lunes, 1 de octubre de 2012

Sam Cooke. Live at The Harlem Square Club


Fue la noche del 12 de enero de 1963 en el Harlem Square Club, un pequeño local de Miami. Apenas 700 afortunados se dejaron arrastrar por el entusiasmo y el poder de la música ejecutada por Sam Cooke y su banda ( con King Curtis al saxo, Clifford White a la guitarra y Albert "June" Gardner a la batería). Más crudo que nunca. Desde luego mucho más que en sus grabaciones en estudio. Tanto que la compañía discográfica editó este documento en 1985 cuando Cooke llevaba muerto 21 años. El sello tuvo miedo de mostrar la faceta más salvaje de un cantante que tenía un tamiz para todos los públicos.




Desde la cool presentación, habitual en los conciertos de los cantantes de soul, este directo atesora todo lo que las grabaciones de este tipo deberían tener. Crudo, salvaje, sin retoques, registrando la energía de un Cooke en todo su esplendor. Sam era un cantante sobrenatural, alguien que se movía con igual soltura en registros opuestos. Y eso está al alcance de muy pocos. Además tenía carisma y actuaba con una convicción aplastante. Uno de mis momentos favoritos de esa noche llega en la presentación de It´s All right y después cuando la engancha con For Sentimental Reasons y Cooke espeta al público a cantar la letra. Me vuelve loco cuando suelta Oh, I like this song y sing this song with me y va anunciando cada estrofa y el personal le sigue entusiasmado. Después la interpretación de Somebody have mercy que engancha con Bring It On Home To Me que pone patas arriba todas tus creencias y mira que la versión en estudio es buena. Qué locura.


Sam Cooke Live at the Harlem Square Club es un directo que apenas sobrepasa los 38 minutos y me pregunto dónde estará el resto del concierto de esa velada mágica si es que lo hubo o si lo que hay registrado es simplemente lo que sucedió. Porque cuando al final  de Havin´ Party se escucha a Sam Cooke decir “I don´t want to quit… but it looks like I gotta go… I gotta go, but keep on havin´ that party… deseas que esto se prolongue horas y horas. Una noche así debería haber sido eterna.