empeñan con éxito en hacer rock americano. Porque si, definitivamente, el rock americano es posible en castellano. Y de alto octanaje. Tan bueno como el de muchos grupos allende fronteras. Así lo sigo descubriendo haciéndome con todo el catálogo de Los Deltonos, banda a reivindicar hasta el fin de los tiempos. 

Cuando el pasado 4 de marzo acudí a su concierto de Bilbao tan sólo me faltaba este disco, Buenos Tiempos que me llegó al buzón de casa al lunes siguiente. Después del concierto el propio Hendrik me comentó que si le hubiese dicho que iba me lo hubiese llevado él mismo. Un currante de la música que al mas puro estilo Juan Palomo él mismo compone, graba , edita, produce y vende. Con la complicidad de Fernando Macaya (guitarra, coros), Pablo Z (bajo) hasta hace poco Iñaki García (batería)  y hoy en día Javi Arias. Espero que lo siga haciendo con el entusiasmo y pasión que demuestra en cada grabación y concierto. 

Buenos Tiempos (2008) es el álbum que siguió a GT (2005). Pasaron tres años entre ambos, tiempo en el que seguro que tanto Hendrik como el resto de la banda no pararon quietos grabando material con sus respectivos proyectos. A veces los músicos comentan que les viene bien tener sus historias paralelas para volver con las pilas cargadas cuando se juntan. En este caso es así pero elevado al cubo. Buenos Tiempos es el último disco de Los Deltonos que ha llegado a mi casa (por ahora porque en cuanto editen el Six Pack vol II ) cae fijo y la estoy gozando. Ha sido como la traca final, justo después de verles en directo, tras rayar Salud! y disfrutar también con Saluda al Campeón y La Caja de los truenos.

El álbum consta de doce temas y no sobra ni uno. Por ejemplo en La caja de los truenos hay un par de canciones con las que no conecto demasiado aunque el nivel del resto es despampanante, pero es que aquí todas me parecen muy buenas. Es curioso porque en su página web ni La caja de los truenos ni Buenos Tiempos están disponibles. Me he hecho con ambos porque en un comentario en el Facebook en el que me congratulaba por la reedición de Saluda al Campeón les animaba a que hiciesen lo mismo con los mencionados. Entonces me llegó un mensaje privado en el que me indicaban que les quedaban algunas copias de ambos y el primero que compré fue el de La caja de los truenos. Al mes siguiente Buenos Tiempos. Lo mejor estaba por llegar. 


Este disco es una perfecta continuación a lo expuesto en GT. El patrón es el mismo. Rock americano que se bifurca por sus múltiples y atractivas variantes. Tal vez en Buenos Tiempos pese más el lado alegre y optimista respecto a la irresistible melancolía de GT que también tiene sus momentos fulgurantes. El pasado 4 de marzo en Bilbao creo que cayeron cuatro temas de Buenos Tiempos: Repartiendo, Yo puedo sacarte de aquí (si quieres), Discotheque Breakdown y Oscuridad. Tal vez sean los temas más inmediatos para el directo y parece que tanto Repartiendo como Discotheque Breakdown se han convertido ya en dos clásicos del grupo. La primera posee el típico riff efectivo que se te clava a la primera y una letra cachonda y el segundo es uno de esos temas marca de la casa muy definitorio por su letra. Una historia con la que seguro más de un rockero se habrá sentido identificado. Yo puedo sacarte de aquí (si quieres) me descolocó en la primera escucha pero ha terminado convirtiéndose en una de mis favoritas. Cierto toque pop, un piano enriquecedor cortesía de Ivan Castañeda y un estribillo de esos que cantas sin darte cuenta a todas horas. Oscuridad es otra bala certera que se incrusta sin piedad con un encantador riff machacon y otra letra inspirada. No me extraña que todos estos temas se hayan hecho fuertes en directo aunque podrían caer cualquiera de los otros ocho.


El resto no se puede despachar así sin más. Dos de los temas a los que más me costó pillar el punto son Sabanas blancas y No tienes nada. Deliciosas canciones con cierto regustillo a Neil Young & Crazy Horse lo cual es más que bien recibido en mi casa. Ambos con unas guitarras crujientes y unos punteos brillantes y cañeros que me acaban ganando. Junto a Deja Vú son las más largas del disco y cuesta más entrar en ellas pero la recompensa merece la pena. Por ejemplo Deja Vu avanza en un in crescendo impoluto, para terminar de forma brillante, con una sutileza exquisita. Me encanta la interpretación vocal de Hendrik en este tema que se ha convertido en uno de mis favoritos de sus discografía. E impagables los coros de Macaya.

De las que faltan Una última bala es al igual que Yo puedo sacarte de aquí una canción pop pero en este caso con una parte final espléndida con la guitarra de Hendrik Röver entendiéndose a la perfección con el Hammond que por los créditos creo que también toca el propio Hendrik. Un tema que parece que va ir por un lado y se escora hacia otro con brío y un final para enmarcar. Revolución es una de esas canciones por las que pierdo la cabeza. Un tema que me fliparía escuchar en directo con todos su aderezos. Es decir con el piano de Ivan Castañedael OneManMarchingBrassBand Miguel Herrero. Cada vez que Los Deltonos meten sección de vientos en alguna canción lo bordan. 



La trilogía final es imbatible. Esta vez tiene un comienzo efervescente con unos punteos deliciosos a los que se van sumando unas acústicas... luego de nuevo reinan las guitarras eléctricas con una letra que rima a la perfección. Tras cantar la primera estrofa desde el 01:30 aproximadamente hasta el 02:30 la parte instrumental me tiene atrapado... 30 días es pura dinamita. Cuando parece que va a terminar resurge con fuerza inusitada. Una puta gozada. La puntilla la pone Buenos Tiempos, perfecto final. Otra que tarareo a todas horas. Desde luego que son Buenos Tiempos para Los Deltonos y se prolongan desde hace ya mucho tiempo. En fin que si todavía hay alguien leyendo este megatocho recomiendo hacerse con una copia de este disco. Según su web ya no está disponible, una pena que sea así pero siempre podéis preguntar por si acaso. El que esto escribe esta en una nube a la que sube Susana... Salud!


domingo, 17 de abril de 2016

Pearl Jam. Twenty

Esta madrugada me he desvelado por completo y tras dar miles de vueltas en la cama he optado por levantarme con la intención de leer un poco o de ver alguna película a ver si de esa forma cogía el sueño otra vez. Hace poco mi amigo Rober me ha pasado Twenty el documental de Cameron Crowe sobre Pearl Jam y he decidido verlo. Recuerdo que en su día lo estrenaron en cines y tenía intención de ir pero al final no pude acudir. Ha pasado bastante desde su estreno y en este período mi relación con la banda se ha enfriado un poco. Siguen siendo un grupo a tener en cuenta en mi universo y cualquier movimiento que hagan merece mi atención pero reconozco que en los últimos dos años los he escuchado mucho menos que antes. 

Twenty es un buen documental pero esperaba mucho más. Supongo que es complicado condensar en apenas dos horas veinte años de una trayectoria tan intensa como la de esta banda de Seatle. Crowe ha decidido prestar especial atención a los primeros años de la banda, que independientemente de los gustos de cada cual, son para la mayoría de los fans el momento clave del combo de Vedder y cía. Pero tras verlo tengo la sensación de que el director apunta demasiados temas sin entrar en harina realmente en ninguno. 

Entre lo que más me ha gustado ha sido el arranque del mismo. Pearl Jam nacieron de las cenizas de Mother Love Bone la banda de la que Jeff Ament y Stone Gossard eran los principales valedores junto al malogrado Andy Wood. La muerte por sobredosis de éste dejo a Gossard y Ament huérfanos de un cantante con una personalidad arrolladora que estaba destinado a reinar. Era su momento y todo parecía propicio para ello. Cuando se finiquitó esta banda queda claro que tanto Stone como Jeff decidieron pasar página y lo que surgiese, si es que nacía algo iba a ser totalmente diferente. 




La aparición de un tímido Vedder les noqueó desde el principio y poco a poco Eddie dio pasos adelante hasta convertirse en un frontman que se jugaba el físico en cada actuación además de tener una voz más que interesante. Sigue siendo flipante ver lo loco que estaba Vedder en esos primeros años escalando cada vez hacia torres más altas y ofreciendo unos shows salvajes. Toda esa parte está muy bien contada. También pone los pelos de punta ver imágenes de Vedder y Cornell pasándoselo pipa en directo con Temple of The Dog ese tremendo tributo que grabaron los componentes de Pearl Jam y Soundgarden a Andy Wood

Los tres primeros discos de Pearl Jam: Ten, Vs y Vitalogy están muy presentes así como su relación con Neil Young. Se apunta también su conflicto con Ticketsmaster aunque eso por sí solo daría para otro documental y su tensa relación con Kurt Cobain. En conjunto la primera hora del documental te lleva en volandas pero luego pierde fuelle y se dejan de lado o no se abordan con más valentía cuestiones tales como el liderazgo de la banda, inicialmente de Gossard y Ament, a partir de Vitalogy, claramente de Eddie Vedder, se pasa de puntillas por la época de No Code y Yield, ni te cuento por la de Binaural, Riot Act, Pearl Jam o Backspacer y no se le da la suficiente cancha a dos baterías fundamentales en la historia de la banda Jack Irons y el actual Matt Cameron.

Hay un exceso de buenrollismo posiblemente porque el director del documental, Cameron Crowe es amigo personal de la banda desde los noventa y falta más mala leche y entrar en detalles escabrosos. Claro que eso supondría que este documental tendría que haber partido de un entorno independiente y Twenty es una celebración de los veinte años de la vida de la banda. Así que voy a dejar de ser puñetero y me sumaré a la efeméride, al fin y al cabo independientemente de lo más o menos inspirados que han estado en los últimos años siempre he tenido claro que Pearl Jam no han caído en el estado catatónico de algunos de sus contemporáneos.  





jueves, 14 de abril de 2016

The Black Halos. Kafe Antzokia, Goiko Aretoa. 13/04/2016

Sería de agradecer que conciertos como el que hoy se han cascado The Black Halos en la parte de arriba del Antzoki se celebrasen todas las semanas por estos lares. Así, cerquita de casa. En ocasiones lo más básico y primario es justo lo que necesitas. Algo que sabes no te va a fallar. A mi me este tipo de bolos me siguen funcionando a las mil maravillas. Mi colega Rober y yo hemos llegado justo cuando atacaban el primer tema. Y el show ha ido creciendo para terminar siendo una chispeante ráfaga de punk rock en la cara de todo el personal con pogo incluido y con viejos conocidos subiéndose al escenario y lanzándose desde allí al público. Se han reservado para el final Some Things Never Fall, han hecho añicos el Deuce de Kiss y han rendido tributo a Stiv Bators con Ain´t Nothing To Do, ese pedazo de canción de Dead Boys que conocí vía Demolition 23.

Billy Hopeless ha tenido un recuerdo para Kike Turmix, nos ha indicado entre carcajadas que Rich Jones es el idiota del año sumergiéndose en las cloacas con The Black Halos mientras no está con Michael Monroe  y ha puesto su maltrecho cuerpo y una garganta castigada a más no poder al servicio de una hora y cuarto de punk rock auténtico sin aditivos ni conservantes. Una actitud degolladora con cada uno de los temas y una banda que le ha dado la mejor de las coberturas con Star Mafia y Rich Jones brillando a las guitarras y con Sue Gere aportando el bajo y coros con una tremenda cara de alegría. Del único disco que tengo de ellos que recuerdo han sonado No Tomorrow Girls, Jane Doe y Bourbon Street. Pero no estoy seguro porque todo se me ha pasado con una sonrisa en un abrir y cerrar de ojos. ¿Serie B? Posiblemente o Z pero diez euros espléndidamente invertidos.




miércoles, 13 de abril de 2016

Sylvain Sylvain and The Trash Cowboys. Bilborock 12/04/2016

Hace una hora que Sylvain Sylvain se ha cascado un imperfecto, etílico y divertido show en la sala Bilborock. Una pena que hoy no fuese sábado y al día siguiente no hubiese que madrugar para unirse al pequeño jolgorio que se han montado en escena estos piratas. Sabía a lo que iba y el show ha cumplido lo esperado. También mi colega Rober se lo ha pasado pipa. Y nos hemos echado unas risas. Adrenalina y punk rock servidos con cachondeo por el locuaz y comediante Sylvain muy bien secundado por el eterno Peter Pan que es Sami Yaffa, por un zigzagueante Stevie Klasson y con Chris Musto dándole duro a la batería.

Voy a confesar que por un momento he creído que el show iba a degenerar hacia el lado borrachuzo total sin que la música estuviese presente pero todo se ha reconducido a un pequeño concierto vitalista con Sylvain pasándoselo en grande ejecutando de nuevo temas míticos como Pills, Trash o Personality crisis con la que se han despedido tras algo más de hora y cuarto. También han rendido un pequeño homenaje a Velvet Underground que Sylvain ha dicho que eran sus favoritos, con Femme Fatale y Sylvain nos ha recordado que todo el punk rock le debe mucho al gran Eddie Cochran. Estoy de acuerdo. Mañana más con The Black Halos en el Antzoki.

sábado, 9 de abril de 2016

Demolition 23. You Crucified Me

Es curioso pero cuando mi amigo Rober me grabó este disco a mediados de los noventa la única canción con la que en las primeras escuchas no conecté fue You Crucified Me. Respecto a las demás es junto a Deadtime Stories la menos punkarra y visceral pero es igual de buena que el resto. Con el tiempo se ha convertido en una de mis favoritas aunque éstas cambian cada día porque Demoliton 23 es un disco en el que perderse una y otra vez y que no me canso de escuchar jamás. Hace poco se lo grabé a un colega del curro y flipo, me dijo pero muchacho, ¡esto lo tiene todo! Este artefacto se debería reeditar pero ya. Imprescindible.




Good intentions pave the road to hell
Can't reform the faithful infidel
When's love's a creature comfort of the night
It leaves you cold to face the morining light
YOU DRINK MY BLOOD
YOU ATE MY FLESH
YOU ROLLED AWAY THE STONE
YOU WOKE THE DEAD
YOU SAID WE'D LIVE FOREVER
BUT INSTEAD
YOU CRUCIFIED ME
You came you saw you conquered now you fall
Everything for nothing none for all
Grand delusions up against the wall
The legend grows the picture just gets small

domingo, 3 de abril de 2016

Nick Tosches. Fuego Eterno. La historia de Jerry Lee Lewis

En el prólogo de Fuego eterno la biografía que sobre Jerry Lee Lewis escribió Nick Tosches en 1981, Greil Marcus, uno de los totems de la critica musical norteamericana señala que este libro no sólo es la mejor biografía que se haya escrito nunca sobre un músico de rock sino que además debe ser considerado una obra literaria mayor. El día que este artefacto aterrizó en la librería y leí ese primer párrafo de Marcus las ganas que tenía de leerlo se dispararon por completo. Además en el Ruta 66 de marzo una pequeña columna de Ignacio Julia animaba a sumergirse en el comparando la destroyer vida de Lewis con la de otros contemporáneos con mucha fama al respecto pero que le hacen los recados al Killer en cuanto a excesos y desvarios se refiere. 

Ante expectativas tan altas las primeras 70 páginas aproximadamente me han descolocado por completo. Fuego eterno se aleja de cualquier otro libro que haya leído sobre un músico o banda. Tiene un enfoque diferente, indudablemente literario y esta prodigiosamente escrito. En esas páginas lo que Tosches nos cuenta con tino es la vida de los antepasados de Jerry Lee Lewis, casi todos unos atrapados de cuidado por resumirlo de forma chusca. El autor escarba en unos antecedentes plagados de jugadores y bebedores empedernidos acompañados por sus biblias y su asambleas de Dios en un cóctel explosivo del que Jerry Lee Lewis sería años después el representante más célebre y desquiciado. Un apellido familiar me ha llamado la atención. Se trata de Jimmy Swaggart un telepredicador al que si mi memoria no me falla The Man dedicó un No Me Judas Satanas en Popular 1 hace unos lustros. 

Este libro sobre Jerry Lee Lewis se publicó en Estados Unidos en 1982. Si lo hubiese leído ese año me hubiese sorprendido que Lewis estuviese vivo. Que el pasado 25 de septiembre Jerry Lee haya cumplido 80 años es absolutamente delirante. La cantidad de alcohol, estupefacientes diversos y medicinas alternativas que ha ingerido este sujeto desafían a la ciencia. Tosches señala numerosas incidencias al respecto y las cuenta con suma gracia no exenta de elegancia.

En toda biografía suele haber claroscuros. Nadie es bueno o malo solo. Todo el mundo tiene sus contradicciones pero a Jerry Lee estas le torturaban de forma brutal. El tema de Dios para aquí, Dios para allá le traía frito pero siempre ganaba Satán, de calle además. El propio Lewis afirmaba respecto a su apodo Killer que se lo tenía merecido: Odié ese maldito apodo desde que era niño, pero no hubo forma de quitármelo de encima. No creo que lo utilizasen en el sentido de asesino, ni que yo fuera por ahí matando gente. Creo que lo decían en sentido musical. Aunque es verdad que soy un hijo de puta de lo más cruel.

Tosches escarba en las raíces de la música de Jerry Lee Lewis que se encuentran como era de esperar en sucias cantinas regentadas y frecuentadas por negros que el pequeño Lewis visitaba asiduamente en lugar de ir a la escuela. Al Killer le atraía el lado chillón y diabólico de todas esas canciones que salían de los tugurios más infectos. Y pronto desarrollo una habilidad pasmosa al piano para centrifugarse cualquier canción con su peculiar estilo. Siendo adolescente se cepillaba a quien se pusiese por delante ya fuese con el piano o en otras lides. 

Sus años en Sun están perfectamente documentados y contados. Su alianza con el sello de Sam Phillips dio joyas que a día de hoy siguen sonando poderosas. Y su posterior reconversión al country da mucho juego también. Hoy en día parece algo evidente pero tras los inicios rockanroleros de Jerry Lee había muchas dudas de su capacidad para tener éxito en ese campo.

Las relaciones con las mujeres son a cual más delirante y extravagante. La palma se la lleva la boda con su prima de 13 años Myra Gale, causante del hundimiento de su carrera cuando al realizar una gira por Inglaterra en 1958 saltó el escándalo con la prensa británica haciendo sangre como si no hubiese mañana. Tanta saña pusieron que Jerry Lee tuvo que cancelar conciertos en esa país y salir por patas. A su regreso le esperaban los periodistas norteamericanos con la artillería preparada. Tosches cuenta de forma estupenda este suceso. Lewis lejos de amilanarse, se venía arriba. No había tipo más chulo y desafiante que el. Cuando un periodista del Daily News le preguntó si no le parecía extraño que un hombre se casara con una niña de trece años, Lewis alzó la voz y le dijo: Anote esto. Es una mujer.


Curiosamente en el mismo lugar donde comenzó su declive se inició de alguna forma su resurrección ya que fueron unas cuantas giras por Inglaterra las que levantaron la carrera de Lewis de nuevo junto a su apuesta por el country a sugerencia de un viejo conocido. Aquellos años en Mercury se saldaron con unos cuantos discos country que según cuenta Tosches son referencias obligadas en su carrera. 

El arranque de Fuego eterno es espectacular con la legendaria anécdota de la noche en la que Jerry Lee Lewis se presentó armado y hasta las trancas de alcohol y diversas sustancias en Graceland para hacer una visita a su odiado rival Elvis Presley. Vamos a finalizar con la finura de Lewis: El puto Elvis Presley de los cojones, viviendo ahí en esa maldita mansión como si fuera Dios, cuando no era más que un viejo drogadicto gordinflón que se teñía el pelo igual que una puñetera mujer... Good vibrations.