Ayer se celebró el Día de la Música. En mi hogar a diario. Viene de todas las habitaciones. En ocasiones como fuego cruzado. Otras nos ponemos de acuerdo y todos en la sala elegimos por riguroso orden material que escuchar en comunión y armonía. Y es que, millones de lectores de este cochambroso blog, como dice Bill Murray detrás de la música siempre hay buenas historias y ésta suele hacer mejor a las personas. Es un refugio al que acudir siempre cualesquiera que sean las circunstancias. Cada día tiene su propia banda sonora y ésta se engarza con la del día posterior y así hasta el infinitum. Como cantaban los Black Crowes en My Morning Song: If Music got to free your mind, Just let it go cause you never know, you never know, If your rhythm ever falls out of time, You can bring it to me and I will Make it alright...
Vivimos tiempos confusos en muchos aspectos y la música puede ayudar como siempre lo ha hecho. Se siguen publicando excelentes discos que caen a menudo en el olvido en estos tiempos de consumo rápido y voraz. Pero aquí hay uno que le presta toda su atención. Tengo esa plataforma cuyo nombre no voy a mencionar ni por un millón de dólares repleta de jugosas novedades discográficas. Ya tengo más de una quincena de discos a los que he sacado partido en estos seis primeros meses del año. Sólo hay que buscar y prestar atención. Y encuentras, ya te digo que encuentras. A cholón.