miércoles, 7 de marzo de 2012

Steve Earle. Jerusalem


Cuando en 2002 Steve Earle publicó Jerusalem se armó una buena. Muchas emisoras boicotearon al bueno de Earle, muchos columnistas le calificaron de antipatriota y algunos espabilados se atrevieron a escribir que lo que buscaba Earle era vender más discos aprovechándose de la polémica. Que ya se sabe, eso de mandar mensajes sociales o de “izquierdas” vende. Y no dudo de que lo pueda hacer. Pero el caso de Earle era distinto. Este hombre llevaba más de tres lustros labrándose una sólida reputación como songwriter y desde su vuelta tras pasar unas vacaciones en el trullo había consolidado su carrera con una ristra de discos impoluta: Train a comin, I feel alright, El Corazon, The Mountain, Trascendental blues y este Jerusalem que para mi gusto es su última gran obra. De la que se lío con el tema John Walker Blues paso y más todavía de encasillar a Earle como cantante político. Precisamente uno de los puntos fuertes de Earle como compositor son las letras de variada temática y siempre bien ensambladas con la música. En la faceta literaria Steve es uno de mis favoritos de su generación. Y además de sus canciones ahí está su libro de relatos Rosas de Redención (publicado para Gamutza Azul) para corroborarlo.



Jerusalem es mucho más que un álbum valiente por contener canciones como la que da nombre al disco o John Walker Blues. En las letras hay reflexiones sobre el mundo que habitamos lleno de tragedias pero también con lugar para la esperanza. Porque por muy mal que estén las cosas (y de eso el amigo Earle sabe un rato) siempre hay una brizna a la que agarrarse. Me gusta Earle porque es un tío positivo, real, no se anda con chiquitas y aborda las cuestiones desde la raíz a la vez que sabe buscar ese hueco por el que escaparse. En este disco todo eso está presente aderezado en contagiosas melodías. Siempre me ha gustado ese Earle que canta con rabia, con actitud punk, pronunciando cada palabra con mala hostia como en Ashes to Ashes o Amerika v 6.0 (the best we can do). Un atómico inicio que siempre pongo a máximo volumen. Pero como he mencionado a la parte rabiosa se unen maravillosas melodías como las contenidas en Go Amanda o I remember you. En esta última le acompaña en los coros Emmylou Harris una de las personas que siempre ha apoyado a Earle en las buenas y las malas. The Kind es otra de mis favoritas. Una sencilla y bonita canción. Menos es más.
 


Hay que mencionar a los músicos que acompañan a Earle cumplen a las mil maravillas. Eric “Roscoe” Ambel es otro de esos guitarristas silenciosos con toneladas de talento y que sabe arropar a Earle en los coros, Will Rigby le pega duro a los parches y Kelley Looney sumas sus líneas de bajo con mucho gusto. Earle nunca ha tenido una gran voz pero si una forma peculiar y reconocible de cantar. Uno de los momentos más inolvidables que he visto de cualquier músico en directo es ver a Steve a escasos dos metros de mi, un 16 de agosto de 2003 en la sala Azkena. Impagable oírle cantar John Walker Blues con esa convicción. En el disco los dos temas que menos me gustan son los cortes 6 y 7, What´s a simple man to do? y The Truth. Pero la traca final es inmejorable, Go Amanda, I remember you, Shadowland y la guinda con Jerusalem el tema que da nombre y cierra el álbum. Una de mis canciones favoritas de todos los tiempos. Steve Earle, un músico al que le tengo un cariño especial, un puto crack.


I woke up this mornin' and none of the news was good
And death machines were rumblin' 'cross the ground where Jesus stood
And the man on my TV told me that it had always been that way
And there was nothin' anyone could do or say

And I almost listened to him
Yeah, I almost lost my mind
Then I regained my senses again
And looked into my heart to find

That I believe that one fine day all the children of Abraham
Will lay down their swords forever in Jerusalem

Well maybe I'm only dreamin' and maybe I'm just a fool
But I don't remember learnin' how to hate in Sunday school
But somewhere along the way I strayed and I never looked back again
But I still find some comfort now and then

Then the storm comes rumblin' in
And I can't lay me down
And the drums are drummin' again
And I can't stand the sound

But I believe there'll come a day when the lion and the lamb
Will lie down in peace together in Jerusalem

And there'll be no barricades then
There'll be no wire or walls
And we can wash all this blood from our hands
And all this hatred from our souls

And I believe that on that day all the children of Abraham
Will lay down their swords forever in Jerusalem

 

jueves, 1 de marzo de 2012

The Rolling Stones. Exile on Main Street


Antes de ayer haciendo zapping topé con el documental sobre el Exile on Main Street de los Rolling Stones. ¡Lo estaban echando en la 2 a las 21:00! Lo pillé empezado y seguro que lo repiten o mi camello me lo pasa. Lo que vi como no podía ser de otra forma me gustó mucho. Y es que el menda, como supongo millones de personas de este mundo tiene a Exile on Main Street en un pedestal. En lo más alto de la pirámide creativa. Algunos discos se le pueden igualar. Superar es imposible. En la media hora escasa que vi se reflejaba muy bien el ambiente enrarecido y descontrolado que reinó durante la grabación que dio como resultado una obra que no te cansas de escuchar jamás.

Mucho se ha escrito y se escribirá sobre el Exile On Main Street de los Rolling Stones. Y se seguirá haciendo a medida que nuevos oyentes se asomen a él. Un disco atemporal que captura a la banda en el mejor momento de su carrera. Un álbum que recoge de manera sublime las variadas influencias del grupo en 18 cortes a cual mejor. Blues, country, soul y rock´n  roll ejecutado por la mejor formación que han tenido nunca los Stones. Mick Taylor está aquí que se sale. Entre 1968 y 1972 los Rolling Stones grabaron sus cuatro mejores discos. Exile On Main Street culmina la racha de forma inmejorable. Todo lo apuntado en Beggars Banquet, Let It Bleed y Sticky Fingers es aquí mejorado, superado y mineralizado, llevado a cotas difícilmente repetibles. Y lo curioso es que el disco se gestó en plena fase destructiva de Richards con su compinche Gram Parsons muy cerca.

Es gracioso comprobar cómo el siempre quisquilloso Jagger no le tiene demasiado aprecio a este disco. Incluso le he leído en alguna entrevista medio reírse de él, afirmar que la prensa exagera mucho con este álbum. Este Jagger siempre tan puñetero. Y es verdad, la critica siempre ha catalogado este disco no solo como el mejor de los Stones sino como uno de los mejores de la historia. Y en esta ocasión estoy no puedo estar más de acuerdo. Y eso que el disco empieza acelerado, con un tono descuidado, a toda pastilla. Tanto Rocks off como Rip this joint me transmiten esa sensación. Bendita espontaneidad y locura. El blues Shake your hips original de Slim Harpo añade misterio al asunto y el despegue definitivo nos lo proporcionan Casino Boogie con la sección de vientos reinando como tiene que ser y Tumbling Dice, perfecta canción bendecida por unos coros que te hacen sentir invencible. A partir de aquí todo es mítico. Todo. Lo tremendo de este disco es que no sobra ni una canción. Y eso no es ni tan fácil, ni tan común. 



A la habilidad de los Stones hay que añadir la pócima mágica que aportan los colaboradores: Nicky Hopkins al piano, J.Price a la trompeta y el trombón, el saxo de Bobby Keys y los impagables coros de Clydie King, Vanetta, Joe Green y Jerry Kirkland. Su contribución es definitiva. Repito definitiva. Tal vez en ocasiones no se presté demasiada atención a los secundarios que contribuyen a la creación de un disco pero aquí tanto los músicos invitados antes señalados como el productor Jimmy Miller y los ingenieros de sonido Andy y Gynn Johns son piezas básicas para el resultado final. Sin su decisiva aportación este viaje de Rocks Off a Soul Sourvivor no sería lo mismo.


miércoles, 29 de febrero de 2012

The Vegabonds. Dear Revolution


Últimamente no cazó un bolo ni a la de tres. las circunstancias se alían para que finalmente me quedé al margen de la cartelera de conciertos que pasa cerca de casa. Las cosas son así ahora y no hay que darle vueltas. Hace poco estuvieron por estos lares The Vegabonds una banda de Alabama etiquetada en el southern rock con las referencias de siempre y que el que esto escribe tiene en su mp4 Dear Revolution desde hacía tiempo. El otro día  hablé con mi Camello por teléfono y le pregunté qué tal The Vegabonds en Bilbao la semana pasada. Me dijo que me hubiesen gustado mucho. Llamado por ese comentario me puse el disco y aquí estoy enganchado con Dear Revolution, una y otra vez. Vuelta y vuelta se ha hecho un hueco entre la maraña soul que me envuelve. Y este disco también tiene soul.

Una vez más las referencias son comunes y reconocibles. No pasa nada. Admito que soy un tipo fácil. Y también mi tendencia a entusiasmarme con la música y a obsesionarme con discos y músicos. Y aunque Woody Allen dice en Poderosa Afrodita que la obsesión es la más estúpida de las debilidades humanas yo las mías las disfrute a tope. el viaje está lleno de sorpresas y de buenas canciones que llevarse a los oídos. Y eso es lo fundamental.  Puede haber estructuras comunes, guitarras, teclados y baterías arquetípicos que son bienvenidos mientras encuentre canciones como The Preacher, Pick Me Up Mary o The Wanderer. Dos cancioines me tienen noqueado: Brandee y Shaky hands. No me canso de escucharlas. Y lo celebro cada vez. Tienen todo lo que me gusta en un tema. Y son nuevas. La voz de Daniel Allen brilla, me atrae como en su día lo hicieron la de Robinson o Farris. Y eso son palabras mayores. De hecho si hay una banda a la que me recuerdan son a los gloriosos Screamin´Cheeatah Wheelies. Tienen las canciones, la frescura, la juventud… Todo está de su parte para hacernos gozar con su música. Junto a The Dirty Guv Nahs y The Gaslight Anthem una de las bandas que más me está gustando de los últimos años. The Vegabonds, ay qué pena tenerlos tan cerca y habérmelos perdido. La siguiente será.


viernes, 24 de febrero de 2012

Rags to Riches. Goodfellas

 

I know I'd go from rags to riches
If you would only say you care
And though my pocket may be empty
I'd be a millionaire

My clothes may still be torn and tattered
But in my heart I'd be a king
Your love is all that ever mattered
It's everything

So open your arms and you'll open the door
To ev'ry treasure that I'm hopin' for
Hold me and kiss me and tell me you're mine ever more

Must I forever be a beggar
Whose golden dreams will not come true?
Or will I go from rags to riches?
My fate is up to you

Must I forever be a beggar
Whose golden dreams will not come true?
Or will I go from rags to riches?
My fate is up to you

lunes, 20 de febrero de 2012

Ann Peebles. The Hi Records Singles A&B


Hace poco leí en una entrevista con Al Green que Ann Peebles vive desde hace tiempo alejada del negocio de la música. Las razones de ese semiretiro las desconozco. Tal vez esta mujer nacida en 1947 en un suburbio de San Louis se cansó de grabar tanta música y obtener tan poco éxito o tal vez simplemente vive confortablemente y no se acuerda para nada de la música, en su versión negocio y se limita a disfrutar  Quizá en un par de años algún avispado productor la convenza para que vuelva a grabar pero si esto no ocurre su impronta ya ha quedado marcada. Basta escuchar este tremendo recopilatorio para volar alto un rato.

La primera vez que supe algo de Ann Peebles fue en una entrevista que leí a Tom Petty en la This is rock del año pasado. Le preguntaban al rubio de Florida que música ponía en su programa de radio y nombraba a esta chica de la que yo desgraciado roedor no había oído hablar en mi vida. Le cuestioné a un buen amigo sobre ella y me dijo algo así como que si no estuviese Aretha la Peebles sería la reina del soul. Palabras mayores. Pero bueno teniendo en cuenta que mi colega me ha descubierto a músicos como Joe Henry o Buddy Miller y me ha recomendado decenas de discos con un porcentaje de éxito tremendo me puse me a buscar algo de Ann Peebles y me compre un recopilatorio titulado The Hi Records Singles A´s & B´s. Macanuda inversión. Eso fue en septiembre del año pasado. Y desde entonces lo he escuchado prácticamente cada semana sacándole partido, disfrutándolo como se merece, dedicándole su tiempo.



Elegí este disco porque sabía que en Hi Records había grabado Al Green y con esa referencia pensé que esta sería una buen inicio. Pero eso se queda corto, es aplastante. Se trata de un completísimo recopilatorio con 47 canciones en las que perderse gracias a la increíble voz de esta chica que se mueve con delicadeza y fiereza a partes iguales, dominando múltiples registros y poniéndote a sus pies. Me fijado en los créditos que también componía unos cuantos temas generalmente firmados junto a su marido Don Bryant. Composición e interpretación un dueto que no siempre va unido. Como tantos otras interpretes clásicos del soul Anne se educó en el góspel y tuvo la fortuna de estar en un hogar donde no había límites para la música secular, mamando blues, jazz, pop o country por igual y sabiendo como han hecho los mejores siempre incorporar ese sentimiento góspel en un material diferente. 



Su voz está arropada por el habitual equipo de Hi Records lo que equivale a la gloria bendita. Precisas y envolventes secciones de viento, coros que suman y unos músicos que ponen toda su habilidad al servicio de esa exquisita voz. Las tres primeras canciones son un buen termómetro para comprobar por qué derroteros van a ir estas canciones. Walk away es un tema bluesy, un inicio sugerente, una invitación a la que acudes gustoso y te dejas llevar con I can´t let you go. Me encanta este tema es el tipo de canción perfecto para bailar con clase. Gime me some credit, bueno este tema es pura sensualidad. Todos los pensamientos que me vienen ala mente son lujuriosos. Me autocensuro. Solid Foundantion es uno de los temas que más he escuchado en los últimos meses. Adictivo.  Somebody´s on your case es la clase de canción por la que pierdo la cabeza con ese inicio tan de peli Blaxplotation con los vientos tronando con fuerza para dejar paso a una batería que te arrastra toda la canción. Y esa voz de la Peeples que te lleva por donde quiere. Y podría seguir hasta el infinito y más allá. Realmente no hay desperdicio. Este primer compacto es la bomba, 25 temas imprescindibles.



El primer compacto (25 temas) es ligeramente superior al segundo (22 temas) aunque también aquí abundan los temas redondos. De hecho el inicio es atómico y los primeros cortes  (Beware, You got to feed the fire, Come to Mama o I don´t lend my man) no hacen más que acentuar la grandeza de la recopilación. En este segundo disco apreció toques más funkys, diferencias con el primero tal vez más soul y r&b. Hasta el tema 17 todo sigue camino de la gloria pero reconozco que con los últimos cinco pertenecientes a la fiebre disco no conecto nada de nada. Y no es porque tenga algo en contra de temas más bailables, por ejemplo me gusta mucho Let your lovelight shine, es la clase de canción perfecta para mover el cuerpo con ritmos elegantes pero esos últimos cinco temas…. Buff!!! En cualquier caso, ¿qué son cinco temas que no me gustan en un doble cd de 47 canciones? Pues eso, poco muy poco. Así que prefiero terminar acordándome de lo positivo: Haber tenido la suerte de descubrir la increíble voz y poderosa de la señora Ann Peebles. Toda un descubrimiento.