There goes the last dj, who plays what he wants to play, and says what he wants to say...
viernes, 14 de octubre de 2022
Reedición de Demolition 23, ¡Por fin, copón ya!
jueves, 6 de octubre de 2022
Jerry Cantrell. Brighten
Por razones que desconozco el disco ha tenido una distribución pésima. Hacerse con el en formato físico ha sido misión casi imposible. De hecho lo pedí por el sistema de importación de la FNAC en diciembre del pasado año y me olvidé por completo de él visto que no llegaba. Cuál fue mi sorpresa cuando Su vino a casa con el disco en cuestión un día de !mayo!. Más de cinco meses y a precio de sangre de unicornio. Menos mal que como podrá imaginar cualquiera mis tretas en cuanto a descuentos y demás son certeras y me lo saqué a un precio razonable. Ha merecido la pena. Antes de tenerlo en mis manos lo había escuchado decenas de veces por el tubo.
El formato físico está chulo. El típico digipack que luce bien. Eso si leer los créditos y las letras es toda una odisea. ¡Están todas en espiral! ¡Hay que joderse, Jerry! Pésima distribución y cuando por fin lo tengo en las manos es todo un reto leer cada jodida letra. Pero lo importante que es la música brilla de lo lindo. De la primera a la última canción. Como he escrito antes Jerry sabe conjugar a la perfección canciones que podrían figurar en cualquier disco de Alice In Chains con otras más arriesgadas, realmente personales que contribuyen a acrecentar la leyenda de este músico, un tipo que siempre tiene algo interesante que contar. Otra de las bazas imbatibles de Cantrell es que siempre se sabe rodear de excelentes músicos decisivos para crear el sonido del álbum.
El disco se abre con Atone una canción absorbente con una atmósfera irresistible. Puedes reconocer al tipo que canta en AIC pero es un tema diferente a todo lo que había escuchado anteriormente en la discografía de Jerry. Le sigue Brighten que da titulo al disco, otra joya con unos maravillosos coros a cargo de Greg Puciato (espectacular en todo el disco). Un tema con potencial comercial y que podría haber encajado en cualquier gran disco de Alice In Chains. La canción va in crescendo y termina por todo lo alto dejando un regusto exultante. Prism Of Doubt es por momentos mi canción favorita del disco y una de las mejores de su discografía. Fantástica la guitarra slide de Michael Rozon y de nuevo unas armonías vocales en las que perderse una y otra vez. Un temazo que no me canso de escuchar.
Black Hearts And Evil Done es la mejor muestra de lo que es capaz de hacer Jerry en solitario. Un tema acústico con unos maravillosos coros esta vez femeninos cortesía de Lola Bates que funcionan como fabuloso contrapunto a la excelente voz de Jerry. La labor de esta chica en este tema te atrapa. Es como cuando Gilmour cuela voces femeninas en los discos de Pink Floyd en su carrera en solitario. No me digáis porqué pero siempre que escucho a Cantrell en solitario me vienen a la mente conexiones floydianas y especialmente con David Gilmour. Un diez también para la aportación de Duff McKagan al bajo. Otro que va sobrado de clase. Siren Song es otra canción repleta de matices sonoros. Escucharla a tope con cascos es una gozada. Brillan el piano y teclado de Vincent Jones y los punteos de Jerry son como en todo el disco atinados a más no poder. De nuevo la influencia floydiana es bienvenida.
Had To Know es el tema más contundente del álbum sin ser un tema duro en la onda del material de Alice In Chains pero en esencia tiene fuerza y por encima de todo está maravillosamente construido. Aquí también se hace notar de forma espectacular los teclados de Vincent Jones y el contrapunto perfecto son los punteos de Jerry. Otra canción con marchamo de clásico. Nobody Breaks You es tal vez la canción que menos me gusta del disco, un poco repetitiva se aleja del nivel de todas la anteriores. Afortunadamente Jerry recupera el pulso con la fantástica Dismembered, una canción luminosa, perfecto resumen de todo lo bueno (casi todo) que tiene este disco. Habría sido un final perfecto pero para finiquitar el disco Jerry ha elegido hacer una pequeña y curiosa cover de Goodbye de Elton John. Hubiese preferido que el final fuese uno de sus temas pero respeto absoluto para Jerry uno de esos músicos de los que no me pierdo ni uno de sus pasos.
domingo, 25 de septiembre de 2022
Labor Day
A veces sé de forma harto fiable cuando una película va a captar por completo mi atención y los primeros fotogramas de Labor Day acompañados por la voz en off de uno de los protagonistas de la historia ha sido una de esas veces. La trama del film se sitúa a finales de los ochenta, concretamente en 1987 y cuenta la historia de un adolescente de 13 años, Henry Wheeler (Gattlin Griffith) que vive con su madre divorciada y acuciada por una profunda depresión y por agorafobia, una espectacular como siempre Kate Winslet en el papel de Adele. La vida de estos dos personajes transcurre tranquila hasta la sorprendente aparición de Frank Chambers (Josh Brolin). El punto de partida puede resultar ciertamente inverosímil. Y ahí puede radicar el principal escollo. Si lo pasas la película te puede encantar de lo contrario tal vez la consideres un pastiche melodramático. Y lo paso de sobra y lo saboreo de principio a fin.
Entre los muchos aciertos de la película esta la actuación de sus tres protagonistas a cual mejor y la forma en la que el director sortea el melodrama cursi o empalagoso en pos de unos personajes profundos con una carga emocional tremenda y con matices creíbles. El pasado de todos ellos es mostrado en elegantes flashbacks que actúan de subrayado a un presente que poco a poco el espectador va comprendiendo. También es muy elegante y sutil la forma en la que el director apuesta por el acercamiento físico y emocional de los personajes interpretados por Josh Brolin y Kate Winslet.
Puede que en el fondo esta película tan sólo sea un cuento con moraleja, una historia sencilla, puede que irreal que nos habla de la necesidad que tenemos los humanos de conectar unos con otros, de lo desesperante que puede ser la soledad o de la acuciante necesidad de afecto y protección que todos en mayor o menor medida necesitamos. Es una película en el fondo retro, un relato que no casa con los tiempos locos, de exposición continúa y redes sociales a todas horas en el que vivimos pero yo le doy la bienvenida. Y muy a gusto, la verdad.
jueves, 22 de septiembre de 2022
Eurobasket 2022
Nadie esperaba una final entre Francia y España y mucho menos un desenlace como el que se produjo con la selección de Scariolo dándole un auténtico meneo a los de Collet. Un baile táctico en toda regla. Una maravillosa reivindicación del baloncesto de equipo, con todos los jugadores que salieron por España sumando acciones positivas frente a un combinado galo a remolque de dos de sus estrellas; los sobrevaloradísimos Fournier y Gobert. En ese sentido el Eurobasket ha supuesto la reivindicación de una especie de clase de media, jugadores no muy conocidos por el gran público (si por los cuatro frikis que seguimos este juego a destajo) que han demostrado ser tan brillantes y más efectivos que las estrellas rutilantes que se han quedado en el camino (Jokic en octavos y Anteto y Doncic en cuartos).
Muchos partidos se me han quedado grabados a fuego de este campeonato. En la primera fase todos los encuentros del grupo B, delicias como la victoria de Bosnia frente a Eslovenia o la de Alemania frente a Lituania en la prórroga. Los cruces tanto de octavos como de cuartos fueron casi todos muy igualados y la semifinal entre Alemania y España, un partidazo, de hecho mejor que la final. En cuanto a nombres de jugadores, lo que he señalado antes eclosión o darse a conocer de muchos deportistas tapados y que tienen unas cualidades enormes para jugar a este deporte como Grigonis, Lekavicius, Obst, Spissu, Brizuela, Thiemann, Sokolowski...
En total desacuerdo con el quinteto dado por la Fiba compuesto por Lorenzo Brown, Dennis Schroder, Antetokounmpo, Willy Hernangómez y Rudy Gobert. Ahí van los míos, dos quintetos que molan mucho más. Dónde va a parar.
Primer quinteto: Alberto Díaz - Mateusz Ponitka - Franz Wagner - Lauri Markkannen - Willy Hernángomez.
Segundo quinteto: Marco Spissu - Lorenzo Brown - Juancho Hernángomez - Jan Veseley- Daniel Theis
domingo, 18 de septiembre de 2022
The Cult. Sun King
sábado, 27 de agosto de 2022
Cinco discos esenciales de Jim Lauderdale
Mirando el vaso medio lleno se puede afirmar que es un músico muy admirado por sus compañeros de profesión y que siempre se rodea de impresionantes intérpretes para dar lustre a sus carismáticas composiciones. Es junto a Buddy Miller uno de los músicos encargados de presentar casi todos los años los Americana Music Honor & Adwards. Meterle en el saco de la americana es tan reduccionista como afirmar que Alice Cooper sólo hace discos heavy. Una de las bazas imbatibles de Jim Lauderdale es su aplastante facilidad para cocinar cautivadoras canciones country soul, un género en sí mismo. Una conexión poderosa que lo eleva a un altar al menos en mi casa. Así que es un placer dedicar unas líneas a cinco discos esenciales en la carrera de este hombre. Y lo que me queda por descubrir
Patchwork River 2010
Ya le dediqué una entrada en su día. Y me reafirmo en lo que escribí. Lo he vuelto a pinchar hoy mismo y esas cinco primeras canciones me siguen volando la cabeza. Me encanta el registro contundente de su voz, esa forma de pronunciar cada sílaba con mala hostia (Patchwork River, Winona o Alligator Alley) intercalada con otra en las que te derrites con el mejor country soul que se hace en la actualidad (Good Together o Louisville Roll). La nómina de músicos que le acompañan es como siempre de traca: James Burton, Kenny Vaughan o Garry Tallent, más las exquisitas armonías vocales de las hermanas McCrary.
Black Roses 2012
También tuvo su propia entrada y no cambio ni un ápice mis impresiones. La aparición en este álbum de Luther y Cody Dickinson es una bendición. Hay varios temas rugosos, crudos que nos dan una idea de que Lauderdale escapa al country mainstream de largo. Se aventura sin miedo en diversos terrenos y sale airoso con su clase habitual. Otra imponente colección de canciones con momentos álgidos y con un Luther en estado de gracia...
Memphis 2015
Ese año Jim Lauderdale publicó un álbum doble Soul Searchin´ con dos partes diferenciadas tituladas Nashville y Memphis. Ésta última es sin duda mi disco favorito de este hombre. Mas soul que nunca. De hecho está grabado en los míticos Royal Studios donde Al Green la lío junto a Willie Mitchell y el disco está producido por el hijo de éste Boo Mithchell. Uno se puede imaginar al propio Al Green cantando todas estas canciones y el resultado en la voz de Lauderdale es apoteósico. Y es el mejor piropo que se me ocurre. Otra vez Luther y Cody arropan a Jim y me atrevo a escribir que el trabajo de Luther aquí es tan brillante como en cualquiera de sus discos con North Mississippi Allstars o The Black Crowes. Palabras mayores. Esto se merece una entrada de esas locas y largas que me bullen en la cabeza.
London Southern 2017
En este álbum Lauderdale rinde tributo a la gloriosa colaboración y a las sinergias creativas entre músicos americanos e ingleses. Y le sale un disco tremendo. Más elegante, imposible. Canciones delicadas, cocidas a fuego lento con un irresistible acento soul como You Come To Get Me o We´ve Got So Much Time Here están acompañadas por otras más juguetonas, con los Beatles en el punto de mira como No Right Way To Be Wrong o I Can´t Do Without You. Puto amo.
Time Flies 2018
No muy lejos del excelso nivel de London Southern está Time Flies un álbum con más peso country pero del bueno nada de ese sonido pulcro y carente de garra de alguna música que se factura en Nashville. En cualquier caso el country no es el único estilo que pulula por aquí, como siempre hay mucho soul, rockabilly ciertos toques honky tonk y la colaboración en todo el álbum de Lillie Mae Rische que se luce en las armonías vocales como también lo hace Robbie Crowell al saxo en la vacilona Wearing Out Your Cool. Joder me imagino While You´re Hoping cantada por Sinatra pero aquí ya brilla de lo lindo en la voz de Lauderdale y que me aspen si It Blows My Mind no es una extraordinaria canción inspirada en el legado de los Beatles.
Esta misma noche me voy a enchufar su nuevo Game Changer porque siempre que Lauderdale saca álbum hay que reservarle un hueco si o si, antes o después. No por ser muy prolífico su música pierde fuelle y lo cierto es que lleva más de una década on fire. He resaltado estos cinco discos pero no muy lejos están From Another World o Hope que metí en mi Top Seventeen del pasado año y que cuenta con varios temas sublimes. Ni que escribir tiene que me volaría la puta cabeza que este músico se pasase por aquí a ser posible con los hermanos Dickinson y Buddy Miller. Por pedir que no quede. Os garantizo que ese concierto sería una sueño..
jueves, 18 de agosto de 2022
Jon Batiste. We Are
We Are no es su debut discográfico precisamente pero el propio músico ha declarado que como si lo fuese, que es la culminación de todo su ideario musical: rico, variado y la mar de excitante. Una vez te dejas llevar por la propuesta de Batiste estás en sus manos, esas manos que hacen auténticas virguerías con el piano y que además en este álbum explotan en pos de maravillosas canciones. A cual mejor. Y son trece. Diecinueve en la edicion deluxe que ya me gustaría pillar.
El inicio es toda una declaración de intenciones: We Are da título al disco y parece una proclama contundente y entusiasta en este mundo cruel: We Are the golden ones, we´re never alone... Irresistible comienzo que se eleva a los cielos con la entrada de la impresionante nómina de invitados: St Augustine High School Marching 100, Gospel Soul Children, Craig Adams, etc... Precisamente el tema de las colaboraciones merece un comentario aparte porque por el disco desfilan ilustres como Trombone Shorty, Robert Randolph, James Gadson o Steve Jordan. Todos dejan su impronta en excelentes canciones bañadas en gospel, soul, r&b, jazz... Un auténtico manjar configurado de forma precisa y milimétrica sin que el resultado se resienta. Todo lo contrario. Saltas de un tema a otro empujado por un impulso irresistible. Y lo saboreas de tal forma que estás escuchando la segunda: Tell The Truth y te dices esta es mi favorita y cuando llega la siguiente lo piensas de esa y de nuevo con la sucesiva.
Además de un consumado pianista, Batiste destaca en tareas vocales; adoro ese falsete que despliega en el inicio de We Are, que es pilar fundamental de ese soul vibrante llamado Cry (un tema donde brilla la pedal steel guitar del gran Robert Randolph) o que se inserta a la perfección en Adulthood tal vez mi canción favorita del álbum. Me trastorna por completo ese inicio tan cool con el bajo marcando el territorio, ese suave falsete al que se le unen los coros, todos te van preparando para la triunfal irrupción de la Hot 8 Brass Band. En el disco también hay lugar para resultones insertos rap como en Boy Hood (con la colaboración de PJ Morton y la aparición estelar de Trombone Shorty) o en Whatchutalkinbout. Otro tema que me tiene loco al igual que Show Me The Way en la que colabora a las voces la escritora Zadie Smith. Aquí también el falsete alcanza cotas muy jugosas.
Inclasificable pero absolutamente arrebatadora es Movement 11, un par de minutos de excelso lucimiento al piano de Jon Batiste, podría sonar en una escena neoyorquina de una de las mejores pelis de Woody Allen. No me olvido de otra de las cumbres del álbum, sin duda Freedom tiene vocación de himno y como colofón bebo los vientos por las dos últimas: Sing y Until. La primera una de esas canciones poderosas a más no poder porque invita a para lo que esta hecha la música: bailar sin descanso y la segunda porque es una pequeña pieza que evoca toda la grandeza de este disco. Como indica Batiste: Dedicated to the dreamers, seers, griots and truth tellers who refuse to let us fully descend into madness... Presente.