La última vez que vi a Royal
Crown Revue se pasaban por Bilbao con la excusa de álbum navideño que tenía su
punto y ofrecieron un bolo divertido, bailongo y alcohólico que recuerdo con
mucho cariño. Puede que para mucha gente solo sean otra banda más de aquello
que se denominó neo swing pero para el que esto escribe son especiales y lo son
por dos discos que me siguen gustando mucho y que escucho a menudo (sobre todo
en estas fechas): The Contender y Walks on fire. Éste último es mi
favorito de la banda y desgraciadamente tras su publicación en 1999 luego se lo
tomaron con mucha calma, con tanta que desde entonces solo han publicado un Ep
y el disco navideño reseñado.
Pero Walks on fire, ah…. She Walks on fire mola mazo como diría Bart Simpson. La clase de álbum que asocio con la fiesta, con
pasar una noche de película. Siempre pensé que estos tipos como los Fun Lovin´ Criminals tenían que haber
cedido al menos una canción a Los Soprano. Y de buenas canciones
anda sobrado este disco. Además muchas originales de la banda. Hace poco un
amigo me comentó que Stranger es la
clase de canción que no tiene nada que envidiar a uno de esos clásicos del jazz
vocal de la época dorada. Esta compuesta por Eddie Nichols y Daniel Glass
y desde luego le doy la razón a mi amigo.
Desde luego esa es mi
favorita pero aquí hay variedad y sobre todo una banda conjuntada y muy
inspirada con singles irresistibles y marchosos como Trapped (In the Web of Love) o Hey
Sonny where´d you go?, locuras bebop como A Bronx Hello, temas ideales para corear con los colegas en una
noche de fiesta Watts Local o
canciones al igual que Stranger
sencillamente perfectas, como otra de mis favoritas: Watcha Doin´ Tonight (Sam´s calling). Definitivamente ojala estos
tíos se pasasen por aquí todos los años por Navidades. Y si tocasen enterito
este disco la iba a gozar de lo lindo.
Cada año ponemos antes la decoración navideña. Y más desde que los pequeños ven las luces por las calles y por los escaparates de las tiendas. Y reconozco que a día de hoy las Navidades son unas fiestas que disfruto por cómo se lo pasan los peques. Así, que no este año tampoco voy a ser el Grinch. El puesto está vacante. La banda sonora para la puesta de los adornos navideños han sido los nunca suficientemente reivindicados Royal Crown Revue.
A
principios de los noventa tras la retirada de Magic Johnson y Larry Bird
la NBA estaba en su máximo esplendor
y seguía creciendo y creciendo. Ambos jugadores habían elevado la competición a
su pico en todos los sentidos y su legado continuaría con el que después ha
sido considerado el mejor jugador de todos los tiempos: Michael Jordan. Jordan
irrumpió a mediados de los ochenta y se coronó en los noventa. Cuando me empecé
a interesar por la NBA mi equipo
favorito eran los Boston Celtics
pero tras la retirada de Larry Bird
los de Massachussets pasaron una travesía por el desierto sin oler los puestos
de playoffs unos cuantos años seguidos. Y como toda la vida he sido un
chaquetero y más en la NBA me hice
de los que ganaban siempre: los Bulls
de Chicago.
En aquellos
años seguí todas las hazañas deportivas de Jordan
y cía pero todo el tema extradeportivo no me interesaba demasiado. No ha sido
hasta años después cuando he desarrollado mi gusto por la carroña y derivados.
Y en todos los ámbitos de la vida hay lugar para tales menesteres. Y la
biografía de Jordan desde luego no
es una excepción. Sobre su vida conocía de pasada su afición por el juego, la
escabrosa muerte de su padre y su retirada y paso por el béisbol pero me
faltaban muchos detalles que esta biografía recoge de forma ágil y amena. Felicidades
a su autor, Máximo Jose Tobías.
Un asunto
especialmente atractivo es la apuesta de Nike
por Michael Jordan. Llámalo visión,
llámalo suerte pero lo cierto es que esa empresa dio en el clavo contratando en
1984 a un debutante en la NBA. Lo
que ha generado para esa marca Jordan
es incalculable o más bien seguro que los contables de dicha empresa lo saben
bien. Aquí se cuenta la frase más famosa y que lo cambió todo en el marketing
deportivo, aquello de ¿Qué van a hacer ustedes por Michael Jordan? Así, con chulería. Nike acertó y les ofreció lo que andaban buscando y finalmente
convirtieron a Jordan en un icono
publicitario.
Su paso
por el béisbol está muy bien detallado. Se sigue especulando porque Jordan se tomó aquel hiatus cuando
estaba en plena forma. Y las razones sólo las conoce el propio Jordan. En el libro se cuentan su
periplo con el bate de béisbol que fue un fracaso para un tipo tan competitivo
como Jordan. Su carácter competitivo
está perfectamente descrito desde sus tiempos en North Carolina. Un jugador que quería constantemente mejorar en
todas las facetas del juego sin conformarse con ser un saltarín imparable por
su tremendo fisico.
Y lo que más
me ha llamado la atención es que su carácter competitivo y su autoexigencia la
hacía extensible a los demás a los que quería exprimir a toda costa para
obtener la victoria. A Pippen en sus
comienzos se las hizo pasar putas y cuando ya fue su compinche y llegaban
jugadores nuevos Jordan y Pippen se repartían los papeles de poli
malo y poli bueno. Eso en el mejor de los casos porque otras era simplemente
poli malo, poli puto peor. Por no hablar de lo rencoroso y vengativo que era.
Cualquier afrenta de jugador, periodista o entrenador se le quedaba grabada al amigo
Jordan y cuando podía: Zas!!! Y casi
siempre podía. El que sería escudero fiel en el futuro Ron Harper dijo una vez cuando era su rival: Bueno, Michael nunca
me ha metido cincuenta puntos a mi. Para todo hay una primera vez, sentenció Jordan. Lo siguiente que supo Harper
cuando jugó contra el es que Jordan
llegó a los 55 puntos.
Como he
escrito a Jordan lo que le
interesaba era ganar y que sus compañeros fuesen duros e implacables como él. De
hecho Jordan siempre dijo que aunque
la plantilla con más talento en la que había estado fue la de su llegada a
Chicago, era eso talento, les faltaba el gen competitivo. Una de mis anécdotas
favoritas se dio con Bill Cartwright
un pívot que vino sustituyendo a Charles
Oakley que fue traspasado a pesar de la oposición de Jordan. Bien, MJ le hizo
la vida imposible a Cartwright al
que se rumoreaba que le pasaba balones que no podía controlar e incluso se
comentó que le había boicoteado entre el resto de sus compañeros. Bill Cartwright ni se achicó ni se cortó un
pelo y abordó a Jordan y le informó
de lo que podía pasarle al que jugaba con el pan de sus hijos. Una amenaza que
dio sus frutos. Cartwright se ganó
el respeto de Jordan. El libro está
plagado de momentos similares. A mi a veces me parecía que estaba leyendo
extractos del guión de La Chaqueta metálica llevados al
basket.
Al parecer cuando Jeff Twedy de Wilco le produjo You are not alone a Mavis Staples
ésta le comentó que llevaba grabando discos sesenta años y que no le gustaba
perder el tiempo en el estudio. Dicho y hecho. Las sesiones que se llevaron a
cabo en un loft de Chicago propiedad de la banda se concentraron en la voz de
esta mujer bien arropada por guitarras hirientes si era el caso, sutiles cuando
la ocasión lo requería. El resultado mejor incluso que el disco que editó con Ry Cooder de productor, We'll Never Turn Back con el que la descubrí.
Claro que como ella comenta llevaba muchos años grabando y su trabajo con The Staple Singers merece un o varios post
aparte.
Nunca he sido seguidor de Wilco ni de su cantante Jeff Twedy pero aquí el tipo sabe lo
que se hace. No podía estropear grabar con una leyenda como Mavis y acierta de
pleno con el tono del disco. Por supuesto el gospel es la base sobre la que se
sustenta este artefacto pero muy bien punteada por el blues. Me encanta ese
arranque pausado en Don´t Knock con esos punteillos de guitarra que dan paso a la poderosa aparición de
la voz de Mavis a la que se unen los
habituales coros gospel. Ya me tienen ganado.
El repertorio escogido
para la ocasión es un acierto. Tradicionales del género como In Christ There Is No East or West o Wonderful Savior vitaminados por la voz
de Mavis y suculentas canciones de algunos de los mejores escritores de
canciones que han pisado la tierra como es el caso de John Fogerty (Wrote a song
for everyone). Otra de las que te lleva a las alturas es Losing You de Randy Newman (sujeto en el que tengo que indagar antes o después). Y
por supuesto reconocer el acierto del propio Twedy con You Are Not Alone,
ideal para que la cante esta mujer. Y una de mis favoritas es sin duda Creep Along Moses. Reconozco que pierdo la
cabeza con temas tradicionales como ese.
Cuando se juntan dos voces
como las de Donny Hathaway y Roberta Flack dejas de inmediato lo que
estés haciendo en ese momento y les dedicas toda tu atención. De noche es el
mejor momento para escuchar un artefacto como este repleto de clase y
sensualidad. Roberta Flack & Donny Hathaway fue el mayor éxito en la
carrera de Donny muy amigo de Roberta desde los tiempos en que estudiaron
juntos en la Universidad. Su amistad propició un primer encuentro discográfico
sobresaliente con momentos inolvidables. Incluso aunque revisen temas tan
conocidos como Baby I love you que ya
elevó a las alturas Aretha Franklin
o You´ve got a friend de Carole King.
Esos temas son baza segura
en las voces de estos dos. Especialmente me gusta la de Carole King porque cuando una canción la ha cantado antes Aretha, pues eso, poco se puede hacer. El
inicio con I (Who Have Nothing) es
sobrecogedor, una delicada canción cantada con dos voces suaves y exquisitas.
Es curioso lo que me comenta un amigo: a Donny no le gustaba su voz. Supongo
que los que le rodeaban le dirían una y otra vez lo contrario. Empezando por la
misma Roberta.
Al parecer el disco nace
por insistencia del jerifalte de Atlantic Jerry
Wexler para darle un empujón a la carrera de Hathaway. Si fue así, bien por Jerry porque Donny merecía ese éxito
y hoy en día merecería más reconocimiento. La principal baza del disco
evidentemente es la voz de ambos porque los arreglos son ambiciosos e incluso
alguno recargado. Pero sinceramente no me importa. Alucino con temas como Be Real Black For Me o Come Ye Disconsolate pero el que me ha
volado la cabeza tras sucesivas escuchas es You've
Lost That Loving Feeling. Y ese emotivo instrumental final con Mood.
A finales de los noventa Monster Magnet estuvieron a las puertas
de conseguir ese éxito masivo que les hubiese hecho la vida más fácil para
afrontar los duros años discográficos que se avecinaban. Fue en 1998 cuando
lanzaron aquel aplastante Powertrip. Un álbum del que
vendieron más de medio millón de copias en el mercado yanqui y supongo que una
buena cantidad por Europa. Pero en cuanto a éxito se quedaron a medio camino.
Se merecían haber trascendido esa línea que les hubiese hecho ser cabezas de
cartel y no teloneros de Metallica o
White Zombie por muy bien que les
viniese.
Esas consideraciones
aparte lo cierto es que Powertrip es un pedazo de disco,
contundente, poderoso que 14 años después sigue pateando culos. Y hay que
recordar que a esas alturas MonsterMagnet ya tenía una más que sólida
discografía a sus espaldas especialmente Dopesto infinity anterior a
este y tan bueno sino superior. Bien, como escribía Powertrip tiene la clase
de canciones destinadas a reinar en los charts. Pegadizas, directas, de esas
ideales para que suenen en garitos rockeros para que algarrobos como el menda
las coree cerveza en mano. Me refiero a temas como Space Lord, Croop Circle
o Tractor. Además de eso el álbum
tenía otros más sutiles e igual de buenos. Entre mis favoritosTemple of your dreams, Baby Gotterdamerung y See you
in hell.
El album se gestó en Las
Vegas donde Dave Wyndorf se encerró
en un hotel con el insano propósito de escribir un tema diario durante 21 días.
El tipo acertó. Aquí hay 13 canciones en las que Wyndorf se sumergió en la
decadencia de esa sociedad tan atrayente y ridícula como es Las Vegas. Lo que
pasa en Las Vegas no siempre se queda en Las Vegas. Menos mal.
Parece
que no corren buenos tiempos para las revistas musicales. En realidad no corren
buenos tiempos para casi ningún negocio. Internet lo ha cambiado todo. Al
principio se creía que la Red iba a generar más oportunidades pero yo creo que
se han destruido más cosas que generado. Igual es una visión apocalíptica y
alguien con datos demuestra que no es así. Que hay un filón ahí y que no se
sabe explotar.
Todo este
batiburrillo mental me ha venido tras leer el post Adiós al Diawhee ... LargaVida al Popu! de Sammy PlaysDirty. Según indica, el diario cibernético ha sido boicoetado por los
hackers y Cesar Martín cansado del tema ha cerrado ese chiringuito. Sammy Plays
Dirty se congratula de que The Man haya decidido aniquilar el invento (no del
ataque, ojo!!!) porque tal vez eso repercuta en que la revista mejore, de que
se involucre más en la misma (como antaño, otra vez la nostalgia). Puede ser.
Ojala. De momento en el Popu de Noviembre me he descojonado un rato largo
leyendo la crónica que escribe César
Martín del concierto The Darkness & Lady Gaga en el
Palau Sant Jordi de Barcelona.
Pero en
general lo cierto es que tengo la sensación de que las revistas hoy en día
deberían ofrecer más. Currárselo más para diferenciarse de lo que puedes
encontrar en la Red. Y eso que sigo disfrutando con el Popu y con el Ruta 66
pero con cuentagotas. Y puedo ser yo. Y no ellos. O simplemente que los tiempos
están cambiando. En el caso del Popu hay muchos músicos y bandas de antes y de
ahora de los que han escrito muy poco o nada. Pero es lo que hay. Y el que
quiera otra cosa que se curre su propia revista como escribiría The Man. O que
se la monten sus papas. Ja,ja.ja.