sábado, 11 de mayo de 2013

Reiniciando...


Los últimos días he leído más de la cuenta. Diariamente le dedico al menos una hora a la lectura pero cuando te ves encamado contra tu voluntad deslizar tus ojos por unos buenos libros y revistas es la mejor opción dadas las circunstancias. De modo que en mi breve, pero eterna para mi, estancia en el hospital mis amigos y familia me han rodeado del material que saben que me gusta: revistas de rock y de basket. He devorado todo el material con rapidez porque las alternativas en dichos lugares no son muy halagüeñas. O lees, o escuchas la radio o contemplas las cuatro paredes y le das al bolo con el peligro que eso tiene. No me ha dado tiempo a ello.

Es evidente que por muy tópico que suene la salud es lo primero. No necesito estar en el hospital para darme cuenta de ello. Vivo cada día a tope, a mi manera procuro extraer el jugo a cada momento sin obsesionarme con el paso del tiempo pero siendo consciente de que disponer de tiempo libre es una suerte tremenda. Ahora estoy viviendo un momento incierto en lo laboral pero con perspectivas de que en lo que estoy metido se consolide y si no puerta y a otra cosa. Esta semiparada no va hacer cambiar mi actitud y mientras reinicio acompaño este caos con una banda sonora a la altura….


Well, I came to the city
I was running from the past
My heart was bleeding
And it hurt my bones to laugh
Stayed in the city
No exception to the rules, to the rule
He was born to love me
I was raised to be his fool, his fool

Walk that line, torn apart
Spend your whole life trying
Ride that train, free your heart
It's midnight up in Harlem

I went down to the river
And I took a look around
There were old man's shoes
There were needles on the ground
No more mysteries, baby
No more secrets, no more clues
The stars are out there
You can almost see the moon
The streets are windy
And the subway's closing down
Gonna carry this dream
To the other side of town.

Walk that line, torn apart
Spend your whole life trying
Ride that train, free your heart
It's midnight up in Harlem

jueves, 2 de mayo de 2013

Stephen Curry rules!


Los playoffs de este año en la NBA como tantas otras veces están siendo apasionantes. Al otro lado del charco juegan los mejores. Solo hace falta seguir la competición para darse cuenta de ello. Y cada cierto tiempo surgen jugadores enormes. Tipos que a priori por su físico no están llamados a ser dominantes pero lo suplen con cantidades ingentes de talento. Uno de mis favoritos es Stephen Curry, base-escolta de los Golden State Warriors. Es una delicia ver a este sujeto en una cancha de baloncesto. Tira, pasa y dribla de cine. Es listo para robar una buena cantidad de balones. Y no importa que en defensa esté limitado porque cuando se tiene tanto talento ofensivo son los otros los que se tienen que preocupar de ti. Y además nombrado jugador mas deportivo en la temporada 2010-11. Como le gritaba el personaje de Robbin Williams al de Jeff Bridges en El rey pescador: I love this guy!!!!!!!!!!!!!






martes, 30 de abril de 2013

The Bottle Rockets. The Brooklyn Side


Una de las frases que más he leído asociadas a The Bottle Rockets es que son la mejor banda de bar de América. Algo que se repite cuando se menciona a estos tipos y que se ha convertido una marca de la casa. Curiosamente la primera vez que les vi en directo fue en el Azkena Rock Festival de hace unos años y no se si porque el escenario les quedaba grande o porque yo no tenía el día pero no me convencieron. Años después en las distancias cortas del Kafe Antzoki la cosa fue mucho mejor.

El primer álbum que cayó en mis manos fue Brand New Year, un acertado pelotazo que fue disco en un mes de 1999 en Popular 1. Un colega me lo grabó y lo rayé mucho durante una buena temporada. Sigue sonando tremendo. Me costó mucho más conseguir sus discos antiguos que siempre los mencionaban como obras maestras: 24 hour for a day y The Brooklyn Side. Y lo he comprobado. Si Brand New Year fue un muy buen inicio para mí, The Brooklyn Side es uno de esos discos que se te quedan grabados a fuego. Se editó en 1995 y dieciocho años después sigue sonando muy bien.
Como siempre escribo los fundamental son las canciones. Todas buenas y muchas de esas que se quedan a la primera escucha. Pero quiero resaltar el sonido de este álbum. Cortante, poderoso como en esa adictiva Radar Gun. Lo produce Eric Roscoe Ambel uno de esos tipos alejados de los grandes focos pero que siempre sabe lo que se hace. Aquel fue uno de sus primeros trabajos y casi veinte años después el bueno de Eric no ha trascendido a circuitos de mucha popularidad pero ha contribuido con unas cuantas jugosas producciones a que este mundo suene mejor. Su trabajo más reciente es la producción de White Buffalo último álbum de Jimbo Mathus. 


El álbum se abre de forma tranquila con una preciosa canción. Welfare music es uno de los mejores temas lentos en la carrera de estos tipos. Y eso para el que esto escribe es para tener muy en cuenta. Pero son las canciones de corte más duro tipo Sunday Sports, en la que Brian Henneman canta con una inusitada rabia, las que primero llamaron mi atención. Otra que me voló la cabeza desde el principio fue Thousand Dollar Car, un tema que siempre me pareció que encajaría perfectamente en el repertorio de Neil Young.

Entre las cualidades de esta banda está que saben aportarle a cada canción que abordan su toque personal sea cual sea el estilo del tema en cuestión. Son una banda de rock y son del sur. Bien, es una combinación mil veces escuchada pero estos tíos tienen su toque, sin duda. La voz de Henneman es peculiar. Como hablaba con Diego esta misma tarde hay tipos que tal vez no tengan una gran voz pero que saben cantar de perlas. Ese es el caso de Henneman. Y las guitarras suena que cortan el hielo. Ahí está esa tremenda Stuck In A Rut para comprobarlo. Larga vida a The Brooklyn Side!

domingo, 28 de abril de 2013

Sarunas Marciulionis, un pionero en la sombra

Hoy en día en la NBA juegan un buen número de jugadores europeos. Muchos con un rol de relevancia en sus equipos. Grandes estrellas que han jugado All Stars y que han sido decisivos en los triunfos de sus conjuntos. Pero hace veinticinco años la cosa era muy diferente. Los primeros europeos en tener una presencia destacable en aquella liga fueron Vlade Divac y Sarunas Marciulionis. En la temporada 1989-90 cinco jugadores del Viejo Continente desembarcaron en la mejor liga del mundo: los mencionados Divac (Los Angeles Lakers) y Marciulionis (Golden State Warriors) junto a Zelko Paspalj (San Antonio Spurs), Alexander Volkov (Atlanta Hawks) y el malogrado Dratzen Petrovic (Portland Trail Blazers).

Los primeros jugadores europeos no formados en universidades norteamericanas que cruzaron el charcho fueron el búlgaro Glouchkov y Fernando Martín. Ambos tuvieron una presencia testimonial. Y su aportación se limitaba a ayudar en los entrenamientos y completar el rooster. Eran otros tiempos en todos los sentidos y los jugadores europeos se enfrentaban a la reticencia yanqui. Los dos primeros jugadores que tuvieron abundantes minutos y un rol más que interesante fueron Divac y Marciulionis. Ambos harían carrera en la NBA y hoy voy a escribir sobre uno de mis favoritos de todos los tiempos: el gran Sarunas Marciulionis, un pionero en la sombra.

Marciulonis desembarcó en la NBA gracias al esfuerzo del hijo de Don Nelson por llevarlo. En el año 87 los Atlanta Hawks jugaron contra la selección rusa en suelo americano una serie de encuentros amistosos. Allí los técnicos yanquis se dieron cuenta de que los atléticos jugadores negros tenían algo más que dificultades para frenar el potentísimo primer paso de Sarunas. Nelson tomó buena nota. Más cuando los rusos eliminaron en las semifinales de los JJOO de Seúl al combinado norteamericano de entre otros David Robinson y Mitch Richmond y ganando la final contra el potente conjunto yugoslavo.  De modo que la temporada siguiente Marciulonis fue fichado por los Warriors en una trama digna de espionaje. Eran los tiempos de la Guerra Fría y que un jugador soviético jugase en USA era todo un acontecimiento.




Sarunas Marciulonis  encajó perfectamente en los Golden State Warriors donde permanecería cinco temporadas convirtiéndose en uno de los favoritos de la grada de Oakland. Con los Warriors disfrutó de la ciudad y del juego de un equipo diferente que lo basaba todo en la velocidad en el famoso Run&Gun de Don Nelson. Fue nombrado segundo mejor sexto hombre dos años consecutivos y estaba entre los mejores jugadores de la competición hasta que su progresión se cortó de raíz cuando padeció la temible lesión de la triada. Una vez recuperado continúo su carrera en otros tres equipos más (Seatle Supersonics, Sacramento Kings y Denver Nuggets). Los tres equipos disfrutarían de fogonazos del talento del lituano bastante mermado por problemas físicos.

Y para finalizar la conexión rockera. Muchos aficionados al basket puede que se acuerden del podio de basket de los JJOO de Barcelona. Ahí estaban el Dream Team, la Croacia de Petrovic, Kukoc, Radja y cía y los lituanos luciendo unas camisetas que llamaron mucho la atención. Marciulonis era amigo de los Grateful Dead y la banda de California contribuyó a la causa lituana con dinero y diseñando esas camisetas inolvidables. Incluso hay un documental titulado The Other Dream Team donde se cuenta parte de esa historia y como lucharon los lituanos para tener su propia selección. Pero eso da para dar la brasa en otro post.


sábado, 27 de abril de 2013

Rory Gallagher. Livin´Like a Trucker


Well I've been livin' like a truckerFor a month or moreWell, I'm steaming like dieselThat cannot feel it's throat

Well, I'm closing all the windowsKeeping out the rainBut I'm not complainingIn fact, I'd do it all againI'm a ramblin' manCannot stop a travelin' man

I've been singing for my supperBut I never get to eatWell, I queue up at the dinerBut I cannot find a seat

Well, I've been livin' like a gypsyFeeling like a kingReally feel like singin', you knowThat's the mood I'm inI'm a ramblin' manSome kind of travelin' man

You'll never catch me working 9 to 5That's for some people, but me, I wanna rideAll around the world, to the planet's endI've seen some places, but more, I ain't seen yet, yeah

Lose an hour, gain an hourSomewhere on a mapFlying through the time zoneAnother plane to catch

Why, I've always gotta seeWhat's on the other sideSo I pack my bag, get on my wayAnd catch my train and ride

I've been livin' like a hawkerIn days, both hot and coldWell, I'm sleeping if I have toBefore the wagons roll

Well, I've been hopin' and I've been prayinSince I was last hereTell your mama not to worryCome on, baby, get on up hereI'm a ramblin' manSome kind of travelin' man

Well, I've been livin' like a truckerFor a month or moreWell, I'm steaming like dieselThat cannot feel it's throat

Well, I'm closing all the windowsKeeping out the rainBut you won't hear me complainingIn fact, I'd do it all againI'm a travelin' manSome kind of ramblin' man

Yes, I'd do it all againI'd do it all again, babyTravelin' man, travelin' manYeah

viernes, 26 de abril de 2013

Todavía Radio 3


Hace muchos años una de mis cadenas de radio favoritas  era Radio 3. La escuchaba prácticamente a diario y los fines de semana no me perdía aquel mítico De 4 a 3 presentado con su peculiar estilo por Paco Pérez Brian. Otro de los programas que seguía atentamente era Tren Tres de Jorge Muñoz y El Ambigú de Diego Manrique. Gracias a todos ellos descubrí a un montón de bandas y pasé momentos entretenidos. Después muchos de esos espacios desaparecieron, hubo abundantes cambios de horarios y programación y entre eso y la falta de tiempo dejé de escuchar la mencionada emisora durante unos cuantos años.

En los últimos tiempos he vuelto a Radio 3 con la comodidad que hoy en día suponen los podcast. Y aunque no conozco toda la programación en los últimos tiempos he descubierto dos programas que me están gustando bastante. Por un lado Ruta 61 presentado y dirigido por Justin Coe un norteamericano que se sumerge en las leyendas del blues y gracias al cual me he empapado a tope de Junior Wells y por otro Sonideros que lo cacé un domingo a la noche a eso de las nueve mientras preparaba la cena. Sonideros dura cuatro horas y mi espacio favorito es el que le corresponde a Luis Lapuente conocido como el Dr Soul. El pasado fin de semana dedicó el programa a Nina Simone y a George Jackson del que no había oído hablar y que resulta ser otro de esos soulman bastante desconocido en los que por lo que he escuchado merecerá la pena indagar. 

miércoles, 24 de abril de 2013

Steve Earle. Rosas de redención

Hace unos años Steve Earle vino con The Dukes a dar un concierto a la sala Santana de Bolueta y por supuesto hice todo lo posible por acudir. Fue la tercera y hasta ahora última vez que le he visto en directo. Un gran concierto. Rockero y divertido. Una velada de esas que te gustaría repetir si fuese posible todos los sábados, por lo menos. Tras el concierto en el merchandising  tenían un libro de relatos de Steve Earle titulado Rosas de Redención. Cayó como no podía ser de otra manera. 

Ya he escrito, pero no esta de más repetirlo que este sujeto es uno de mis favoritos. Puede que las discografías de otros sean más famosas y consistentes pero este tipo tiene unos cuantos discos referentes en mi casa. Y si, lo reconozco le tengo un aprecio especial. Uno de los puntos fuertes de Steve Earle son las letras. Pero de ser un buen letrista a escribir relatos con enjundia y habilidad hay un salto que el de Virginia dio con creces en este maravilloso Rosas de Redención. En casi todos los relatos de Steve hay partes de su vida y es que el amigo las ha visto de todos los colores y por lo que se lee en este libro sabe cómo contarlo. A Steve se le reconoce en el protagonista de relato que abre y da título al libro: Rosas de Redención. Excepto un relato titulado La Internacional que me pareció aburrido, el resto son desde interesantes hasta apasionantes historias contadas con pulso por el amigo Steve.

El libro está editado por Gamuza Azul (y que creo que ya no funciona, yo al menos no encuentro nada de información sobre ella) una editorial de Bilbao que nació de la inquietud de una filóloga en paro Teresa Fernández Ulloa a la que le gustaba el rock. En este enlace lo explica. La traducción del libro es de Carlos Bastero Rey y desde aquí mi felicitación para ambos por esta iniciativa. Mola encontrarse con gente que se curra proyectos así sabiendo que poca pasta van a sacar de todo esto.

Por cierto cuando compré el libro al llegar a casa me percaté de que en uno de los relatos, concretamente en el titulado La danza del Jaguar, por algún error de imprenta había varias páginas en blanco de modo que llamé a la Editorial y se lo comenté. Me atendió una chica que me dijo que me mandaban otro ejemplar. Yo le respondí que si quería le devolvía el que estaba defectuoso pero me dijo que no hacía falta. Me llegó al buzón el que supuestamente estaba bien pero éste también tenía otro error de imprenta sólo que en otro relato. De modo que entre los dos fotocopié lo que le faltaba a cada uno y uno de ellos se lo di a mi primo Oscar que espero lo haya disfrutado.

Uno de mis relatos favoritos es Taneytown, el mismo título que la canción de El Corazón: