lunes, 16 de julio de 2007

MP3s, descargas y avaricia

Si hace menos de seis meses me dicen que iba a sucumbir de la forma más vil y ruinosa a las descargas en Internet y el mundo del mp3 me hubiese revelado de forma contundente. Habría esgrimido unos cuantos argumentos sentenciosos e innegociables acerca de la grandeza del formato físico (cd fundamentalmente, porque el vinilo es un reducto para verdaderos idealistas). No habría dado ninguna opción a mi interlocutor.
Llevo unos cuantos años comprando música, al menos 15 y desde que me independice mi colección de discos fue creciendo y creciendo hasta llegar a los inevitables y aburridos problemas de espacio. Sin embargo, a pesar de haber incrementado notablemente el número de cds siempre los disfrutaba uno a uno. Los escuchaba, tenía el libreto, los saboreaba. Soy de los que se leen los créditos, incluso hasta la sección de agradecimientos. Hay verdaderos tesoros por ahí, diseños imaginativos y juguetones que añaden un poco más de valor a lo verdaderamente importante: la música.

Desde hace unos meses, en cambio, he caido en uno de los pecados capitales: la avaricia. El desmedido afán de poseer más y más música que acaba grabada en un formato nefasto y apilada en las antiestéticas torres de cds. A veces ni me molesto en poner títulos. Estoy en el lado de los cafres, de aquella gente que no da valor a la música. Acumulando y acumulando material sin apenas saber lo que se tiene y sin degustar la música como lo solía hacer.

Pero todavía hay redención para mi, al menos eso espero. Hace un par de semanas, tras cinco meses sin adquirir nada, invertí en San Francisco Days una pequeña joya de Chris Isaak y en cuanto se publique Washington Square Serenade de Steve Earle lo tendré en mis manos. Hace años solía ir a tiendas de discos al menos una vez a la semana. Las manos me sudaban, el corazón me latía con fuerza, caminaba nervioso de un lado a otro por los pasillos buscando algo y encontrándolo siempre.


Años después incluso trabajé en el gremio. Al otro lado del mostrador recomendé con entusiasmo grandes discos como hacía el personaje de John Cusack en Alta Fidelidad. Incluso hice alguna amistad basada en la pasión común por la música y el cine. Conocí a compañeros que sentían parecida excitación a la mía a la hora de hablar horas y horas sobre la impecable carrera de Tom Waits, los desvaríos mentales de Tarantino o la imperturbable clase de Mark Lanegan. Y eso no tiene precio ni se apila en una torre.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece inevitable caer en las redes de la avaricia. La oferta es prácticamente ilimitada, todo lo que desees con sólo pulsar un botón, ¿quién puede resistirse? Pero creo que llegado a un punto es conveniente parar y disfrutar realmente de la música, darle su tiempo poque si no ¿qué sentido tiene?

Jim Garry dijo...

Tienes razón, Grace. Hay que parar y disfrutar de la música. Tanto material acumulado sin escuchar no tiene nigún sentido. Gracias por participar.

Anónimo dijo...

Este blog tiene una pinta genial. Gracias por tus anteriores comentarios y recomendaciones. Lo de Waits ya está apuntado. El libro de entrevistas tiene que ser fantástico!

Jim Garry dijo...

Gracias a ti por colaborar billywild. Suerte en la ruta 66 y en los d�as que te quedan en NYC. Tu blog es uno de los mejores que he leido. Y si por tu viaje te encuentras a Waits disfruta de la experiencia.

Anónimo dijo...

Lo has reflejado a las mil maravillas. Creo que muchos aficionados a la música hemos experimentado lo mismo. La excitación al principio, cuando te das cuenta de que tienes practicamente todo al alcance de un click, te nubla el entendimiento. Pero acumular material solo por tenerlo es un error. El arte hay que disfrutarlo. Además yo me di cuenta de que empezaba a restarle valor a la música. Puede que sea algo feteichista, pero el hecho de tener un producto acabado en tus manos supone una mayor implicación emocional a lamhora de escucharlo.

Cuando acumulas mp3 en el ordenador y comienzas a escucharlos casi de forma funcionarial, porque se te acumulan y tienes que elegir si grabas algo o no, mal asunto. yo soy el primero en darme cuenta de estas cosa y no habran sido menos de 100 veces las que me he prometido que voy a usar menos internet y a disfrutar más de la música. Pero luego llegan 10 novedades en un solo mes y no puedes aguantar. Qué le voy a hacer.

Un saludo.

Jim Garry dijo...

Yo tb muy a muy pesar he caido en las tentaciones de la red. Pero ultimamente procuro tomarmelo con más calma, disfrutar de la música sin prisas.

Saludos.

Anónimo dijo...

Al no tener un correo donde mandarte cuitas me veo obligado a escribirte aquí...

Ayer fuímos Joseba y yo a Gong de barakaldo para ver algo y de paso saludar a Javier Cámara que curra allí (o curraba, no lo se) y han quitado la mitad de espacio y me temo que mucha peña de la plantilla a la puta calle, es para ir a verlo, da pena.