jueves, 30 de octubre de 2025

Top Seventeen Dire Straits

El primer ejemplar que compré de Popular 1 fue uno en el que salía en la portada Robert Palmer. Seguro que no lo adquirí por la presencia de este elegante cantante inglés pero lo que leí me atrajo lo suficiente para ir metiéndome en el particular universo de esta publicación. Una de las secciones más poderosas y con el tiempo míticas del magazine es sin duda el Correo, Apéndice y en aquellos años las Líneas Acidas. No sé en qué sección de ellas y ni siquiera si fue en ese número, pero al poco de comprarla un muy joven César Martín defendía el honor de los Dire Straits ante los ataques de un furibundo lector ja ja. Supongo que en aquellos años que esta publicación validase lo que me gustaba era importante. Fijo. En la adolescencia se necesitan esas cosas.

Muchos años después, todas estas cosas te las traen el pairo. Sigues adelante con tus gustos contra viento y marea, sin dar explicaciones a nadie porque en esencia lo chulo de la música es disfrutarla sin prejuicios, sin rollo snob y sin la tan manida expresión de placeres culpables. Han pasado casi cuarenta años desde que en mi más tierna adolescencia me iniciase en el mundo del rock con, entre otros, Bryan Adams, Queen, U2 o Dire Straits. No nos engañemos en determinados círculos son pocos menos que apestados. Especialmente los de Knopfler siempre han sido tildados de aburridos, aburguesados, poco menos que nocivos. En 1988 eso me podía molestar, importar, incluso importunar. Hoy en día me río con aquello. Mis gustos se han abierto a innumerables estilos y es más fácil que nombre los que no me gusta o con los que no conecto que citar todo lo que me va...

¿Y qué pintan Dire Straits en todo esto? Viene a que el otro día Su me dijo que había leído un artículo publicado en Dirty Rock Magazine y en esencia estaba de acuerdo con lo que ahí se glosaba. Básicamente, y así lo sigo pensando, que la trayectoria de la banda liderada por Mark Knopfler es muy buena hasta la edición de Brothers In Arms, un álbum que a mi me ha envejecido muy mal. Y que la historia se debió acabar ahí porque confieso que cuando escuché Calling Elvis el mismo año que se publicaron el álbum negro de Metallica, el Blood Sugar Sex Magik de Red Hot Chilli Peppers, Nevermind de Nirvana, Ten de Pearl Jam, Badmotorfinger de Soundgarden... Aquello fue la clara constatación que su tiempo había pasado sin remedio. Ni me planteé acudir a los conciertos de aquella gira. Y no dudo que pudieron estar bien pero confieso que no me arrepiento. En cualquier caso aquí va este Top Seventeen, goloso, canciones fantásticas que no tengo ninguna pena en rescatar de vez en cuando. Va por Diego...


















1 comentario:

Anónimo dijo...

Al fin hablas de tus adorados Dire Straits. Que turras me dabas,jijiji. Que conversaciones de guitarristas más añoradas,que debates. Añoranza de esos principios musicales de ambos.
Soliiiid Rock.

Óscar