Mañana vuelven los niños al cole. Un retorno plagado de incógnitas, incertidumbre y salpicado por la huelga convocada por los profesores para el próximo 15 de septiembre. Razones creo que no les faltan. Es inevitable tener una acuciante sensación de improvisación, de tardanza, de pensar que todo se podría haber hecho antes y mejor. No parece muy lógico que la reunión entre el Gobierno y las Autonomías se haya producido apenas diez días antes del retorno escolar. En Euskadi todos los sindicatos han firmado un documento en el que califican la gestión del Departamento Vasco de Educación de irresponsable, unilateral y tardía. Claro que ya he escuchado a más de uno aquello de que los profesores son unos privilegiados, que se la tocan y que patatin y patatan. Lo que sucede siempre en este país teñido de envidia y de si yo estoy mal quiero que a ti te vaya peor. Lo cierto es que el retorno a las aulas en estas circunstancias requiere una inversión tanto material como humana superior a la habitual. Más recursos, más contratación y mejor planificación. Parece de sentido común. Veremos como avanza el asunto.
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