jueves, 11 de julio de 2013

Searching For Sugar Man

Hace unos meses poco después de abrir su tienda de guitarras con mucho gusto llamada Little Guitars mi cuñado, el dueño de la misma, me contó que uno de los clientes habituales le estaba todo el día mencionando Searching for Sugar Man. El tipo estaba obsesionado con ese documental. Fue de las primeras veces que oí algo sobre él. Había leído alguna reseña pero no le debí prestar demasiada atención. Después, con el tiempo y siendo como soy comprador de revistas de rock y seguidor de algunos blogs musicales era difícil por no imposible no conocer la historia que se cuenta en este documental.

Hoy por fin lo he visto. Otro cuñado músico y amigo me lo ha regalado por mi cumpleaños. He terminado hace unos minutos de visionarlo y tanto yo como Susana hemos alucinado con este artefacto. Merece mucho la pena dedicarle tu atención a lo que se cuenta en apenas una hora y veinte minutos de forma precisa, elegante y sin caer en el sentimentalismo. Porque sencillamente la historia de Sixto Rodríguez es increíble por muy manida que este esa palabra.


Es fascinante cómo surge el documental. Dos personas en Sudáfrica apasionadas de la música de Rodríguez se dedican a rastrear su pista porque quieren saber más sobre la persona que ha compuesto unas cuantas maravillosas canciones que tanto para ellos como para miles de compatriotas han significado tanto. Y aquí esta la parte increíble y sorprendente de la historia. Sixto Rodríguez grabó dos discos en Detroit a principios de los setenta. Dos rodajas que no vendieron apenas pero de las que resulta que se vendieron cientos de miles de copias en Sudáfrica. Este es un dato tremendo y que hace preguntarte por la verosimilitud de la historia. Todavía no me explico cómo pudo suceder algo así.

El documental está muy bien construido y no te achicharra con datos innecesarios. Va el grano y lo hace con elegancia y precisión. Se entrevista a los protagonistas de las historia (los productores que le descubrieron, sus hijas, amigos que trabajan con el en la construcción..) todos los testimonios son básicos y la mar de interesantes y me gusta su puesta en escena. Siempre vemos a los entrevistados pero se intercalan parte de sus testimonios con bonitas imágenes de la ciudad en cuestión donde estamos y por supuesto con la propia música de Rodríguez. Algunas canciones son sencillamente tremendas, te atrapan a la primera y hacen que quiera conocer más de este hombre.

Uno de los testimonios que más me gusta es el de un periodista que se plantea la verosimilitud de la historia. Hace referencia a ese hecho nombrando que él mismo pensó desde el principio que esta historia no podía ser real hasta que sucumbe a la misma y puede entrevistar al protagonista de este cuento de hadas. Incluso una vez que entrevista al propio músico por las respuestas que éste le da todavía sigue pensando que es un relato demasiado fantástico. El periodista sabe detectar una buena historia y Sixto sigue añadiendole misterio no se si intencionadamente o el tipo siemplemente es así. Me gusta pensar esto último. Finalmente prevalece la música, cautivadora la que compuso el tal Rodríguez.