Y, efectivamente, el menda como tantos otros descubrió a este tipo vía Sons Of Anarchy de la que me tragué sus siete temporadas a pesar de sus evidentes altibajos y de que no está ni de lejos en la liga de las grandes series tipo Los Soprano, The Wire, Mad Men o Breaking Bad. En cualquier caso aquella ficción me mantuvo lo suficientemente interesado como para seguirla hasta el final y de paso deleitarme con su banda sonora mejor incluso que su trama ja ja. Uno de los que aparecía a menudo era Jake Smith bajo su proyecto White Buffalo. Tarde años en indagar en su discografía pero el primer paso no ha podido ser mejor, Once Upon A Time In The West es un pepinazo que cuenta con una baza imbatible: la portentosa voz de este hombre al que le han comparado a menudo con Johnny Cash y Eddie Vedder. Puede que en lo musical escuche trazas del primero pero en la voz el parecido con el segundo es sorprendente. En la forma de cantar, en el fraseo no tanto en que su voz se parezca per se que también algo.
Lo cierto es que el tono barítono arrollador de la voz de Jake Smith es un arma infalible pero si no hay canciones difícil que el invento funcione. Y las hay. Todas de hecho. Porque ni una baja el nivel. Uno tiene sus favoritas pero cada una de ellas se percibe como perfecta tanto las más pausadas como la inicial Ballad of a Deadman como torrentes sonoros en los que te dejas llevar con gusto como The Pilot, How the West Was Won o la arrolladora Good Ol´Day to Die. Escucha Stunt Driver y dime si eso no parece una canción cantada por un joven Vedder en plena efervescencia.
Estaría muy mal no mencionar a los compañeros de Jake Smith en White Buffalo porque aportan y mucho. El bajista Tommy Andrews se luce en todo el álbum brillando especialmente en las mencionadas Good Ol´Day to Die y Stunt Driver y le echa más que una mano en varios cortes Bruce Witkin que lo borda en The Pilot y además toca la guitarra en varios cortes y el piano en el último tema. El batería Matt Lynott se compenetra a la perfección con los anteriores para dotar de un robusto armazón sonoro a la conquistadora voz de Jake Smith. El ejemplo perfecto puede ser el cierre del álbum, la monumental I Am The Light uno de esos temas repletos de matices, perfecto ejemplo del potencial de este tipo. Ese in crescendo final me vuelve absolutamente loco. Todo un descubrimiento en el que pienso seguir indagando. Por si no fuera suficiente con los trece cortes en la edición que he comprado vienen cuatro bonus tracks igual de buenos que todo lo anterior. Brindo por White Buffalo. Han triunfado en mi casa.
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