viernes, 14 de diciembre de 2012

Buddy Miller & Jim Lauderdale. Buddy and Jim


La primera vez que supe algo de Buddy Miller y Jim Lauderdale fue leyendo los créditos de Car Wheels On A Gravel Road, ese monumental álbum de Lucinda Willams que a día de hoy me sigue pareciendo el mejor de su discografía. En ese disco, Buddy y Jim tocaban la guitarra y hacían los coros en varios temas. Pusieron su granito de arena para que esa obra funcionase como un reloj suizo. El primer disco que conocí de Buddy fue Universal United House of prayer una emotiva combinación de country, soul y blues  en la que por cierto colaboraba Jim. Luego seguí con Love Snuck up y Your love and other lies. De Lauderdale no tengo nada. Es otra asignatura pendiente y más tras escuchar este disco conjunto.

Buddy y Jim sintonizan a las mil maravillas y en apenas 34 minutos nos regalan unas cuantas canciones perfectas que en mi caso me han llegado a la primera y que se pasean por el country, el folk y el blues con mucha clase. No suele ser habitual que escriba sobre un disco hasta que lo he trillado mucho pero es que este cae todos los días desde que me lo pasó un amigo. Como he escrito entra fácil. Puede ser porque esté muy familiarizado con la música de Buddy. Y es que adoro a este tío. Me parece un productor de traca, un guitarrista de esos que no coparán portadas pero que es un hacha y un muy buen cantante.


En la variedad está el gusto por lo menos aquí y Buddy y Jim hacen causa común y nos dan canciones marchosas que parecen rock´n roll de los cincuenta (The Woble) piezas eminentemente country, construidas con un gusto exquisito como That's Not Even Why I Love You y Lonely One In This Town o canciones sencillamente perfectas y bellas como Forever And A Day. No se les escapa nada a estos tíos. Los violínes reinan en muchas canciones pero las protagonistas son unas guitarras a las que Miller y Lauderdale sacan chispas.

Ahora estaría de traca que algún promotor se animase y se pasasen por estos lares. Cómo me molaría escuchar en las voces de estos tipos esa tremenda I want to everything for you que según me he enterado es de Joe Tex, otro de esos soulman en los que quiero iniciarme y perder la chaveta con The Woble. Nunca se sabe. Pensaba que jamás vería en directo por aquí a Steve Earle y el mismo año lo trajeron a la sala Azkena y al festival del mismo nombre. Así que cruzemos los dedos. Buddy Miller es uno de los músicos que más ganas tengo de ver en directo.


jueves, 13 de diciembre de 2012

Huey Morgan. Fly me to the moon y Christmas By The Side Of The Road

Antes de que el pobre Huey tuviese que pedir en Trafalgar Square mientras canta sus sentimentales canciones navideñas (Christmas By The Side Of The Road) se paseaba por la televisión inglesa con su chulería y gracia habitual. Porque hay que ser un jeta de mucho cuidado para cantar Fly me to the moon con una copa en la mano y salir airoso. Me encanta, ja,ja,ja. No se cuánto tiempo ha pasado entre ambas interpretaciones pero le deseo que le dejen mucha propina en la calle. 




miércoles, 12 de diciembre de 2012

Frank Sinatra. Songs for swingin´ lovers!


1956 fue un fantástico año para Frank Sinatra. Editó el que muchos críticos consideran como el mejor disco de su carrera: Songs for swingin´ lovers! sobre el que se han escrito frases tipo si sólo tienes un álbum de Sinatra debería ser este. Yo creo que si sólo tienes un disco de Sinatra ya puedes ir empezando a hacerte con más. De inmediato. Sin excusas. Frank era además de un cantante excelso un tipo que sabía siempre rodearse de los mejores. Jamás aprendió solfeo lo que no le impedía participar en todas las sesiones de grabación implicándose como el que más, con un sentido infalible para hacer que todo sonase de cine y con una forma de interpretar personal e intransferible.

Durante buena parte de su periodo en Capitol Sinatra alternó esplendorosas píldoras de swing sonoras con discos introspectivos. Un poco como era su vida. Un día lloraba a Ava Gadner pero los tres siguientes se repartía con Kim Novak, Lauren Bacall y Judy Garland. Con las tres tuvo aventuras aquel 1956. En sus discos existía esa dualidad. Y uno no siempre tiene el día para escuchar una obra tan buena como In the Wee Small Hours. Sin embargo Songs for swingin´ lovers podría sonar a todas horas en mi casa. Se cuela algún tema más lento como Love is here to stay o We´ll be together again que por cierto son muy buenos y el resto es el Sinatra que podía con todo.

Como he escrito Frank Sinatra siempre contaba con espléndidos músicos. En la contraportada aparece una frase de Frank diciendo que Nelson Riddle era el mejor arreglista del mundo. Y aquí lo volvió a demostrar una vez más. I´ve got you under my skin está considerado el mejor sencillo en la carrera de Sinatra. Palabras mayores. Lo curioso del caso es que según cuenta J.Randy Tarborrelli en una biografía sobre el cantante, ese tema fue el último que se incluyó en el álbum y los arreglos del mismo los hizo Riddle camino del estudio mientras su mujer conducía. Tras interpretarla por primera vez en el estudio los músicos se pusieron en pie para aplaudir a Nelson Riddle.


De los quince temas que componen esta maravilla conocía unos cuantos de diversos recopilatorios. Por ejemplo ese portentoso inicio con You make me feel so young. Sabe a gloria escuchar la voz nítida, clara de Sinatra pronunciar con su seguridad y con ese certero sentido musical aquello de: You make me feel so young, You make me feel so spring has sprung, And every time I see you grin, I'm such a happy individual. Otra interpretaciones vitales en la carrera de Sinatra son Old Devil moon y Pennies From heaven que luego regrabaría en su estapa Reprise con la orquesta de Count Basie… Y las que no controlaba me han volado la cabeza. Como It Happened in Monterey o To Marvelous for words.

La suerte además es que esta edición se complementa con once temas extra pertenecientes a sesiones comprendidas entre 1953 y 1960 con Nelson Riddle dirigiendo el cotarro. Temas imprescindibles y muy famosos en el repertorio de Sinatra como I´ve got a World on a string, Chicago o Love is the tender tramp. Y otras piezas tal vez menos conocidas pero impresionantes como Learnin´the blues. En total más de setenta minutos de música en compañía del crooner por excelencia.


martes, 11 de diciembre de 2012

La muerte de Sam Cooke


Sucedió justo hace hoy cuarenta y ocho años y todavía no es un caso cerrado. La muerte de Sam Cooke golpeó a un mundo que como el mismo había cantado estaba cambiando. Con su asesinato se acabó con la vida de uno de los mejores cantantes de la historia pero también con la existencia de un tipo que cambió muchas cosas en el negocio y que se implicó en la lucha por los derechos civiles. Luchó por lo que creyó y sembró el camino de cosas buenas que otros recogieron.

El 11 de diciembre de 1964 Sam Cooke moría abatido a balazos por Bertha Franklin, la dueña de Hacienda Motel un cutre hospedaje donde Cooke se había alojado con una joven, Elisa Boyer de 21 años que acababa de conocer en un club. Los hechos son confusos y las versiones difieren. La más extendida es que Elisa Boyer salió de la habitación asustada temiendo que Cooke la forzase y la dueña del hotel disparó a un negro que salía de la habitación medio desnudo corriendo tras la chica. Hay muchas teorías sobre quién se cargó a Sam Cooke. No parece que fuese un accidente y una cuestión de mala suerte. La que disparó, Bertha Franklin cambió hasta cuatro veces su declaración antes del juicio.


Pero hay más, no se examinó el cuerpo de Lisa para comprobar si había sido violada y el informe policial confirmó que Cooke había muerto a causa de un solo disparo justo entre la tercera y la cuarta vértebra. Una obra precisa, puede que realizada por un profesional. La familia de Cooke posteriormente contrató una agencia de detectives que descubrió algunos hechos inquietantes: Cuando Sam estuvo con Lisa aquella noche llevaba una alta cantidad de dinero (3 mil o cinco mil dólares que nunca aparecieron). Un mes después de la muerte de Sam, Lisa fue arrestada por prostitución y quince años más tarde terminó en la cárcel tras haber disparado contra su amante. Bertha Franklin tenía registrada un arma que no coincidía con el calibre que se usó en el asesinato de Cooke. Incluso Etta James escribió en su autobiografía que vio el cadáver de Cooke en el ataúd y que era el rostro de alguien que había recibido una paliza.

Sobre la vida de Sam Cooke hay muchas sombras. Se cuenta que le perdían las mujeres. Se apunta que tenía unos cuantos hijos por ahí sin reconocer. Le golpeó la mayor de las tragedias: Perder un hijo que murió con apenas dieciocho meses de vida. Eso marca a cualquiera para siempre. Sam siguió, no sé cómo, y luego acabaron con su vida de forma miserable. Con su actitud y su música Cooke contribuyó sin duda a que este mundo fuese un poco mejor. En el libro Our Uncle Sam: The Sam Cooke Story From His Family's Perspective alguien de la familia cuenta su historia desde la perspectiva familiar, algo necesario y justo teniendo en cuenta las circunstancias de su muerte y los posteriores rumores y teorías de todo tipo sobre ella. 


lunes, 10 de diciembre de 2012

Jamie Cullum. Twentysomething


Hay una escena en Alta Fidelidad en la que el personaje interpretado por John Cusack estando tras el mostrador de su tienda de disco se dirige a la cámara y nos anuncia “voy a vender un disco”. Creo que el escogido es uno de The Beta Band. Lo pone a buen volumen en el local y la secuencia continua con planos de los clientes moviéndose al son de la música hasta que van cayendo unos cuantos que pasan por caja. Algo similar ocurría en Gong Records cuando trabajaba allí y mi compañero Carlos seleccionaba Twentysomething de Jamie Cullum. El goteo de personas de todo tipo que pasaba por caja era considerable.

Mi compañero Carlos era un flipado del jazz, la bossonava, las pelis de los setenta y alguna cosa más. Pero no era el típico estirado, encerrado en su caverna del jazz alejado de la plebe. Compartía gustoso sus descubrimientos sin darse aires y en mis escasos seis meses allí descubrí gracias a él a Brad Mehldau ,Al Green, Johnny Hartman o qué leches el propio Jamie Cullum. A cambio yo le grabé Jazz squad de Katherine Whalen. Buen intercambio, je, je. Fue en el verano de 2004. Un buen año para Cullum y también para mi ya que disfruté bastante la experiencia de trabajar en una tienda de discos en un ambiente relajado. Seleccionando la música a tu antojo e intercambiando charlas de todo tipo con compañeros de trabajo y clientes.


Ocho años después Twentysomething me sigue pareciendo un buen disco. Desde aquel año tiene un lugar destacado en estas fechas invernales. Me voy a saltar todo ese rollo de niño bonito y mainstream que tiene Cullum y me centro en la música. Y la que ese disco contiene es de altura. Son 13 temas, cinco de los cuales llevan la firma Cullum, tres de Jaime, Twentysomething, All The sea y Next year, baby y dos de su hermano Ben, These are the days y It´s about time. Y estas canciones son para mi gusto lo mejor del disco lo cual tiene su mérito en un álbum en el que el resto son versiones algunas muy sobadas pero de las que Cullum sale airoso (I get a kick out of you).

Entre mis covers favoritas están Singin´in the rain, What a difference a day made y Old Devil Moon. Pero la que más me gusta sin duda es la versión del Wind Cries Mary de Jimi Hendrix porque Cullum lleva a su terreno una canción que siempre me ha gustado y que lo sigue haciendo aquí de una forma diferente. En plan crooner. Con estilo. Cullum tiene una buena voz y una notable destreza al piano. Los músicos que le acompañan son de altura y hay que reconocer que el chico supo sacar rendimiento a la inversión que el sello Universal hizo en él. Y yo no voy a disimular que la música de este sujeto me mola, mucho además. 



domingo, 9 de diciembre de 2012

Tomar partido

Ante determinadas circunstancias en la vida antes o después hay que tomar partido. A menudo optamos por la postura cómoda y nos dejamos llevar. Se suele decir una frase a menudo, eso de por la paz un ave María y puede que en ocasiones sea lo mejor pero otras conviene dejar las cosas claras. Porque hoy piensas que a ti no te va a tocar pero tal vez mañana si. Me viene a la mente unas frases que atribuyen a Bertolt Brecht pero que en realidad pertenecen a Martin Niemöller. Esto es aplicable a todo: política, economía, relaciones personales.


Primero fueron a por los judíos,
y yo no hablé porque no era judío.
Después fueron a por los comunistas,
y yo no hablé porque no era comunista.
Después fueron a por los católicos,
y yo no hablé porque era protestante.
Después fueron a por mí,
y para entonces ya no quedaba nadie que hablara por mí.


Como no he encontrado ningún tema que se titulase Piojos resucitados y para no acabar tan serios lo mejor es darle al Diamond Dave,ja,ja,ja.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Soul Sister: The Classic Aretha Franklin.


Estoy a la espera de que me llegué un quíntuple cd con 100 canciones de Aretha Franklin de su época de Atlantic. Tenía tres recopilatorios bastante interesantes, dos de los cuales de su etapa en Atlantic ya no están en mi casa. Es lo que pasa a veces cuando dejas música a algunas personas. El que sobrevive en mi hogar es este Soul Sister, The Classic Aretha Franklin una excelente compilación de sus años en Columbia que me costó tres euros. El libreto es una mierda pero las 23 canciones son una delicia y además con un buen sonido. Todas las navidades reina en mi casa. En otras épocas del año también pero ahora es el álbum nocturno por excelencia.

Aretha Franklin estuvo cinco años en Columbia en los que grabó media docena de discos pero la etapa que más conozco de ella es la de Atlantic. Aquel poderoso e hipnótico soul cantado por una voz imbatible. Sin embargo en este recopilatorio abunda otro toque más jazz y blues, donde Aretha brilla tanto o más que en su época en el sello de Jerry Wexler. Cuando me lo compré, hará más de diez años, pensé que el sonido sería chungo y que tal vez fuese algo menor en su obra pero nada más lejos de la realidad. Pertenecen a su inicio en la música secular y su entrada es por todo lo alto. También hay algún toque más parecido a lo que conocía como Mockingbird o Soulville.



Con Aretha Franklin me sucede como con Sam Cooke. Ambos se movían por cualquier género con algo más que soltura. Habían nacido para cantar y se acoplaban a cada estilo con naturalidad. Supongo que tendrían sus técnicas para la voz y todo ese rollo pero se les ve cantar con una facilidad que impresiona. Aquí es una gozada escuchar la voz de Aretha desde ese mágico comienzo con Unforgettable. Seguir con My Guy que me resultaba conocida como The Shoop Shoop Song que la escuché por primera vez en voz de Cher. Las cosas como son. Es absurdo señalar los temas porque no hay ni uno que desmerezca. Me vuelven loco Today I sing my blues, Maybe I´m a fool y Walk on by.

Al parecer Aretha acabó mal con Columbia y con su descubridor John Hammond. Siempre se ha achacado al sello de Hammond que no supo enfocar la carrera de Aretha correctamente, que Hammond insistía demasiado en llevarle por su terreno favorito, el jazz pero a mi me basta escuchar todas estas canciones para alucinar un rato. Y si, bendita la hora, años después cuando Aretha la lío en Atlantic pero su etapa en Columbia es algo muy especial. Ahora mismo suena Walk on by y es eso, esta tía podía con todo.