Hoy es el cumpleaños de un gran amigo que comparte celebración con Lucinda Williams y Eddie Van Halen. La primera hizo una aparición estelar en uno de mis discos favoritos de la historia, Electric Blue Watermelon inmortal rodaja que celebra el blues dándole un centrifugado estelar como en esa No Mo que tanto irritó a un colega por los rapeos del gran en todos los sentidos Chris Chew. Aquí va Hurry Up Sunrise de cuando Lucinda cantaba de verdad ja ja. Y el segundo nos dejó hace unos meses pero su legado sigue imbatible. Seguro que a mi amigo le flipa Spanish Fly.
Mi colega y yo nos conocimos muy imberbes y pronto se desató nuestra pasión por la música. En aquellos inicios con trece o catorce años varios artistas nos volaron la cabeza entre ellos Bryan Adams y Dire Straits. A mi amigo le flipa la voz del canadiense y se muere por el estilo a la guitarra de Knopfler. Y mentiría si yo escribiese lo contrario. Hoy en día escucho menos a los británicos pero no suele pasar mucho tiempo sin que me calce Reckless e Into The Fire los dos mejores discos del amigo Bryan.
A diferencia del comportamiento errático que se gasta Lucinda en los conciertos, sin probar sonido, despotricando contra todo quisqui, con el bebercio subido y demás zarandajas mi amigo es un tipo ejemplar. Confío a ciegas en él y es autor de unos de mis gritos favoritos proferidos en un concierto y mira que he ido a bolos y he escuchado comentarios la mar de cachondos recogidos algunos en este antológico post. Fue cuando vimos a North Mississippi Allstars en el festival de Wop hace unos años. Ante la tremenda exhibición de Luther Dickinson mi amigo gritó emocionado: ¡Muere Knopfler! Efluvios alcohólicos aparte. Yo entendía lo que quería decir.