Un amigo me pasó hace más de dos años un pincho con varios discos. Todavía funciono así. Podría trastear por Internet pero ni tengo tiempo ni me apetece. Prefiero intercambiar música con los amigos. Antes eran cassettes o cds ahora un pincho. Bien. Me adapto, ja ja. También escucho discos entero en el tubo. El artefacto estaba repleto de grandes obras y la palma se la lleva Carolina Confessions de The Marcus King Band que coloqué en mi top Seventeen de hace un par de años. Si hasta ese disco la trayectoria de Marcus estaba más cerca de las jam bands y del blues sus dos ultimas rodajas han dado un viraje exquisito hacia parámetros soul. Antes me gustaba con estos dos discos me ha volado la puta cabeza. Escribí hace poco sobre El Dorado y ahora junto unas líneas sobre Carolina Confessions. Me los he pillado ambos en cd en Revolver Records y recomiendo su adquisición a todo aquel que flipe con estos sonidos. No saldrá defraudado.
En Carolina Confessions Marcus King contó a la producción con Dave Cobb en cuyo currículo figuran obras de músicos tan interesantes como Chris Stapleton, Sturgill Simpson o Jason Isbell. Y acierta de pleno. A la indudable pericia guitarrera de Marcus se une en esta ocasión una ristra de temas a cual mejor que bucean en el blues rock teñido de mucho soul. Y Cobb da con la tecla adecuada para que todo fluya con naturalidad tanto en los medios tiempos como cuando se desata el torbellino eléctrico de Marcus. Con las sucesivas y obsesivas escuchas este álbum ocupa un lugar privilegiado en mi universo blues soul sin nada que envidiar a las grandes obras de Allman Brothers, Gov´t Mule o Tedeschi Trucks Band. Juega en esa liga sin ningún complejo.
Comienza el álbum con Confessions y me quedó sin habla en seguida. Adoro esa sutil e hipnótica apertura con el piano de Deshawn "D-Vibes" Alexander sirviendo en bandeja la contundente entrada a la sección de viento con Dean Mitchell al saxo y Justin Johnson a la trompeta a la que se une con contundencia la exquisita guitarra de Marcus King que canta con una desgarradora cadencia soul. Perplejo me quedé la primera vez que lo escuché y miles de veces después esa sensación eufórica sigue ahí. No se puede empezar con más clase un disco. Escuchas temas así y te descojonas vivo de todos los cenizos que dicen que el rock está muerto, que si revival y que si cual. Mis cojones treinta y tres.
Marcus King puede estar contento de haber grabado una rodaja de este calibre y de contar con una banda de este nivel. Los arreglos de viento son obra de Justin Johnson que se encarga de la trompeta y trombón y están metidos de forma sublime en cada canción. La exquisita sutileza de Confessions es compartida en el siguiente corte Where I´m Headed que se abre con unas guitarras acústicas cautivadoras, perfecto colchón para que de nuevo se sume una sección de viento fabulosa. De nuevo la voz de King está espectacular, una constante en el álbum y poco a poco el tema va creciendo para que los punteos de Marcus adquieran un bendito protagonismo al final del mismo.
La gloria del disco debe de ser compartida por Marcus y sus compinches. Así en el tercer tema, Homesick es imposible no caer rendido ante la base rítmica que conforman Stephen Campbell al bajo y Jack Ryan a la batería. Una base perfecta para que se incorporen los demás instrumentos. La línea de bajo me tiene cautivado y luce de lo lindo en esta canción, una joya de soul sureño. Las guitarras acústicas tienen importante cuota de protagonismo en Remember y Autumn Rains. En la primera basta de primeras la guitarra acústica para construir una canción sublime que recuerda a los temas que Mike Farris grabó en su impresionante debut en solitario. Se le suman elegantes punteos de la eléctrica y un leve toque de órgano. Una pasada.
Podría desgranar todas y cada una de las canciones del álbum porque no hay relleno. Son cuarenta y ocho minutos a disfrutar de principio a fin. Suena ahora Side Door y puedo imaginarme a Otis Redding interpretando canciones así de emocionantes pero lo cierto es que son temas actuales y todos firmados por Marcus King a excepción de How Long coescrita junto a Dan Auerbach y Pat McLaughlin. Por cierto está podría ser perfectamente el single del álbum. Es sencillamente irresistible. Para terminar me hago eco del final del disco esa outro espectacular del tema Goodbye Carolina. Pura elegancia. Hay que felicitar a Warren Haynes porque fue el que ficho a Marcus para su sello e incluso le produjo su segundo álbum. Menudo talento el de Marcus King. Y sólo tiene veinticuatro años. A eso le llamo yo aprovechar el tiempo.
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