sábado, 1 de marzo de 2008

Deadstring Brothers y Marah en el Kafe Antzoki de Bilbao

Lo sabía. Sabía que lo iban a bordar. No importa que desde su útima visita hace menos de un año sólo queden los hermanos Bielanko y la teclista Christine Smith. No pasa nada si su último disco es el más flojo que han grabado hasta la fecha (aunque hay al menos cinco canciones excelentes). Cuando los hermanos Bielanko y quien les acompañan, ahora Johhny Pisano al bajo y Joe Gorelick a la batería, pisan el escenario ponen todo lo que tienen.

Pero hagamos justicia y empezemos por los teloneros, Deadstring Brothers. A eso de las 10:15 salieron al escenario estos chicos de Detroit y cuatro minutos después ya tenían unos cuantos fans más, entre los que nos incluimos el amigo Grushecky, Ander, Iñigo, Diego, Susana y el que esto escribe. ¡Menudo despliegue! No sabría definir su sonido. Por un lado tenía un excelente guitarrista que aportaba grandes matices en cada tema, por otro una vocalista potente y con mucho estilo y absolutamente todos los temas que tocaron me cautivaron a la primera. El papel de telonero suele ser muy ingrato pero ayer cuando Deadstring Brothers terminaron su concierto dejaron el listón muy alto. Pero que muy alto. La gente estaba enloquecida.

Apenas cuarenta y cinco minutos después del excelente concierto de Deadstring Brothers y con el tema principal de la banda sonora de Rocky sonando hicieron acto de presencia Marah. A Dave Bielanko se le veía con ganas espoleando al público. Atacan con un tema del último disco y se hace patente que en directo estos chicos llevan las canciones a otro terreno. Dave es un torbellino, se mueve de forma nerviosa, incluso a veces se aturulla, meten tantas revoluciones a las canciones que las transforman en vitaminicos estallidos punk rock.

Serge aporta la clase y cuando es la voz principal las canciones suenan más compactas, más a como suenan en los discos y de eso se beneficia la banda. Por un lado tenemos la locura y el aturullamiento de Dave y por otra la clase de Serge. Ninguno es un virtuoso de sus instrumentos. Ni puta falta que hace. No hemos venido a ver al jodido Yngwie Malmsteen. Interpretan varias canciones del último disco y todas suenan poderosas, incluso la horrenda Santos de Madera tiene su punto.

Tambien caen ya clásicos como East, Sooner or later, la increíble The Demon of White Sadness que termina con Serge a hombros de un chico del público, la punkarra The closer y cierran el concierto homenajeando a la ciudad en la que viven, se sacan de la chistera un New York, New York interpretado con elegancia. Se despiden hasta pronto porque parece que en verano volverán. Broche de oro a otra gran noche de rock´n roll. Ya teniamos ganas eh, Susana!