jueves, 2 de abril de 2015

Nic Pizzolatto. Galveston

Hace un par de años la HBO estreno True Detective. Como cada vez que la mencionada cadena presenta un nuevo producto las expectativas eran muy altas por parte de crítica y público. El crédito se lo tenían más que ganado después de ser los artífices de algunas de las mejores series de la historia de la televisión: A dos metros bajo tierra, The Wire o Los Soprano. Pero es curioso, de un tiempo a esta parte tengo la sensación de que todo lo que lleve el sello HBO tiene que ser bueno por narices, incluso me aventuro a que ya había críticas laudatorias ya escritas sobre True Detective sin prácticamente estrenarse. Sobre la serie no puedo opinar, no la he visto y entre mis conocidos ninguno me ha comentado que sea tan buena como las anteriormente mencionadas.

El responsable de True Detective es Nic Pizzolatto que es el autor a su vez de Galveston, su primera novela publicada en España el pasado año. Y si True Detective es la mitad de buena que este libro ya merecerá la pena verla. Galveston ha sido bastante publicitada por su editorial, Salamandra, que por supuesto ha jugado el reclamo de.... " por el autor de True Detective". Bendita la hora que la tele nos da a conocer a novelistas de tanta enjundia como Dennis Lehane, George Pelecanos o Nic Pizzolatto.

He devorado en apenas tres días Galveston y he comprobado que los elogios que suelen venir en la contraportada de los libros en este caso están más que justificados. A Pizzolatto se le compara con Chandler o Hammet, referentes del género. A mi me ha recordado más a Jim Thompson. La novela tiene varios de los ingredientes habituales del género negro y eso para mí no es ningún problema sino todo lo contrario. No es un libro transgresor ni quiere derrumbar las estructuras ni nada parecido simplemente es una novela muy bien escrita que una vez has empezado te lleva en volandas en sus 285 páginas.

El personaje principal de la novela es Roy Cody un matón a sueldo al que le diagnostican un cáncer terminal. Pero a Roy antes que esa enfermedad le quieren dar puerta algunos indeseables con los que trabaja. De forma muy afortunada escapa de la situación y su vida da un vuelco inesperado al conocer a una joven prostituta que le hace replantearse cuestiones vitales. Ambos transitan por carreteras perdidas, moteles de esos tan chuscos que se ven en las películas norteamericanas, ciénagas y pantanos de un calor insoportable... Recursos habituales del género en los que Galveston se mueve como pez en el agua.

Supongo que el pequeño revuelo que se ha formado con esta novela no es tan abrumador como el de la serie True Detective. Y puede que los elogios para ambas sean desmedidos o su eco sea excesivo pero dejando esos aspectos al margen, Galveston, la novela es muy entretenida, disfrutable y entretiene de lo lindo. Esperemos que Pizzolatto continúe la senda abierta con este primer trabajo.