martes, 16 de octubre de 2012

Chris Isaak. Forever Blue


Los grandes conciertos son esos que recuerdas en cualquier momento. Una canción, un olor, un paisaje, cualquier cosa te puede traer a la memoria vete a saber por qué una de esas noches mágicas. Hoy nos hemos levantado con el tipico sirimiri del norte y me apetece escribir sobre Chris Isaak del que vimos un show espectacular en el Festival Azkena bajo una lluvia muy similar a la de hoy.

Forever Blue es la clase de álbum que no te cansas de escuchar jamás. Recuerdas cómo lo conseguiste y la emoción inicial al escucharlo que muchos años después sigue ahí. Y cuando eso sucede te sientes eufórico. Afortunadamente tengo unos cuantos cientos de discos que encajan en esto que escribo. Y eso son palabras mayores.



En Forever Blue no hay ni una canción de relleno. Y eso no sucede tantas veces. Acudir a este álbum a menudo es un verdadero placer. Son 39 minutos y 58 segundos sin desperdicio donde la voz de Isaak esta pletórica y las guitarras suenan muy bien. Adoro ese sonido. No controlo nada de temas técnicos de guitarra pero supongo que a la pericia de los músicos se la añadirá que el productor sabía como tenían que sonar los instrumentos.

Como sucede tantas veces Chris Isaak encontró la inspiración cuando estaba pasando un mal momento tras la separación de su novia. Escribió trece temas del tirón que se regodean en su dolor y tristeza pero mentiría si dijese que este disco me pone melancólico, para nada, es todo lo contrario. Puede resultar paradójico que mientras que un tipo canta a su tristeza tu tararees con alegría canciones como Somebody´s crying, Go walking down there, Don´t leave me on my own o I believe