jueves, 8 de marzo de 2012

Donny Hathaway. Voices Inside (Everything Is Everything)


Estoy absoluta, loca e irremediablemente enganchado a este tema. Por la mañana, a la tarde, a la noche…. Cualquier momento es bueno. Empieza un bajo juguetón, se le añade la batería, suena un Gong, el amigo Donny Hathaway nos dice Let's get down now, se le suman a la fiesta unos coros femeninos a la altura de las circunstancias. Hathaway mete un oh yeah repleto de clase y luego tras espetarnos Sayin´ is everything is everything entra la sección de viento con una melodía arrebatadora, de esas que te queda a la primera. El piano añade un matiz chulísimo al tema. Hay un pequeño falsetillo Oh yeah, shut up por ahí como mandan los cánones. ¡Cómo no se van a añadir unas palmas al asunto! Si esto es para perder los putos papeles. Escucharlo bien alto en los cascos me está trastornando. Dura 3 minutos y 26 segundos pero podría alargarse hasta el infinito y más allá. Esto es un  Oh Yeah!!!! más grande que el lago Michigan.

Dedicado al sujeto que me ha grabado este artefacto. ¡Gracias!

Sex, love and rock´n soul



Let's get down now

I hear voices, I see people
I hear voices of many people
(Oh, yeah)
I hear voices, I see people
I hear voices of many people

Sayin' everything is everything
Yeah, oh, yeah

I hear voices, I see people
I hear voices of many people
(Oh, yeah)
I hear voices, I see people
I hear voices of many people

Yeah, they're sayin'
Everything is everything
(Oh yeah, shut up)
Let me do my now

Everything is everything
Everything is everything
(Yeah)
Everything is everything
Everything is everything
(Yes, it is)

Everything is everything
(Yes, it is)
Everything is everything
(You gotta believe it now)

Everything is everything
(Don't you know now)
I say everything is everything
Oh, yeah

Everything is everything
Everything is everything
Everything is everything
Everything is everything

miércoles, 7 de marzo de 2012

Steve Earle. Jerusalem


Cuando en 2002 Steve Earle publicó Jerusalem se armó una buena. Muchas emisoras boicotearon al bueno de Earle, muchos columnistas le calificaron de antipatriota y algunos espabilados se atrevieron a escribir que lo que buscaba Earle era vender más discos aprovechándose de la polémica. Que ya se sabe, eso de mandar mensajes sociales o de “izquierdas” vende. Y no dudo de que lo pueda hacer. Pero el caso de Earle era distinto. Este hombre llevaba más de tres lustros labrándose una sólida reputación como songwriter y desde su vuelta tras pasar unas vacaciones en el trullo había consolidado su carrera con una ristra de discos impoluta: Train a comin, I feel alright, El Corazon, The Mountain, Trascendental blues y este Jerusalem que para mi gusto es su última gran obra. De la que se lío con el tema John Walker Blues paso y más todavía de encasillar a Earle como cantante político. Precisamente uno de los puntos fuertes de Earle como compositor son las letras de variada temática y siempre bien ensambladas con la música. En la faceta literaria Steve es uno de mis favoritos de su generación. Y además de sus canciones ahí está su libro de relatos Rosas de Redención (publicado para Gamutza Azul) para corroborarlo.



Jerusalem es mucho más que un álbum valiente por contener canciones como la que da nombre al disco o John Walker Blues. En las letras hay reflexiones sobre el mundo que habitamos lleno de tragedias pero también con lugar para la esperanza. Porque por muy mal que estén las cosas (y de eso el amigo Earle sabe un rato) siempre hay una brizna a la que agarrarse. Me gusta Earle porque es un tío positivo, real, no se anda con chiquitas y aborda las cuestiones desde la raíz a la vez que sabe buscar ese hueco por el que escaparse. En este disco todo eso está presente aderezado en contagiosas melodías. Siempre me ha gustado ese Earle que canta con rabia, con actitud punk, pronunciando cada palabra con mala hostia como en Ashes to Ashes o Amerika v 6.0 (the best we can do). Un atómico inicio que siempre pongo a máximo volumen. Pero como he mencionado a la parte rabiosa se unen maravillosas melodías como las contenidas en Go Amanda o I remember you. En esta última le acompaña en los coros Emmylou Harris una de las personas que siempre ha apoyado a Earle en las buenas y las malas. The Kind es otra de mis favoritas. Una sencilla y bonita canción. Menos es más.
 


Hay que mencionar a los músicos que acompañan a Earle cumplen a las mil maravillas. Eric “Roscoe” Ambel es otro de esos guitarristas silenciosos con toneladas de talento y que sabe arropar a Earle en los coros, Will Rigby le pega duro a los parches y Kelley Looney sumas sus líneas de bajo con mucho gusto. Earle nunca ha tenido una gran voz pero si una forma peculiar y reconocible de cantar. Uno de los momentos más inolvidables que he visto de cualquier músico en directo es ver a Steve a escasos dos metros de mi, un 16 de agosto de 2003 en la sala Azkena. Impagable oírle cantar John Walker Blues con esa convicción. En el disco los dos temas que menos me gustan son los cortes 6 y 7, What´s a simple man to do? y The Truth. Pero la traca final es inmejorable, Go Amanda, I remember you, Shadowland y la guinda con Jerusalem el tema que da nombre y cierra el álbum. Una de mis canciones favoritas de todos los tiempos. Steve Earle, un músico al que le tengo un cariño especial, un puto crack.


I woke up this mornin' and none of the news was good
And death machines were rumblin' 'cross the ground where Jesus stood
And the man on my TV told me that it had always been that way
And there was nothin' anyone could do or say

And I almost listened to him
Yeah, I almost lost my mind
Then I regained my senses again
And looked into my heart to find

That I believe that one fine day all the children of Abraham
Will lay down their swords forever in Jerusalem

Well maybe I'm only dreamin' and maybe I'm just a fool
But I don't remember learnin' how to hate in Sunday school
But somewhere along the way I strayed and I never looked back again
But I still find some comfort now and then

Then the storm comes rumblin' in
And I can't lay me down
And the drums are drummin' again
And I can't stand the sound

But I believe there'll come a day when the lion and the lamb
Will lie down in peace together in Jerusalem

And there'll be no barricades then
There'll be no wire or walls
And we can wash all this blood from our hands
And all this hatred from our souls

And I believe that on that day all the children of Abraham
Will lay down their swords forever in Jerusalem

 

jueves, 1 de marzo de 2012

The Rolling Stones. Exile on Main Street


Antes de ayer haciendo zapping topé con el documental sobre el Exile on Main Street de los Rolling Stones. ¡Lo estaban echando en la 2 a las 21:00! Lo pillé empezado y seguro que lo repiten o mi camello me lo pasa. Lo que vi como no podía ser de otra forma me gustó mucho. Y es que el menda, como supongo millones de personas de este mundo tiene a Exile on Main Street en un pedestal. En lo más alto de la pirámide creativa. Algunos discos se le pueden igualar. Superar es imposible. En la media hora escasa que vi se reflejaba muy bien el ambiente enrarecido y descontrolado que reinó durante la grabación que dio como resultado una obra que no te cansas de escuchar jamás.

Mucho se ha escrito y se escribirá sobre el Exile On Main Street de los Rolling Stones. Y se seguirá haciendo a medida que nuevos oyentes se asomen a él. Un disco atemporal que captura a la banda en el mejor momento de su carrera. Un álbum que recoge de manera sublime las variadas influencias del grupo en 18 cortes a cual mejor. Blues, country, soul y rock´n  roll ejecutado por la mejor formación que han tenido nunca los Stones. Mick Taylor está aquí que se sale. Entre 1968 y 1972 los Rolling Stones grabaron sus cuatro mejores discos. Exile On Main Street culmina la racha de forma inmejorable. Todo lo apuntado en Beggars Banquet, Let It Bleed y Sticky Fingers es aquí mejorado, superado y mineralizado, llevado a cotas difícilmente repetibles. Y lo curioso es que el disco se gestó en plena fase destructiva de Richards con su compinche Gram Parsons muy cerca.

Es gracioso comprobar cómo el siempre quisquilloso Jagger no le tiene demasiado aprecio a este disco. Incluso le he leído en alguna entrevista medio reírse de él, afirmar que la prensa exagera mucho con este álbum. Este Jagger siempre tan puñetero. Y es verdad, la critica siempre ha catalogado este disco no solo como el mejor de los Stones sino como uno de los mejores de la historia. Y en esta ocasión estoy no puedo estar más de acuerdo. Y eso que el disco empieza acelerado, con un tono descuidado, a toda pastilla. Tanto Rocks off como Rip this joint me transmiten esa sensación. Bendita espontaneidad y locura. El blues Shake your hips original de Slim Harpo añade misterio al asunto y el despegue definitivo nos lo proporcionan Casino Boogie con la sección de vientos reinando como tiene que ser y Tumbling Dice, perfecta canción bendecida por unos coros que te hacen sentir invencible. A partir de aquí todo es mítico. Todo. Lo tremendo de este disco es que no sobra ni una canción. Y eso no es ni tan fácil, ni tan común. 



A la habilidad de los Stones hay que añadir la pócima mágica que aportan los colaboradores: Nicky Hopkins al piano, J.Price a la trompeta y el trombón, el saxo de Bobby Keys y los impagables coros de Clydie King, Vanetta, Joe Green y Jerry Kirkland. Su contribución es definitiva. Repito definitiva. Tal vez en ocasiones no se presté demasiada atención a los secundarios que contribuyen a la creación de un disco pero aquí tanto los músicos invitados antes señalados como el productor Jimmy Miller y los ingenieros de sonido Andy y Gynn Johns son piezas básicas para el resultado final. Sin su decisiva aportación este viaje de Rocks Off a Soul Sourvivor no sería lo mismo.


miércoles, 29 de febrero de 2012

The Vegabonds. Dear Revolution


Últimamente no cazó un bolo ni a la de tres. las circunstancias se alían para que finalmente me quedé al margen de la cartelera de conciertos que pasa cerca de casa. Las cosas son así ahora y no hay que darle vueltas. Hace poco estuvieron por estos lares The Vegabonds una banda de Alabama etiquetada en el southern rock con las referencias de siempre y que el que esto escribe tiene en su mp4 Dear Revolution desde hacía tiempo. El otro día  hablé con mi Camello por teléfono y le pregunté qué tal The Vegabonds en Bilbao la semana pasada. Me dijo que me hubiesen gustado mucho. Llamado por ese comentario me puse el disco y aquí estoy enganchado con Dear Revolution, una y otra vez. Vuelta y vuelta se ha hecho un hueco entre la maraña soul que me envuelve. Y este disco también tiene soul.

Una vez más las referencias son comunes y reconocibles. No pasa nada. Admito que soy un tipo fácil. Y también mi tendencia a entusiasmarme con la música y a obsesionarme con discos y músicos. Y aunque Woody Allen dice en Poderosa Afrodita que la obsesión es la más estúpida de las debilidades humanas yo las mías las disfrute a tope. el viaje está lleno de sorpresas y de buenas canciones que llevarse a los oídos. Y eso es lo fundamental.  Puede haber estructuras comunes, guitarras, teclados y baterías arquetípicos que son bienvenidos mientras encuentre canciones como The Preacher, Pick Me Up Mary o The Wanderer. Dos cancioines me tienen noqueado: Brandee y Shaky hands. No me canso de escucharlas. Y lo celebro cada vez. Tienen todo lo que me gusta en un tema. Y son nuevas. La voz de Daniel Allen brilla, me atrae como en su día lo hicieron la de Robinson o Farris. Y eso son palabras mayores. De hecho si hay una banda a la que me recuerdan son a los gloriosos Screamin´Cheeatah Wheelies. Tienen las canciones, la frescura, la juventud… Todo está de su parte para hacernos gozar con su música. Junto a The Dirty Guv Nahs y The Gaslight Anthem una de las bandas que más me está gustando de los últimos años. The Vegabonds, ay qué pena tenerlos tan cerca y habérmelos perdido. La siguiente será.