Estas dos
últimas semanas camino del trabajo o lo que quiera que sea en lo que estoy
metido ando escuchando con detenimiento I´ll Never Get Out of This World Alive, el
último álbum de estudio editado por Steve
Earle. Además mi Outlaw favorito ha publicado una novela del mismo título
de la que he leído unas cuantas críticas excelentes. Earle es uno de mis
favoritos y ya he escrito por aquí que su periodo que comprende de I
feel alright al Jerusalem está plagado de discazos.
Todos ellos imprescindibles en mi casa. No está de más repetirlo de nuevo.
También
es cierto que sus últimos discos de estudio, es decir, The Revolutions Star now,
Washington
Square Serenade y Townes han supuesto un considerable
bajón o al menos yo no los he disfrutado tanto como el periodo antes referido. El
Earle que encuentro en I´ll Never Get Out of This World Alive está muy lejos de discos como I feel alright o El
Corazón. No hay rastro de esa actitud casi punk, de esa mala hostia que
se gastaba Ealre. Hay una teoría bastante extendida que asegura que Earle ha
bajado mucho el pistón desde que está con Allison Moorer. Algo así como que
tanta felicidad familiar le ha domesticado. Es una lectura fácil y previsible,
incluso puede que cierta.
Pero yo
poco a poco me estoy reconciliando con Earle. Y lo estoy haciendo de una forma
inesperada, encontrándome a un Steve muy alejado de la rabia y la contundencia
de su periodo glorioso. A cambio aquí hay unas cuantas canciones muy bonitas.
Esa es la palabra por muy manida que esté. No es lo que esperaba de Earle pero
sería necio no reconocer que God is God
está dotada de una bella melodía, que The
Gulf of México tiene un aire entre folkie y celta que queda muy chulo, que
la inicial Waitin´on the sky engancha y que la siguiente Little Emperor sigue el rastro del Earle que más me gusta. También
hay espacio para el Earle jugando a ser Tom
Waits en Meet me in the Alleyway.
Con buenos resultados por cierto. Vamos, que el disco me esta gustando. Cada
día un poquito más. Y que si Earle es feliz y ahora graba temas más pausados y
bonitos no seré yo el que se lo eché en cara.