jueves, 2 de febrero de 2017

Soundgarden. Superunknown

Esta mañana ha llegado a la tienda una edición especial que celebra el 20º aniversario de Superunknown el disco con el que Soundgarden pasaron a jugar en la liga de los grandes comercialmente hablando. Propulsado por los irresistibles singles Black Hole Sun y Spoonman este disco vendió la friolera de cinco millones de copias en el mercado americano. Un paso más que interesantes respecto al anterior y también fenomenal Badmotorfinger

En este disco Soundgarden abrieron su paleta sonora sin perder un ápice de credibilidad sembrando el camino con temas aplastantes mucho más allá de los singles mencionados. Recuerdo que mi amigo Rober me grabó este álbum en una cinta tdk de cromo y no se alejaba de la pletina de mi equipo de música. Era vuelta y vuelta. Absoluta devoción y fanatismo por esos más de setenta minutos de música. Lo cierto es que era un disco sin fisuras. Hacía tiempo que no lo ponía y cuando lo he escuchado esta tarde he tenido ese subidón propio de cuando escuchas un álbum que te marcó y sigues percibiendo la misma magia. 

Los cuatro componentes de Soundgarden eran unos tipos peculiares. Recuerdo que en las entrevistas que concedían en la época se solían mostrar esquivos, condescendientes e impertinentes a partes iguales pero cuando se metían en el estudio a grabar música afloraba todo su talento. Y tenían para exportar. Sería injusto no resaltar el papel fundamental de Chris Cornell. Muchos años antes de hacer el panoli con aquel espantoso Scream, Cornell era y sigue siendo un cantante extraordinario a la sazón que un compositor espectacular. La mayoría de los temas de este disco llevan su firma. Canciones variadas de todos los estilos. Portentos como Fell on Black Days, The Day I Tried To Live, Spoonman o Like A Suicide.

Kim Thayil es menos prolífico que Cornell en tareas compositivas pero da en el clavo con la punkarra Kickstand, en las antípodas de Limo Wreck y Superunkown sabbathianas a tope y colabora también en My wave un tema perfecto, de los primeros a los que me enganche irremediablemente.  Además su toque a la guitarra es fundamental. De la escuela del menos es más, sus riffs se acoplan igual de bien sea cual sea el tema en cuestión. Puede sonar denso, cortante, clásicote. Una puta delicia.




Una de las bazas definitivas de Superunknown es su eclecticismo. Nada forzado por cierto. Algunos apuntes ya estaban en Badmotorfinger pero aquí se extiende a más canciones con resultados atrevidos y despampanantes. Ahí están los dos temas que firma Ben Shepherd. Dos canciones con ramalazos psicodélicos, que te van atrapando poco a poco Head Down y Half. Ambas hipnóticas. Todo un acierto meter esos dos temas. 

Y para finalizar voy con mi componente favorito de esta formación: Matt Cameron. No exagero si escribo que este es uno de los primeros discos en los que me fijé obsesivamente por la batería, de hecho quedé prendado de la forma de tocar de Cameron a raíz de este disco. Siempre me pareció que su aportación es fundamental en el sonido del álbum, que iba un paso más allá y el asunto lo coronó cofirmando en tareas compositivas con Thayil y Cornell Limo Wreck y a medias con Cornell Mailman y Fresh Tendrils, mi tema favorito del disco. Canción que ponía en bucle y con la que despedido esta chapa. Ahí va.