domingo, 29 de junio de 2008

Matar a un ruiseñor

Hace apenas dos años una encuesta en Estados Unidos establecía que Matar a un ruiseñor es el libro preferido de los norteamericanos. Por delante de El guardian entre el centeno. Curiosamente ambas son las únicas novelas que han escrito Harper Lee y J. D. Salinger. Ambos se retiraron de la vida pública dejando estas dos atinadas radiografías de la sociedad estadounidense.

Es curioso como llegué a leer Matar a un ruiseñor. En una entrevista a Popular 1, Dave Wyndorf de Monster Magnet hablaba con mucho entusiasmo de esta novela y esto me hizo acercarme a ella. Decía Wyndorf que Matar a un ruiseñor continúa vigente y desgraciadamente en muchos lugares del mundo esto es así.

Siempre he asociado el verano a leer al menos una buena novela. A menudo en esta época del año releeo libros que me han proporcionado grandes momentos. Matar a un ruiseñor es una de esas obras perfectas, sencillas que te seducen por lo que cuenta y por como lo cuenta. El libro está narrado en primera persona por una niña de nueve años que mediante flasbacks nos cuenta un hecho que marcó su vida. En una pequeña localidad de Alabama, el padre de la niña, Atticus Finch es el encargado de defender a un hombre negro de violar a una chica blanca.

Más allá de esa premisa argumental, de ese caso judicial, Matar a un ruiseñor es una novela costumbrista, sencilla que combina historia, psicología infantil, aventuras e incluso misterio para calar hondo en la mente del lector. Una de esas novelas que no te cansas de leer y a la que además acompaña una soberbia película maravillosmente interpretada por Gregory Peck. Pero eso ya merece post aparte.

domingo, 22 de junio de 2008

Kobetasonik. 21-06-08





Desde el viernes en las en las campas de Kobeta reinó el negro. Heavy metal. Ayer había un cartel bastante ecléctico donde cabía desde el metal más extremo y en mi opinión infumable de Brujería, el hard rock clásico de Michael Schenker y Tesla y el espectáculo más grande sobre la faz de la tierra (o eso dicen ellos de Kiss). Allí nos dirigimos Iñigo, Ander, Diego, Grushecky el menda.

Nos presentamos en las campas de Kobeta sobre las 18 horas de la tarde. Justo antes ha llovido un poco y el cielo está más negro que la ropa de Halford. Pero afortunadamente la lluvia viene bien, refresca el ambiente y nos sumergimos en el festival. En mi caso expectante y deseoso de ver sobre todo a Tesla y a Kiss. También me atrae el Michael Schenker Group y tengo curiosidad por ver como suena Dio.

Pero los primeros en el cartel que vemos son Brujería. Y maldita la puta hora. Porque ni sentado en la campa te puedes escapar de ese sonido guarrete y aturullado de este grupo que no me hace ni puta gracia. Menudos brasas!. Quedará muy guay decir que molan estos tíos, que si narco metal, que si Marijuana. Olvidado.

El siguiente plato si que es de mi gusto. De hecho creo que Tesla están en un momento impresionante. Y lo que veo y escucho en Kobeta no sólo lo confirma sino que supera mis expectativas. No controlo mucho la discografía de la banda de Sacramento. De hecho sólo tengo los dos volúmenes de Real to reel (los mejores discos del año pasado), el Five man acoustical jam y The Great Radio Controversy. Pero lo que ofrecen en Kobeta ayer es espectacular. Las guitarras brillan, tanto las acústicas como las eléctricas y Jeff Keith canta de vicio. Apenas una hora. Ni que decir tiene que me quedo con las ganas. Espero saciarlas pronto con el dvd Comin' Atcha Live! 2008 que editan el próximo 15 de julio. Imprescindible. Y afortunados en Zaragoza que les tienen hoy.

Nos lo tomamos con calma y cuando cambiamos al otro escenario ya ha empezado el show de Michael Schenker Group. Suena bien pero tampoco estamos muy metidos en el ajo. Lo mejor cuando atacan Doctor, Doctor y Rock Bottom de UFO. Después viene Europe y pasamos de ellos. Dio es un veterano que sabe lo que se hace y todo su concierto está repleto de temas del Holy Diver y también cae alguno de Rainbow. El tío tiene una gran voz pero no es mi rollo. Respeto ese tipo de metal pero no conecto. Cuestión de gustos.

No cabe duda de que el plato fuerte son Kiss. Según Gene Simmons hay que ofrecer un show visual potente para acompañar a la música. Y llegó a esa conclusión cuando en su día vio a los Stones, The Beatles o Cream y le decepcionaron. Bueno esto sería discutible pero está claro que el camino que toman los show de Kiss. Parafernalia escénica impresionante, juego de luces avasallador, pirotecnia. Desde luego el aspecto visual no puede estar más cuidado.
Y con todo el envoltorio preparado atacan con Deuce, siguen con otro par de clásicos y nos encasquetan un solo de batería y de guitarra seguiditos que se comen 25 minutos de concierto. Paul Stanley toma las riendas del show y entre canción y canción se suelta unas parrafadas considerables. Eso hace que pierda el ritmo. Cuando tocan Rock-n-Roll All Night apenas llevan una hora y cuarto sobre el escenario. Y pienso que como esto se acabe aquí me cago en la puta que los parió. Pero afortunadamente salen de nuevo y ofrecen una recta final impecable con Love Gun, Detroit rock city o Lick it up. Parace que se han reservado para terminar a lo grande y por eso te dejan mejor sabor de boca. En fin un buen concierto pero algo extraño, tal vez nos quedamos todos con las ganas.

viernes, 20 de junio de 2008

Tom Petty and The Heartbreakers. Madison Square Garden 20/06/06





¿Quién no recuerda muchas veces los conciertos en los que ha estado con una amplia sonrisa? En la memoria permanecen grandes momentos de tus artistas favoritos. Y más si la suerte se alía contigo, si para asistir a ese concierto se dieron una serie de acontecimientos casuales. Me sitúo en junio de 2006. Hace justo dos años. Parto para Nueva York sabiendo que a la noche Tom Petty & The Heartbreakers van a tocar en el Madison Square Garden. Atrás quedan infructuosas gestiones para conseguir entradas. Ni en sueños pienso que me voy a hacer con un ticket.

Es curioso lo que me paso con Tom Petty ese año. Hasta la primavera de 2006 tenía clarísimo que su discografía era impoluta desde el Wildflowers. Éste el She´s the one, Echo y The Last Dj eran y siguen siendo intocables. Sin embargo rara vez recurría a su repertorio anterior. Pero aquel año trabajaba en unos grandes almacenes en la sección de música y a última hora podíamos poner la música que queríamos. Empecé a poner a diario el Greatest Hits de Tom Petty y redescubrí maravillosos temas a los que tal vez no había prestado la suficiente atención: Breakdown, Here comes my girl, The waiting o la que con el tiempo se convertiría en una de mis favoritas Listen to her heart.

Así que llego a NY en plena fiebre Petty gozando de ese Greatest Hits. Resulta que ese año Tom y su banda celebran el 30 aniversario de su carrera y el repertorio se basa bastante en esa etapa. Pero Susana y yo no tenemos entradas cuando a las cuatro de una calurosa tarde llegamos al Aeropuerto JFK. Vamos al hotel nos duchamos y empendemos rumbo al Madison Square Garden. Nos acercamos a la taquilla, Susana pregunta si hay tickets y el de la ventanilla nos señala los asientos disponibles. No me lo puedo creer pero es cierto no sólo hay entradas sino que encima estamos en un lateral del escenario bastante cerca del amigo Tom. Joder, no se explicar lo contento y acelerado que me puse.

Aguantamos el frío aire acondicionado del MSG y sigo con interés la actuación de Trey Anastasio. Pero mi mente circula a otro ritmo y me preguntó con qué abrirá Petty. Los comienzos de los conciertos, la primera canción siempre me ha parecido crucial. La elegida es Listen to her heart. Se me caen las putas lágrimas. Sigue con You don´t know how it feels, I won´t back down y Free fallin´. Joder, no me lo puedo creer. Eso es salir a por todas. El concierto es una celebración del rock´n roll en la que también participa Steve Nicks. Susana y yo nos abrazamos, saltamos y nadie nos puede quitar la sonrisa de nuestro rostro. Los que nos rodean están igual. Y cuando dos horas después finaliza el concierto sólo pienso en que esto hay que repetirlo. Qué locura!!!!!

sábado, 14 de junio de 2008

Screaming Trees. Sweet Oblivion

Jamás alcanzaron la gloria de contemporáneos como Nirvana, Soundgarden o Pearl Jam. Era complicado ubicarles en ningún estilo concreto y sus influencias al contrario que las bandas antes mencionadas estaban más solapadas. Lo más parecido a un éxito que tuvieron fue el single Nearly lost you incluido en la banda sonora de Singles. Pero ni siquiera a rebufo de la película despegó la carrera de Screaming Trees. Eso si grabaron dos obras inconmensurables, atemporales que permanecen vigentes hoy en día y que han envejecido mucho mejor que algunos discos de sucedáneos del sonido grunge que se llevaron buena parte del pastel ( Stone Temple Pilots, Creed, Candlebox, etc…)

Durante mucho tiempo mi disco favorito de Screaming Trees fue ese Dust tocado por la varita mágica de George Drakoulias pero con el tiempo considero que Sweet Oblivion está a su altura. Aunque a la hora de citar influencias se menciona siempre grupos americanos de garage como 13 Th floor elevators o clásicos de los setenta como Led Zeppelin lo cierto es que más fácil apreciarlas en los discos de Pearl Jam o Soundgarden que en los de Screaming Trees. ¿Por qué a quién se parecen? Cuando escucho sus discos apenas encuentro similitudes con otras bandas.

Es curioso porque Sweet Oblivion lo tenía todo para convertirse en un éxito. De hecho se publicó en 1992 en pleno apogeo del grunge. Pero no se sabe muy bien por qué apenas tuvo repercusión más allá del cierto éxito del single Nearly lost you. Pero el disco era pura dinamita, oro molido. Los orondos hermanos Conner, Mark Lanegan y Barret Martin hicieron historia. La inicial Shadow of the seasons se te clava gracias a la hipnótica batería de Martin y a la incomparable voz de Mark Lanegan. Ambos brillan en el disco de forma especial y cuentan con un Gary Lee Conner disparando grandes riffs y un Van Conner llevándose a las mil maravillas con Martin.

Tras Nearly lost you llega una de mis favoritas, Dollar Bill. Si tras escuchar este tema no caes rendido ante la voz de Lanegan es que tienes un problema. Tema que jamás de canso de escuchar y que aúna la dulzura, el soul y la rabia de un Lanegan soltando frases tan sencillas e inteligentes como Torn like an old dollar bill. More or less va en la onda de Dollar Bill y es tan buena como ésta. Hay temas contundentes, directos como The secret kind o Butterfly que se te quedan a la primera y otros como la trilogía Winter song, Troubled times, No one knows que crecen dentro de ti y se hacen imparables. Cuando suenan las últimas notas de Julie Paradise no tengo dudas, Sweet Oblivion es uno de los discos de mi vida. Una obra de arte que el tiempo no hecho sino mejorar

sábado, 7 de junio de 2008

Mis series favoritas III: Dexter

Hace unos meses publiqué la primera entrada sobre mis series favoritas. La primera fue Doctor en Alaska ya que fue la primera gran serie a la que me enganche. De un nivel espectacular se puede decir que es una gran predecesora de la bonanza creativa que vive la ficción televisiva norteamericana desde mediados de los noventa. Continúe con Los Soprano porque me parece la mejor, la más completa, como escribió alguién en el New York Times el mayor acontecimiento cultural de este siglo. Mi intención era continuar con A dos metros bajo tierra porque la primera temporada de esta serie me impactó muchisímo. Y hasta el final con algún altibajo mantuvó un nivel que la sitúa con las dos que he mencionado antes.

Pero ayer terminé de ver Dexter y tras A dos metros bajo tierra, con la que tiene en común varios aspectos, escribo sobre ella porque también me ha cautivado desde el principio. Me he visto las dos temporadas que hay editadas en apenas un mes. Dexter narra la historia de un hombre que esconde una perturbadora verdad tras una vida que arrancó con una catastrofe que arruinaría la vida de cualquiera. Y ese pasado esta muy presente en la vida de Dexter Morgan que guarda oscuros secretos que no le gustarían a nadie.

Basada en la novela de Jeff Lindsay, Darkly Dreaming Dexter, Dexter te atrapa desde los iniciales títulos de crédito que como los de A dos metros bajo tierra son una verdadera obra de arte. Uno de los artífices de la serie es Michael Cuesta y el protagonista es Michael C Hall ambos director y uno de los persoanjes principales en, adivináis qué serie. Pues sí, A dos metros bajo tierra.

Pero además de esas significativas conexiones con una de las mejores series de la historia, Dexter es puro cine magnificamente realizado e interpretado con mención especial para Michael C Hall. Un producto que te hace reflexionar sobre cuestiones como la pena de muerte, las apariencias y los asesinos en serie y la fascinación que despiertan en la sociedad entre otras muhas cosas. Y es entretenida, muy entretenida se te pega como una lapa. Visionadas estas dos temporadas creo que es complicado seguir, muy complicado. Pero también lo pensé con Doctor en Alaska, Los Soprano, A dos metros bajo tierra, El guardian o Medium y afortunadamente todas ellas mantuvieron el nivel, incluso alguna lo superó. Asi que ¿por qué no una tercera parte de Dexter señores guionistas?

miércoles, 4 de junio de 2008

El signo de los tiempos, un blog que promete

Bueno por fin mi amigo Il Cavaliere se ha puesto frente al teclado para contarnos sus opiniones acerca del rock´n roll, el cine y la vida en general. Hemos tenido unas cuantas conversaciones sobre la pasión por muchos discos y películas que nos han cautivado y desde que inicié este blog Il Cavaliere ha sido un asiduo con comentarios que no dejan indiferente a nadie.

Ya he leido sus cuatro primeras entradas y como advierto en el título la cosa promete. Además de escribir con pasión y de forma divertida de su obsesión por el disco Sing of the times de Prince y recomendarnos con fervor lo nuevo de The Bellrays, Il Cavaliere ha hecho dos atinadas reflexiones sobre la vida con las que uno puede identificarse en más de una ocasión. Desde aquí le deseo la mejor de las fortunas y que continúe. Como canta Neil Young Keep on rockin´in the free world...