lunes, 30 de abril de 2018

Iggy Pop. Post Pop Depression. Live At The Royal Albert Hall

Una de las ventajas que tiene trabajar en la sección de discos es el acceso a golosinas que se deprecian. De repente llegas un día al curro y te encuentras con una lista que incluye un vinilo de Blue Valentine de Tom Waits por cuatro euros, otro de The Clash por nueve, la edición deluxe del documental Super Duve de Alice Cooper por diez o este potente directo de Iggy que me he pillado por seis. Qué alegría! Mamma mía! Y eso que últimamente llevo a rajatabla una regla imperturbable: No me compro nada que no vaya a disfrutar en los tres días siguientes a la compra. Nada de acumular a lo loco. Y me va bien. Saco un partido del copón a mis adquisiciones y cuando se que no voy a tener tiempo de disfrutarlas cuando el compañero me da la lista de depreciados ni la miro. Ojos que no ven corazón que no siente. Aunque al final siempre acabo viéndolo por la tienda.


En un principio este de Iggy Pop se me escapó pero un compañero me había guardado una copia. Me conoce y sabe que la cabra tira al monte. Y lo estoy disfrutando de lo lindo. Se trata de un concierto que Iggy Pop dio en el Royal Albert Hall de Londres el 13 de mayo de 2016 acompañado de Josh Homme y los músicos que intervinieron en su último disco de estudio Post Pop Depression una rodaja jugosa, con momentos buenísimos y que en el caso de que sea el último álbum de Iggy va a ser una despedida cojonuda. De hecho se cascan el disco entero a excepción de Vulture y he de escribir que visto así en el dvd me gusta más todavía que cuando lo escuché en su versión de estudio precisamente cuando inicié mi andadura en la sección de discos. 

Si a los temas de un buen disco como Post Pop Depressión le añades una ristra de clásicos de la Iguana pues el resultado es lo que uno espera de este tipo en directo: explosivo. Ya desde el molón comienzo con Lust For Life (que mejor tema para abrir un concierto) ves al Iggy que te esperas, contoneándose, con su peculiar forma de caminar, ataviado con una chaqueta que pronto se quitará para quedar con el torso desnudo, una de las imágenes icónicas del rock´n roll.  Un Iggy Pop mundano, con la arruga y la vejez reinando, sin esconder nada y con esa voz inconfundible y a la que todavía le queda cuerda para rato.

Pronto empieza a hacer de las suyas. Durante la envolvente Funtime se lanza al público, se da una hostia en la cabeza, un pequeño coscorrón del que brota sangre, que Iggy se quita y se limpia en su pecho. Esta desaliñado, con el rostro de un tipo duro de casi setenta palos que las ha visto de todos los colores en contraste con la elegancia de la banda integrada por Josh Homme, Tron Van Leeuwen y Dean Fertita a las guitarras (y Fertita también le da a los teclados), Matt Sweeney al bajo y Matt Helders a la batería.

Lo cierto es que todos estos músicos liderados por Josh-vivo en un continúo egotrip- Homme lo bordan con esos clásicos imperecederos que no me cansan jamás: Sixteen, Some Weird Sin, Tonight (con una chica que se sube al finalizar el tema a agasajar a Iggy) The Passanger, China Girl... Van cayendo todos maravillosamente ejecutados y pienso lo obvio, joder como me gustaría haber estado esa noche allí. La puta bomba. Impagable la sensación de euforia que te deja la colosal interpretación de Success con Iggy dejándose agasajar por la chusma. Larga vida a la Iguana.