De vez en cuando surge una voz atronadora que capta irremediablemente mi atención. En los últimos años esto me ha sucedido varias veces. Me cautivó Chris Stapleton cuando le descubrí en Traveler, caí rendido con Celeste y su discazo Not Your Muse, flipe de lo lindo con Jay Crookes en Skin, me tenía que pellizcar para creerme que Myron Elkins siendo tan joven podía tener esa voz en Factories, Farms & Amphetamines... En fin hay muchos más. El que me ha volado la cabeza ahora de forma colosal es Owen Stewart. Un auténtico torbellino de voz. Una mezcla loca de John Fogerty y Bob Seger. Fuerza rockera pero también mucho soul. Ideal para mi.
Descubrí este álbum en el podcast La Hora Chinaski presentado por Edu Izquierdo colaborador habitual de Ruta 66 y Efe Eme entre otros medios. En breve reuniré unas palabras sobre su programa pero ahora a lo que vamos Owen Stewart. Madre del amor hermoso. Estoy enganchado a Done and Dusted. Es un continuo no parar. Ideal para las tardes noche de viernes. Para empezar claro y contundente; no hay canción mala. Son nueve temas que supuran rock, soul y groove por los cuatro costados. La voz de Stewart es imponente, te gana desde la primera escucha y está arropada por esos fantásticos coros imprescindibles en este tipo de música. Time Served es el inicio soñado, la apertura ideal para dar a conocer tu voz y tu banda a este mundo. A los pocos segundos los saxos de Jay Davis y Mad Cudworth marcan el territorio de forma sublime. Y tienen su momento cumbre al final de la canción al igual que el contrapunto de los coros que hacen Jilian Taylor y Nunzi Wadsworth. El espíritu del Bog Seger en aquellos incendiarios discos en directo está en esta pista o en la tercera, Punching Bag.
Ojo a ese inicio sugerente y sensual de Take Care. Aquí los teclados de Adam Flicker crean una atmósfera perfecta. La forma de cantar de Owen puede ser fiera y terriblemente soul como en esta canción en la que el protagonismo va también para el certero solo de James Everhart al que le da el perfecto colchón la sección de viento para que los coros rematen al final la faena. Madre mía pero qué es esto. Una locura. La puedo escuchar en bucle al igual que Nobody Needs To Know que me he dejado por el camino. Dos canciones atómicas repletas de soul fiero, medios tiempos desgarradores.
Sailor´s Return podría ser un inicio perfecto de setlist si no fuera porque ya existe la primera que he mencionado Time Served. Es otra canción marchosa, una nueva muestra de tema que puedes tararear a todas horas aunque la palma en ese sentido se la puede llevar la siguiente Over The Hill que podría ser otro single perfecto. Podría seguir hasta el final glosando cada canción, fijándome en la multitud de detalles, en la inmensa fuerza sonora y múltiples matices que tienen todas ellas guiadas por el increíble vozarrón de Owen Stewart. Porque puede que lo primero que llame la atención sea la voz de Stewart pero es que la banda suena espectacular. He leído en este enlace que lo presentaron hace poco más de un mes en Philly. Se puede escuchar ahí el tremendo poderío de esta banda. Estoy noqueado. Adoro este álbum. Y al loro con ese final repleto de clase y groove con Let The Band Load In. No soy mucho de decir eso del disco del año y esas cosas pero que va a estar en mi Top Seventeen seguro. Canela en rama. En vena.