viernes, 28 de enero de 2011

Steve Buscemi Rules!!!!!!


Algunos actores parece que no están llamados a ejercer de protagonistas. Suelen tener un rostro poco agradecido, raro, difícil de clasificar. Y esa suele ser la principal pega al mismo tiempo que se convierte en su mejor arma. Un arma infalible. Porque cuando aparecen en pantalla no puedes evitar dirigir tu mirada hacia ellos. Porque roban el plano a lo protas. Porque tienen algo especial, algo que les hace imbatibles. Me estoy refiriendo a tipos como Walter Mathhau, Christopher Walken, Chris Cooper, John Turturro o el protagonista de esta entrada Steve Buscemi. Parece que ahora al bueno de Steve le ha llegado el momento de encarnar al protagonista en este caso de una serie que cuento los días para que aterrice en mi reproductor dvd Boardwalk Empire. Pero mientras uno de mis camellos me la proporciona me apetece escribir sobre el bueno de Buscemi.

Mi fijación por este tipo se inició en Ghost World. En ella Buscemi encarnaba a Seymour, un cuarentón solitario que acude citas a ciegas y que llena los huecos que su destartalada vida le deja con viejos vinilos de blues y objetos antiguos. Todo un freaky, vamos. Pero con un encanto especial. Steve lo borda algo que me imagino intuía el que hizo el casting. Anteriormente ya había llamado mi atención con su personaje en Reservoir Dogs y en Fargo de los Cohen pero fue Ghost World la que le elevó definitivamente. Y es que el personaje que interpreta, si, es un freaky, si, es un lobo solitario, un tipo fuera de este mundo, pero tan entrañable que es imposible no cogerle cariño. La película es de 2001 y ese mismo año todos sabemos lo que ocurrió el once de septiembre. Buscemi, natural de Nueva York, que había sido bombero en Little Italy antes que actor acudió a echar una mano como tantos de sus vecinos y se implicó posteriormente para ayudar a las familias que habían padecido la tragedia. Lo hizo a su forma sin conceder entrevistas ni darse publicidad. Se supo después. Un tío con clase.

Ahora parece que le llega el reconocimiento tras haber ganado el Globo de oro al mejor actor de serie dramática por Boardwalk Empire. Y me alegro porque el tipo se lo ha currado de lo lindo. Sus apariciones en las series Los Soprano y 30 Rock fueron antológicas y su filmografía habla por sí sola. Ha participado en unas cuantas películas con los hermanos Coen compatibilizándolo con incursiones en grandes producciones que le permiten seguir trabando en otras más independientes y de su gusto, siempre poniendo su peculiar careto y sobre todo su profesionalidad en las manos de director. Además ha dirigido películas y cortometrajes y algunos memorables episodios en series como Los Soprano o Enfermera Jackie. También ha participado en documentales sobre el once de septiembre, Joe Strummer o John Cazale. Un sujeto con interesantes inquietudes. Y que ahora obtiene un reconocimiento mayor pero que afortunadamente siempre ha contado con el aprecio de sus compañeros de profesión y con seguidores por todo el planeta. Incluso con un excelente blog en castellano, Steve Buscemi Blog. Como gritaba el personaje de Robbin Williams al de Jeff Bridges en El rey pescador: Yo quiero a este tío!!!!!!!!!!

miércoles, 26 de enero de 2011

Bryan Adams. Kids Wanna Rock


Hoy es el cumpleaños de un amigo de los días de la escuela. No es fácil mantener la amistad con alguien durante tanto tiempo pero a veces sucede. Aunque escuchemos muchas bandas y cantantes a mi colega siempre le relacionaré con Bryan Adams. Con aquel tipo que rockeaba de verdad. Lo juro. Yo lo vi. Asi que a su salud, para que lo celebre por todo lo alto y siga rockeando, este tema nos viene al pelo. Zorionak y KIDS WANNA ROCK!!!!!!!!
Turned on the radio
Sounded like a disco
Musta turned the dial for a couple of miles
But I couldn't find no rock n' roll
This computerized @#!@ ain't gettin' me off
Everywhere I go - the kids wanna rock
London to LA


Talk about the New Wave
For a couple of bucks ya get a weird haircut
And waste your life away
Around the world or around the block
Everywhere I go - the kids wanna rock

Get me my DJ
I got somethin' he's gotta play
Wanna hear it I can't wait
So turn it up - turn it up...
Kick down the barricades
Listen what the kids say
From time to time people change their minds
But the music is here to stay
I've seen it all from the bottom to the top
Everywhere I go - the kids wanna rock
Around the world or around the block
Everywhere I go - the kids wanna rock
Everywhere I go - the kids wanna rock

jueves, 20 de enero de 2011

Cracker. Sunrise In The Land Of Milk And Honey

Las últimas veces que Cracker se han pasado por estos lares me los he perdido. Y me ha jodido un rato porque son una banda a la que tengo mucha estima con unos cuantos discos imprescindibles. Mi favorito sin duda es Gentleman's Blues pero tanto el controvertido Forever como Golden Age tienen momentos muy buenos. Y a ellos se suma su ultimo disco de estudio. Data de 2009 y se titula Sunrise In The Land Of Milk And Honey. Como tantas otras obras dormía junto a otros archivos en el PC. Tras escucharlo unas cuantas veces cuando me lo paso mi camello lo abandoné y lo rescato de nuevo en mi flamente Mp4. Los tiempos están cambiando.

Frente al experimental, irregular y poco inspirado Greenland (2006) Sunrise In The Land Of Milk And Honey suena a gloria. Consta de 11 canciones que nos muestran a una banda que todavía tiene mucho que decir. Directos y espontáneos. Encuentro unas cuantas canciones que se te quedan fácil y perduran. Píldoras vitamínicas y muy bien ejecutadas por estos tipos. Como siempre me encanta el trabajo de Johnny Hickman a las guitarras. Uno de esos hachas que supongo jamás saldrá en la portada de ninguna revista para guitarristas pero que sabe lo que se hace. El otro líder de la banda, el cantante David Lowery interpreta con su habitual brío, con ese tono macarra, ue parece que te está echando la bronca. Siempre parece estar de mala hostia. O eso me parece a mi. Y me encanta.

Los dos primeros temas Yalla Yalla Let´s go y Show me how this thing work tienen cierto toque punk con unos coros quedones y simpáticos. Una muy buena forma de abrir el disco. Con agresividad. El tercero, Turn out, Tune in, Drop out with me comienza con piano, suave, se va entonando y es el primer gran tema del disco. Joder! Yo creo que esta canción lo tiene todo para ser un éxito. Pero eso hoy en día como está la industria discográfica es una quimera. Tal vez We All Shine a Light y Hand Me My Inhaler son los que menos me convencen. Pero recuperan el nivel y de qué forma con Friends. Los Stones tienen Far Away Eyes y Cracker Friends. Cojonudo. Motivo de celebración. ademas colabora Patterson Hood de Drive By Truckers.

I Could Be Wrong, I Could Be Right y Time Machine dan paso a una trilogía final perfecta que me deja un regusto inmejorable. Encabezadas por la enérgica Hey Bret (You Know What Time It Is) con esa armónica de inicio, pasando por la delicia acústica Darling One hasta llegar a la que da título una brillante Sunrise In The Land Of Milk And Honey. Lo han vuelto a conseguir. Desde el ya lejano Gentleman's Blues lo mejor que han grabado Cracker.

martes, 18 de enero de 2011

Dennis Lehane. Mystic River


Me ha dado por volver a leer ficción. Excepto alguna novela de Paul Auster en los últimos años me he centrado en devorar libros sobre cine y música. Jugosas biografías, ensayos, todo tipo de material para saciar mi voraz apetito de carroñas varias. Pero llevo ya unas cuantas semanas en las que he recuperado mi gusto por la lectura de novelas. Durante muchos años las leía habitualmente. Sobre todo en mi época universitaria. Ir a la biblioteca para mí se convertía en un peligro. Por varias razones. A veces me encontraba con algún amigo y hacíamos los descansos juntos. Un pitillo seguía a otro y la charla se prolongaba más allá de los quince minutos que habíamos establecido. Y después no fallaba mi husmeo por la sección de novelas. Siempre me gustó y lo sigue haciendo ir a la biblioteca y fiarme de mi instinto. Leer una contraportada con una breve sinopsis me ha resultado un buen método para descubrir unas cuantas joyas y también algún que otro bodriete.

El último libro que he leído ha sido Mystic River. Rara vez suelo leer una novela si ya he visto la película y menos si ésta es tan buena como Mystic River. Pero buceando por diversos blogs de literatura ( en breve pondré los links) he leído muy buenos comentarios sobre Dennis Lehane, autor de Mystic River, Shutter Island, Gone Baby Gone (las tres llevadas al cine) y de otra a la que le tengo muchas ganes de echar al guante, Cualquier otro día, elegida como la mejor novela de 2010 por el Gremio de Libreros de Madrid y cuyo argumento me atrae mucho. No se cuándo me podré hacer con ella pero mis ganas han aumentado tras disfrutar mucho con la lectura de Mystic River.

En la Biblioteca de mi pueblo la tienen colocada en la sección de novela negra que siempre es la primera que miro. Es mi género favorito. Y esta novela encaja a la perfección en él. Dura, áspera, sin concesiones, tiene el poderío de los grandes autores. Esos que son capaces de que te metas en la historia, de que quieras seguir leyendo. Más allá del interés por conocer el desenlace de una trama de asesinato, por otro lado lado tremenda, Lehane es muy hábil creando personajes. Te resultan creíbles y tienen una evolución lógica porque son tan contradictorios como cualquiera de nosotros. Porque se ven abocados a una vida que en muchas ocasiones les patea el culo y no tienen más remedio que salir como pueden del embolado en cuestión.

Mistyc River es una fascinante novela sobre la amistad, el amor y la infancia. Allí donde se forja la personalidad y donde está el germen para que luego se produzca el cortocircuito. Los tres protagonistas del libro son por diferentes motivos personas desoladas que buscan vivir aparcando lo desagradable que les rodea. Lehane suele incidir en los primeros años de vida de sus personajes para de alguna manear explicar cómo se desenvuelven posteriormente en su vida adulta. Pero lejos de turras psicológicas y análisis freudianos de medio pelo. Además sabe cómo construir una trama entretenida y atmosferas concretas con credibilidad. Por momentos leyendo Mystic River me ha venido a la mente uno de mis libros favoritos de toda la historia, A sangre fría de Truman Capote, asociación que me imagino le gustaría a Lehane si leyese esto. Afortunadamente no lo hará y empleará su tiempo en algo mucho más valioso: seguir escribiendo espléndidas novelas como Mystic River.

jueves, 13 de enero de 2011

Atrapado por su pasado

Desde que tengo uso de razón siempre me han gustado las películas de gansters. No sé de dónde viene esa fascinación por tales sujetos indeseables, siempre al margen de la ley, prestos a apretar el gatillo en cuanto alguien se sale de su peculiar código. Pero lo cierto es que desde los más sofisticados e impenetrables de El Padrino, pasando por los bocazas callejeros de Uno de los nuestros o Los Soprano, los extraños y místicos de Muerte entre las flores, siguiendo con los tirados de Donnie Brasco e incluyendo a los portorriqueños de Atrapado por su pasado. De esta última me apetece escribir hoy porque la he vuelto a ver sin que haya perdido nada de su encanto.

El embrujo sigue desde el día que la vi con Susana en una sesión a la una de madrugada en el Coliseo Java de Portugalete. Ver una película de este calibre a esas horas en la pantalla de un cine tiene un componente especial. Mi recuerdo es buenísimo y a día de hoy la tengo en la lista de mis favoritas de todos los tiempos y desde luego para mí el mejor film de Brian De Palma. A este director a menudo se le ha etiquetado como el más irregular y poco personal de los de la generación de los 70 (Coppola, Scorsese, Lucas o Spielberg) pero en su haber cuenta con aciertos tan rotundos como Atrapado por su pasado, El precio del poder o Los intocables de Elliot Ness.

Atrapado por su pasado me parece su mejor película por varios motivos. El principal es que en este film De Palma es capaz de sumar a su innegable manejo de las escenas de acción un brillante tratamiento de los personajes y un inusual acierto para las secuencias más intimas. A lo que hay que añadir que nos encontramos ante una de las cinco mejores interpretaciones de Al Pacino en su carrera (y eso es tela), a un Sean Penn tremendo y al despunte de dos actores que han dado mucho juego con los años John Leguizamo y Luis Guzman. Sin olvidar a la bella Pennelope Ann Miller perfecta también en su papel de Gail la novia de Carlito Brigante (Al Pacino).

El film posee la impronta del cine negro y varios de sus ingredientes más habituales. El más atractivo para mi es en el que se sustenta el film cuyo título en castellano nos lo explica perfectamente porque en efecto, Carlito Brigante (Al Pacino) es un tipo atrapado por su pasado que pesa como una losa y del que sabemos desde el principio que no se va a poder librar. Lo mismo que le ocurría a Jeff Baley (Robert Mitchum) en Retorno al Pasado y a tantos otros antihéroes del cine negro. El pasado del que no se puede escapar que te persigue hasta el final, mejor dicho que te lleva al final, a un sitio desde el que no puedes volver. La forma en la que De Palma nos presenta la película no es novedosa pero en su día generó polémica ya que en la primera secuencia del film vemos a Carlito recibir un disparo a bocajarro y a continuación ser trasladado en una camilla hacia las urgencias de un hospital. Está claro que la va a palmar. Pero entonces empieza a recordar y mediante un flashback se nos va a mostrar cómo llegó hasta allí.

Esta situación no es nueva en el cine. Nos acordamos de El crepúsculo de los dioses de Billy Wilder. Y funcionó. Aquí también. No es fácil sostener una película cuando el espectador conoce el final. Hay que tener muy claro qué se quiere contar y cómo hacerlo. Y desde luego De Palma lo tiene. Y nos regala un film lleno de secuencias memorables y que no decae en ningún momento. Las escenas de acción como esa en la que Carlito acompaña a hacer un recado a su primo y se ve en una emboscada en un oscuro bar, esa otra en la que Carlito tiene que echar de su discoteca al nuevo y chuleta gánster Benny Blanco y por supuesto la espectacular secuencia final, de un ritmo trepidante rodada en la Estacion Central de Nueva York. Tremenda. Un hombre que persigue su sueño que lo toca con la palma de la mano. Pero nunca coger un tren se complicó tanto.

Como contrapunto tenemos unas cuantas escenas intimas tan bien resueltas como las anteriores. Mi favorita es aquella en la que Carlito sigue a Gail a la academia de baile. Esta lloviendo y ve que el personaje de Pennolope Ann Miller entra en un edificio de grandes ventanales. Carlito opta por entrar en el de enfrente y situarse en la azoeta cubriéndose la cabeza con la tapa de un cubo de basura mientras observa con admiración a Gail. Podemos ver que el tío está colado por esa mujer y que su determinación de dejarlo todo merece más la pena si cabe. Muy bien contado e interpretado.

Al Pacino da con todas las claves para hacer creíble a su personaje. Un hombre forjado en las calles, de carácter y con una verborrea importante. Un traje para Pacino que se desenvuelve con soltura en todas las escenas. La evolución de su personaje nos resulta verosímil y es imposible no encariñarse con él y desear con todas nuestras fuerzas que se cumpla su sueño. También destacable el papel de Sean Penn (David Kenfield) el abogado de Carlito. Un autentico hijo de puta al que vemos venir desde el principio. Un hombre que ha trepado defendiendo a gansters y que poco a poco se ha convertido en uno de ellos. Encocado hasta las entrañas perdiendo por completo la perspectiva Sean Penn crea un personaje desagradable y asqueroso. El muy cabrón lo borda.

martes, 11 de enero de 2011

Trapeze. You Are The Music... We´re Just The Band

Hace poco leí una entrevista en la que Ian Gillan se burlaba de Glenn Hughes. Decía algo así como que Hughes llevaba toda su vida intentado imitar a Stevie Wonder. Sabida es la querencia de Hughes por los sonidos negroides. Su carrera en los últimos años camina más por la senda soul y funk que por el metal. A mi me encanta su voz en ambos géneros pero reconozco que me tira más su vertiente soul, esa de la que Gillan parece reírse. Como Gillan no va a leer esto que le den. Ya le gustaría conservar la voz que se gasta hoy en día Glenn Hughes. Ni en el mejor de sus sueños. Pero dejemos a Ian y sus agudos.

La veta negra está en Hughes desde sus comienzos. Sus últimos discos ahondan en ella con acierto variado. Hay grandes canciones y también relleno. Predomina un conjunto atractivo con momentos aprovechables y tengo la sensación de que juntándose con la gente adecuada Hughes debería grabar un gran disco sumergiéndose en el soul y funk con todos los medios. De momento Black Country Communion junto a Bonamassa y Bonham ha supuesto una decepción. Se que ha gustado mucho pero a mi me resulta cansino y repetitivo.

Asi que vuelvo a sus inicios y ahí encuentro a Trapeze una banda a reivindicar con un par de discos muy interesantes: Medusa y You are the music…we´re just the band. Este grupo como otros tantos mas (Thin Lizzy, The Faces, Rory Gallagher, Small Faces) me lo descubrió Joseba un compañero del trabajo allá por 2003. Es fácil encontrar puntos en común entre esta banda y contemporáneos como Humble Pie o Led Zeppelin. Sus pautas son reconocibles y encajan en ese hard rock y toque soul que también bordaban bandas como las mencionadas y algunas otras.

Este You are the music…we´re just the band no tiene desperdicio. Bueno si, realmente hay un tema Feelin' So Much Better Now que comienza muy bien pero tiene una parte que cuando la escucho me imagino a Jack Black parodiándola. El principal compositor y artífice del álbum es Glenn Hughes. Pero sería un error olvidarse de la sutil y brillante guitarra del recientemente fallecido Mel Galley y de la batería de Dave Holland acoplándose a cada estilo con suma facilidad.

Es fácil dejarse llevar por temas como la inicial Keepin' Time o la estupenda Coas to coast una canción que Hughes recuperó en algunas fechas de la gira que hizo por aquí hace un par de años. En What Is a Woman's Role me viene a la mente el malogrado Marriott. Ambos se inspiraban en las mismas fuentes con muy buenos resultados. En esta canción podemos escuchar además un gran trabajo a la guitarra de Mel Galley uno de esos tipos a la sombra que siembre lo bordaban.

Way Back to the Bone también me trae a la mente a los Humble Pie de Smokin. Es otra gran canción, más dura que los anteriores pero igual de efectiva. Will Our Love End es el tema con una atmósfera más abiertamente soul. Hughes empieza con una suave voz y la instrumentación se aleja de las canciones anteriores con la aparición de una bonita parte de saxo y otra vez un Mell Galley inspiradísimo a la seis cuerdas. Loser tiene un excelente inicio, unos cuantos riffs pegadizos que te preparan para la poderosa voz de Hughes. Nuevamente me viene a la mente Marriott especialmente hacia el final del tema. You are the music es un buen final para una banda que merece ser reivindicada.

miércoles, 5 de enero de 2011

American Beauty

Estas navidades he aprovechado para volver a ver de nuevo unas cuantas películas. Algunas me las se casi de memoria como Atrapado por su pasado o El Padrino y otras no las había vuelto a visionar desde su estreno en cine, caso de Mystic River y American Beauty. En su día esta última me impactó mucho y tal vez hoy aquella sorpresa se ha mitigado un poco pero vista de nuevo me sigue pareciendo una muy buena película que cuenta con uno de mis actores favoritos: Kevin Spacey. Y es que hubo una época en que no había un actor mas cool que el amigo Kevin. Tuvo una racha impresionante con Sospechosos habituales, Seven, Glengary Glenn Ross y American Beauty. Hoy en día no se prodiga tanto en cine (o yo le he perdido la pista) y se ha centrado en el teatro en Londres.
 
American Beauty es a la serie A dos metros bajo tierra lo que Uno de los nuestros supuso para Los Soprano. Alan Ball es el guionista de American Beauty y el creador de la serie y eso se nota. El film supuso en su día un pequeño aguijón en ese manido sueño americano y en hurgar un poco en su revés, destapando sus miserias e hipocresías. Y visto hoy muchos de sus enunciados siguen vigentes. La película cuestiona ese estilo de vida pagado de si mismo, esa felicidad ficticia y ataca con ironía y lucidez. No es un planteamiento nuevo ni original pero si que activa los mecanismos necesarios para remover algo en nuestro interior. Y lo hace sirviéndose de un guión sencillo y equilibrado y de unos actores en pleno estado de forma que dotan de credibilidad a lo que se cuenta. Y ahí uno de los que se lleva la palma es Kevin Spacey. Espectacular tanto en las escenas mas cómicas como en las dramáticas.

Recuerdo entrevistas de la época en la que Spacey señalaba que su referente siempre había sido Jack Lemmon. Desde luego no pudo elegir mejor. Porque al igual que hizo Lemmon en su día en tantas películas Spacey logra con el personaje de Lester Burnham en American Beauty que sintamos una enorme simpatía hacia él a pesar de su gris vida, con una familia difícil de manejar (un explosiva Annette Benning preocupada por las apariencias y el éxito y una Thora Birch en plena tormenta adolescente), un trabajo que odia y muchos sueños sin cumplir. Atrapado en un barrio residencial y como señala en alguna ocasión muerto en vida. El personaje de Spacey encuentra en lo “amoral”, la atracción física hacia una compañera de colegio de su hija y la marihuana que le proporciona su nuevo vecino, un nuevo acicate para vivir, una pequeña salvación. Algo tan sencillo como sentirse vivo.

Sería injusto mencionar sólo a Spacey ya que Annette Benning (Carolyn Burnham) y Thora Birch (Jane Burnham) le dan excelentes réplicas en las escenas domésticas con grandes momentos en las cenas familiares así como Mena Suvari (Angela Hayes) que le provoca unos cuantos sueños sugerentes y liberadores a nuestro amigo. Sin olvidar a Wes Bentley  (Ricky Fitts) el adolescente traficante que le hace conocer nuevas sensaciones contribuyendo a su despertar y a Chris Cooper (Fitts) capítulo aparte para él. Uno de esos actores al que se le puede aplicar eso de “El hombre que nunca estuvo allí”. Un tipo que cuando aparece en pantalla hace que tu atención se centre irremediablemente en él. Una garantía para cualquier director. Sam Mendes sacó provecho de una casting bien elaborado y de un guión con unas cuantas escenas de esas que perduran en el imaginario colectivo.

Aunque sean elecciones obvias dos de mis escenas favoritas son cuando Lester Bunham se despide de su trabajo obteniendo la compensación económica que desea gracias a su privilegiada información sobre los desfalcos de pasta cometidos por el gerente de la empresa en putas y demás y sobre todo esa gran frase que pronuncia cuando va a buscar un trabajo para el que en principio no está llamado, dice Lester: “Quiero un trabajo con la mínima responsabilidad”. En ambas Spacey se desenvuelve como los grandes sin caer en la sobreactuación, ofreciendo veracidad. Otros dos momentos especiales para un rockero como yo son cuando suena American Woman de The Guess Who mientras Lester conduce cantando con entusiasmo la letra mientras se fuma un porro y con The Seeker de The Who en una escena matutina mientras se prepara un sano zumo para iniciar su nuevo yo. Kevin Spacey rockeando!!!!!!!

lunes, 3 de enero de 2011

Feliz 2011: Vuelta al trabajo y al blog

Hoy he vuelto al trabajo tras 18 días de vacaciones. El regreso ha sido duro. Siempre es así. No es que vaya a la mina precisamente pero soy de los que cree que el trabajo es malo. Tan malo que te pagan. Esa es una frase que me repetía a menudo un compañero en la Facultad, me decía, en esta vida por muchas cosas buenas tienes que pagar fíjate si el trabajo será malo que nos pagan. Y al mismo tiempo no te puedes permitir el lujo de no trabajar.  Tengo una capacidad fulminante de desconectar con el entorno laboral de casi olvidarme donde trabajo, incluso de que trabajo, ja, ja. Lo escribo en serio. Hoy he atravesado el pasillo que me lleva al bunker con una sensación de irrealidad. Parecía un sueño, no, más bien una pesadilla pero cuando mi culo ha tocado la silla todo ha vuelto a la normalidad. Los saludos habituales, las tareas mecánicas de siempre, la huida constante… Como el personaje de Bill Murray en  Atrapado en el tiempo.

Entonces un chic se enciende en el cerebro y te avisa de que todavía no es tarde. De que hay muchas cosas por hacer. De que merece la pena pelear por algo mejor y que en buena parte está en tus manos. Y te convences de que lo que tienes no es tan malo. Y más visto el panorama actual. Que hay que buscar el lado positivo como cantaban los Monty Python. Por ejemplo que esta semana ya solo quedan dos días de trabajo.  Y que en el mismo tienes la suficiente flexibilidad para escribir, para escapar un poco de la tarea mecánica de siempre. Pero entonces se enciende otra vez el piloto rojo. Y más en estas fechas de reflexión, de buenos propósitos, de tareas pendientes… Y te preguntas como acabaste aquí. ¿No era algo provisional? Las contradicciones campan a sus anchas y tal vez sea mejor así.

Como en el trabajo puedo escuchar música (toco madera) para abrir el año me pongo las pilas y los elegidos son Bruce Springsteen and E Street Band, The Who y Jimi Hendrix. Hago una selección de temas que me transmiten eso que logra la buena música, esa sensación de euforia de creer que vas a ser joven toda la vida. Canciones que lograr elevar tu ánimo. Badlands, Promise Land, Factory, Prove it all night, I can´t explain, The seeker, Let´s see action, Baba O´Riley, Hey Joe, Wind cries Mary, All along the wachtover, Voodoo Chile… Y sigue funcionando.