miércoles, 4 de enero de 2012

Larry Bird. A basketball legend


A finales de los setenta NBA tuvo la suerte de encontrarse a dos jugadores legendarios sobre los que reflotar la competición. La rivalidad Magic Johnson y Larry Bird que tuvo su primer capítulo en la final de la NCAA alcanzó su máximo esplendor en los primeros años de profesionales de ambos. Solo jugaron tres finales con balance favorable 2-1 para Magic pero el impulsó que le dio al campeonato fue monumental. Muchos jóvenes de todo el mundo nos enamoramos de este deporte entre otras cosas por la forma de jugar de aquellos tipos.

La dicotomía Magic-Bird, sobre los que por cierto hoy en día se estrena incluso un musical en Broadway, se acentuó más si cabe porque uno jugaba en Los Angeles Lakers y el otro en los Boston Celtics. Ya se sabe glamour frente a ética de trabajo, espectacularidad frente a sobriedad. Eso mismo se aplicó al juego de ambos y aunque tiene parte de verdad recomiendo a todo el mundo ver este documental sobre Bird o cualquier partido de la época dorada de este para cerciorarse de que Bird podía ser tan espectacular o mas que Magic y Jordan y por supuesto igual de efectivo.



El caso de Larry Bird es curioso. Así a priori el tipo no tenía un físico espectacular como el de muchos jugadores negros. Podríamos afirmar sin riesgo a equivocarnos que Bird estaba muy lejos de los cánones que imperaban en la NBA. Poco atlético, apenas saltaba e incluso su certero tiro era poco académico. En aquellas prendas tan ajustadas de los ochenta le asomaba algún michelín y perfectamente te lo podías imaginar trincándose un sexteto cervezil en un pis pas cual Homer Simpson de la vida. Sin embargo pocos dudan hoy en día de que nos encontramos ante uno de los jugadores más completos que jamás han pisado una cancha de baloncesto.

Bird era un excelente reboteador sobre todo defensivo (en su canasta no le cogía el sitio ni Dios), un certero tirador desde todas las posiciones ( más del 88% en tiros libres en su carrera y casi todas las temporadas por encima del 40% en triples, a lo que hay que añadir que en los momentos calientes era letal) y un excelso pasador. Y aquí me detengo porque tal vez esta es la faceta que menos se nombra en este jugador. Bird dominaba a la perfección el pase sobre todo tras rebote defensivo y en estático, faceta esta en la que no tenía nada que envidiar a nadie. McHale y Parish fueron los afortunados receptores de pases de espaldas cortesía de Bird que siempre tuvo una visión increíble en ese aspecto del juego. 

Aquí las virgerías del amigo Bird al ritmo de la Creedence Clearwater Revival: