domingo, 3 de junio de 2018

North Mississippi Allstars. Prayer For Peace

Hace justo un año que se publicó Prayer For Peace hasta ahora el último disco en estudio de North Mississippi Allstars. Este álbum supuso el debut de los hermanos Dickinson bajo el auspicio de una major como Sony pero nada ha cambiado. Ellos siguen a lo suyo sin concesiones. Donde quiera que descanse Jim Dickinson puede estar tranquilo, sus hijos siguen profundizando en el acervo del Mississippi tan inspirados como cuando comenzaron hace más de veinte años. Es una pena que su prestigio sea pasto de especialistas de blues y de un pequeño reducto de seguidores. Merecen la gloria eterna. 

Prayer for peace es otra entusiasta muestra del amor de estos tipos por la música. Como le leí en una entrevista a Luther hasta los peores momentos son tolerables si la la música es tu vida, y es su vida. No tengas duda. Se empeñan en teñir el blues con su marca inigualable y consiguen insuflar toneladas de aire a un género en el que los puristas tal vez les vean como unos intrusos. Pero al que esto escribe le chiflan. No lo puedo remediar. En este Prayer For Peace apenas hay tres temas propios, abundan las versiones de sus referentes pero da igual le dan un lustre a las canciones de no te menees. 



Exquisito ese inicio gospel con la Prayer for peace con los excitantes coros de Shardé Thomas a la que le sigue la desata Need to be free donde Luther canta con vehemencia Mississippi, we all need to be free bajo una inquietante guitarra perfectamente arropada por el inconfundible estilo de Cody a las baquetas. Suenan como un cañon en varios temas, en plan power trío setentero sobrado. Y sin nada que envidiar a algunos de esos nombres míticos de esa década. Run Red Rooster, Bird Without A Feather, Long Haired Doney o 61 Highway exhiben ese asombroso poderío del que hacen gala los hermanos Dickinson.

También hay temas más reposados, con vetas soul, siempre presente en su música que cuentan con espléndidos colaboradores como en You Got To Move popularizada por los Stones y en la que los Dickinson reclutan a Danielle Nicole para que brille a las voces, lo mismo que hace Sharise Norman en Deep Ellum en la que la voz principal es de Cody Dickinson (quien también se encarga del piano en todo el disco). Maravillosas armonías vocales las que se casca aquí esa chica. Siempre echaré de menos al gran Chris Chew al bajo pero sería la hostia que estos tipos reclutasen para la banda a todas estas chicas que enriquecen con sus voces este disco.

El álbum fue grabado en varios estudios a lo largo de la gira que hicieron en 2016, ciudades que Luther cita en la inicial Prayer For Peace. Y como cuenta Luther en esta entrevista siguiendo los sabios consejos de Buddy Miller con el que hace poco colaboraron junto a Jim Lauderdale en unos conciertos en Estados Unidos. Eso si que me molaría verlo. Toda la carne en el asador por estos tipos.