El próximo 8 de mayo Mark Lanegan publicará Straight songs of Sorrow el disco que acompaña a su libro de memorias Sing Backwards And Weep, disponible desde el 28 de abril. Al parecer Lanegan lo ha grabado al viejo estilo (nada de turbulencias electrónicas o eso nos cuentan al menos) para que sirva de banda sonora a aquellos convulsos a la par que excitantes años. Se ha rodeado de ilustres invitados como Greg Dulli, John Paul Jones o Warren Ellis. Por supuesto tengo ganas de catar ambos artefactos: libro y disco. Más todavía al comprobar el revuelo que se ha montado con algún adelanto del libro que ha sentado como una patada en sus partes a los hermanos Conner insignes hermanos del mejor combo de Seatle: los inclasificables Screaming Trees.
Confieso que si tenía ganas de leer el libro, vista la reacción de Van Conner mis ansias se han multiplicado hasta el infinito y más allá. Al bajista de Screaming Trees no le han gustado algunas páginas del libro y se ha despachado a gusto: I should write a new book, the story of Mark Lanegan. A Judas Fucking Bastard. Enjoy doing your disco music... Ja, ja ja. Reconozco que cuando lo leí casi me caigo de la silla del descojono que me entro, sobre todo con eso de Enjoy doing your disco music. Es más si tenía ganas de leer el libro de Lanegan ahora tengo muchas más de leer el que dice Van Conner que debería escribir. Ese lo financiaba yo mismo. Proponía un crowdfunding de esos esperando que fuese un rotundo éxito. Queridos amiguitos, carroña a mansalva. Aunque lo que molaría de verdad es que algún festival de por aquí cerca pusiese pasta para reunir a los Screaming Trees y que por una buena cantidad de cash aparcasen sus diferencias por hora y media y nos deleitasen con un repertorio de ensueño para el que esto escribe.
Tradicionalmente la música en España ha sido maltratada cuando no directamente ignorada en nuestra querida televisión pública. Se me ocurren pocos ejemplos de programas interesantes relacionados con la música popular. Algo de pop, poco rock´n roll, menos heavy ni asomo de soul. Tal vez el jazz ha sido el único estilo que ha dispuesto de algún programa interesante en la parrilla. Uno mira con envidia la programación de la BBC. Pioneros en la gestión de la televisión pública y desde luego a años luz de lo que acontece por estos lares.
Desde hace un par de años al menos se han creado un par de espacios dedicados a la música. De La Hora Musa poco tengo que escribir, ni bueno ni malo, no lo seguí como para sacar conclusiones pero si que he visionado buena parte de Un país para escucharlo conducido por Ariel Rot. Y merece la pena. Independientemente de que los artistas que salen sean de mi agrado (desgraciadamente en la mayoría de los casos no mucho jaja) lo cierto es que el formato está bien y Rot lo conduce de forma elegante. No tiene ansias de protagonismo, es un excelente entrevistador y para variar sabe escuchar, algo clave en un espacio de estas características.
El invento consiste en lo siguiente. Rot viaja a un territorio donde un músico le hace de anfitrión y le lleva por la escena del lugar en cuestión. Se intenta abarcar los diferentes estilos que pululan por la ciudad y en general es un esfuerzo agradable de mostrar la música de cada sitio. Se sazonan las entrevistas con los músicos en cuestión con unas cuantas actuaciones en directo en las que en ocasiones se uno con mucho tino el propio Ariel Rot a la guitarra. Como ya he escrito no conecto con muchas de las bandas o solistas que han salido y estaría bien que indagase un poco más en las catacumbas pero ello no es óbice para alegrarse de tener un programa de estas características. Hasta ahora mis favoritos han sido los dedicados a Sevilla y Cádiz, Asturias, Murcia, Bilbao y Vitoria, Galicia y Valldolid y León. Seguiremos atentos esta segunda temporada.
Quien más quien menos cae en las redes de la nostalgia. La consabida gira de reunión o de celebración de tal o cual disco es una constante desde hace mucho tiempo y Monster Magnet no han escapado a tal menester. La excusa en este caso celebrar los más de veinte años de Powertripsu disco más vendido, ese con el cual estuvieron a punto de petarla a nivel masivo. Se quedaron cerca o tal vez no tanto pero desde luego en mi casa se ganaron un hueco eterno. Prueba a poner a todo volumen hoy mismo Powertrip y dime que eso no sigue siendo la rehostia bendita. Madre mía qué poderío. Entre esta joya y su anterior Dopes To Infinity difícil elegir cuál es mejor. ¿Para qué? Los dos a la buchaca. Parece ser que la gira celebrando tan potente álbum ha sido un éxito por estos lares y ya me fastidia no haber podido acudir a ninguna de esas citas. Porca miseria.
La entrevista a Fast este mes en Popular 1 es la excusa perfecta para volver a juntar unas líneas sobre el trío más cool de la Gran Manzana. El bueno de Brian Lester (aka Fast) se explaya a gusto con las preguntas que le hace Luis Aragón y ambos consiguen que la charla sea agradable de leer, amena y graciosa a partes iguales. Fast comenta planes futuros sobre un nuevo disco de FLC, cuenta como surgió el título de Another Mimosa pues eso fue precisamente lo que le dijo a Huey ante la idea de grabar otro disco de versiones y señala que la música siempre es un refugio, un lugar en el que evadirse de problemas por muy mal que vengan dadas. Estoy de acuerdo de ahí el título de este cochambroso blog. Una vez más y no será la última con todos ustedes miserables roedores Fun Lovin´Criminals, dos temazos que me chiflan Going Down una efervescente cover de Freddie King y El Malo un ultra cool tema gansteril de su anterior álbum en estudio Classic Fantastic.
Hace un par de meses fui a ver al Antzoki a Curtis Harding. Al día siguiente un amigo me dijo que no había escrito nada en este cochambroso blog y le contesté que todo lo que escribo aquí es porque me entusiasma, gusta o me vuelta la puta cabeza. Paso de gastar energía en críticas negativas. La única vez que creo que he escrito algo así fue en un post que dediqué a U2. Ahora para compensar y porque en mi historia con la banda irlandesa pesa mucho más lo positivo que lo negativo ahí va una reciente actuación con la banda The Roots en el programa de Jimmy Fallon. Angel Of Harlem me sigue volando la puta cabeza y aquí los irlandeses tienen la mejor compañía posible. Y además el tema está dedicado a la gran Billie Holiday.
Entre finales de marzo y principios de abril The Hangmen se acercarán por estos lares en una extensa y totalmente underground gira que pasará por pequeños locales. Algo alejado del circuito habitual que seguramente cuente con poca promoción pero que seguro saciará a los que se acerquen a ver a este combo de Los Ángeles que lleva más de treinta años dando guerra frente a todas las adversidades que han sido muchas y de variada índole. Afortunadamente nada parece detenerles y en agosto del pasado año vía Acetate Records publicaron un pedazo de álbum que me tiene loco desde que lo pillé hace un par de meses. Se titula Cactusville y son apenas 35 minutos de música auténtica y absorbente en la que la banda liderada por Bryan Small da cuenta de auténtico punk rock y de su vertiente más cercana a la música de raíces. Y en ambos estilos salen triunfadores.
Siempre he leído sobre la conexión existente entre el punk y el country. Más a nivel de actitud que en cuanto al sonido pero pocos ejemplos se me ocurren mejor que The Hangmen para constatar que esa unión entre géneros a priori tan distintos no sólo existe sino que puede dar resultados encantadores. Al igual que Social Distortion o Supersuckers, The Hangmen tienen una inequívoca vertiente country o roots music y ambas conviven a la mil maravillas en este Cactusville. De hecho, el álbum está dividido en dos partes. En la primera se suceden uno tras otro cinco pelotazos punk rock cantados con la chulería y vehemencia habituales por Bryan Small y en la segunda con cambio de formación incluido, sin perder un ápice de fuerza, tenemos cuatro temas excelentes que podrían figurar en alguno de los mejores discos de Tom Petty o The Jayhawks.
Antes de comprar el álbum me lo escuché en el tubo a fuego durante varias semanas. A pesar de tener material para escuchar en el reproductor de cd o vinilo era tal el enganche que tenía a este disco que no he tenido más remedio que pillarmelo y escucharlo como tiene que ser: a toda pastilla en un buen equipo de música. Y es un puto placer poner a todo volumen Cactusville y dejarse llevar con el tema que da título al álbum que ya tiene las señas de identidad de la casa: esa muralla sónica que tejen Jimmy James y Bryan Small, un trabajo a las seis cuerdas super chulo, dos guitarristas que se retroalimentan. Estribillos potentes y guitarras punzantes guían a la segunda, Lookin´For Blood una canción redonda con los imprescindibles coros de Angeline Congleton (bajo) y el nuevo batería Jorge E. Disguster y con un final apoteósico, repleto de fuerza y mala baba.
Man In Black´s Hand pasa a engrosar desde ya el status de clásico en el repertorio de los angelinos. Un riff sencillo y efectivo a más no poder que se te incrusta a las primeras de cambio y una letra socarrona que hace referencia al gran Johnny Cash. En Nobody´s girl unos pequeños apuntes al teclado de Danny McGough, habitual de Social Distortion, le dan un toque perfecto a la canción que podría figurar sin dudarlo en aquel excelente Sex, love and rock´n roll de las huestes de Mike Ness. Death Valley cierra con toda la fuerza del mundo una cara A adictiva. Punk rock grueso y combativo plagado de guitarrazos y pequeños detalles que se aprecian con las escuchas.
En la cara B el protagonismo es para The Hangmen featuring the Best Western players. Bryan Small se rodea en estas cuatro canciones de otros músicos a excepción de Angeline Congleton que repite al bajo. Así adquiere protagonismo la pedal steel guitar de Jordan Shapiro, las guitarras eléctricas y acústicas de Rick Ballard y Hunter Crowley le da a la batería en estos temas más propios de una banda aferrada a la Roots Music pero con ese inequívoco deje punk apreciable sobre todo en las inflexiones vocales de Bryan Small.
Y si las cinco canciones de la cara A son tremendas todas las de la cara B no le van a la zaga.Cold Memory Blueses otro pelotazo country rock provisto de un riff encantador y en el que la pedal steel deShapiro alcanza momentos estelares. Enganchado sin remisión a este tema.Don´t Count Me Outes una canción que podría encajar perfectamente en cualquier disco clásico deTom Pettyy eso en mi casa equivale a decir la puta liga suprema. Aquí las guitarras acústicas tienen mucho protagonismo y en un momento dado suenan stonianas total. Con el añadido de unos fantásticos arreglos y armonías vocales.Black Boots es hermana de la anterior. El mismo sentimiento arrollador, la misma emoción y de nuevo brillando de forma excelsa la pedal steel deJordan Shapiro. Cierra de forma eleganteDon´t Look Back. En esta cobra protagonismo el el teclado deJohn Goetchius, los punteos deRick Ballardson excelentes y todo ello arropado por si fuera poco por unos delicados arreglos orquestales.
Va a ser muy jodido que pueda acudir a alguno de sus conciertos. Los que me pillan cerca son entre semana y es necesario vehículo. Podría robar uno pero necesitaría un conductor ja ja. Incluso había mirado ir a Pucela y de paso visitar a mi primo, la ocasión lo merecería pero cae un puto miércoles. En fin seguiré dándole duro a este apasionante Cactusville, volveré a poner a todo trapo Loteria y ya está de camino Metallic IOU. Si alguna de las fechas pilla cerca de tu casa y te gusta el rock´n roll directo y auténtico en tu cara no te pierdas a estos tipos.
Tal día como hoy hace 29 añoScreaming TreespublicabanUncle Anesthesiaálbum producido porTerry DateyChris Cornell. Este disco les llevaba un paso más allá de todo lo que habían hecho antes y venía repleto de auténticas joyas, canciones que con el paso del tiempo se convertirían en míticas en el repertorio de esta peculiar e inigualable banda originaria de Ellensburg. Cualquier día es bueno para hincar el oído de nuevo a maravillas comoAlice Said,Bed Of Roses,Caught Between,Ocean Of ConfusionoLay Your Hear Down. Aquí los hermanosConner yLanegan junto aMack Pickerela la batería irían puliendo su sonido todavía más para un año más tarde entregar su primera obra maestraSweet Oblivionya conBarrett Martina los parches y cuatro después firmar el mejor epitafio de la historia conDust. Ahí es nada.