martes, 2 de junio de 2009

Neil Young. Velodromo Anoeta 31-05-09

La música puede ser tu amiga. Puede ser catártica, te hace la vida mejor. Neil Young se ha aferrado a ella desde siempre con inusual vehemencia y cuando se sube a un escenario nos lo transmite como muy pocos. Es curioso. Esta semana ha sido bastante tensa por diferentes circunstancias y ayer Susana y yo llegamos al día del concierto exhaustos, incluso dudamos de ir. Pero Neil Young nos hizo pasar dos horas de ensueño en compañía de unas inmensas canciones. Con algo de retraso salio Neil Young como es el. Desaliñado, con sus greñas alborotadas, sus movimientos nerviosos, espasmodicos y poco ortodoxos y desde que atacó Mansion On The Hill con la que empezó hasta que terminó con Like A Hurricane asistimos a un ritual envolvente, dos horas en donde te olvidas de todo y te dejas llevar al son que te marca Neil.

Habia visto a Neil Young en A Coruña en 2001 y también fue un concierto buenísimo pero lo de ayer fue espectacular. Tuvimos el acierto de colocarnos a una buena distancia donde la acústica era decente y gozar con un repertorio que se me antoja inigualable. Que me acuerde Hey Hey My My, Old Man, Heart Of Gold, Cortez The Killer, Pocahontas, The Needle and The Damage Done... Incluso los dos temas que sonaron de su aburrido ultimo disco me gustaron.

Al amigo Neil le da igual el formato. En eléctrico nos llevó por donde quiso con su habitual contundencia y en acustico tocamos el cielo. Momentos irrepetibles al escuchar Old Man, Heart Of Gold, Mother Hearth.. La verdad es que me emocioné con la parte acústica. Sentías cada nota por todo tu cuerpo, apreciando todos los matices de esas canciones que son eternas. Se me caían las lagrimas, literal.

Cuando sonaron Cinnamon Girl, Everybody Knows This is Knowhere y Down By the River me acordé de dos amigos de la uni, Rober y Oscar, en Dinamarca y Madrid respectivamente, con los que he compartido y espero seguir compartiendo grandes momentos. Es lo que tiene la música te hace la vida mucho mejor y te lleva a disfrutar con los amigos de esas noches irrepetibles en las que parece que el tiempo se detiene y te crees invencible.