sábado, 24 de noviembre de 2012

Sam Cooke at the Copa

Sam Cooke no se quedó nada contento de su actuación el Copacabana en 1960. El local era lo más de Nueva York y Sam no logró conectar con la audiencia. Fue una espina que tuvo clavada hasta que volvió a la ciudad. Y lo hizo haciendo ruido. Famosa es su estratagema publicitaria. Aquella de Bigges Cook in Town por la que desembolsó 10.000 dólares de su bolsillo. A esas alturas Cooke ya era una estrella entre el público de todos los colores. Pero el caso es que el concierto no funcionó. O así lo vivió el propio Sam.

Cualesquiera que fuese la razón porque la que aquel concierto de 1960 no cuajó queda sepultada tras la escucha de Sam Cooke Live at The Copa (1964). El Sam Cooke crooner. Arropado por una orquesta de lujo al servicio de su voz que interpreta y vocaliza de la forma en la que lo hacen los grandes del género. Es curioso porque es una faceta que he descubierto de este hombre que me tiene asombrado. Pero es que cuando se tiene una voz así se puede con todo. La vena soul es lo más conocido de su trayectoria pero es que como crooner tampoco tenía rival.

Así que para abrir aquella histórica velada y tras la presentación de rigor tenemos The Best Things in Life Are Free un tema que solía interpretar Sinatra. Una canción corta, directa que nos presenta por dónde van a ir el asunto en el afamado local neoyorquino. Aunque Cooke era un prolífico y excelente compositor la mayoría de los temas que interpretó aquella noche en el Copa no son suyos. Y curiosas a más no poder son las versiones de Blowin´ in the wind y If I Had a Hammer temas de tono social por los que Cooke sentía predilección y que precisamente canta en el último lugar en el mundo donde te lo puedes imaginar. Pero así era este tipo. Cuando Sam cantaba no se limitaba simple y llanamente a ser un cantante técnicamente perfecto, que lo era, interpretaba la canción, la pasaba por su filtro y ya nada volvía a ser igual.




Un ejercicio muy sano y divertido es escuchar a la mañana  para empezar el día con energía el Live a the Harlem Square Club y poner a la noche este Live at The Copa. Aunque parezca increíble es el mismo tipo. Un hombre capaz de moverse con igual soltura y brillantez en terrenos tan opuestos.  De una audiencia negra entregada, loca y sudorosa pasamos a local más chic del planeta, el centro de la canción ligera para el público blanco de la época dónde se podía escuchar el tintineo de las copas de martín. En ambas tesituras hay un triunfador: Sam Cooke.



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