Llevo varios días comenzado mis mañanas con el nuevo disco de The Dictators a todo trapo. Y no me canso. Es un inesperado regalo de estos neoyorquinos supervivientes a casi todo en la gran ciudad. Nadie esperaba nada de ellos a estas alturas. De hecho hace más de veinte años Andy Shernoff poco menos que anunció que D.F.F.D iba a ser en último álbum del grupo. Si a eso le añadimos que su última gira por tierras hispanas dejo muchas dudas, pues eso, cero expectativas. De modo que más gozada todavía comprobar que han sido capaces de juntar diez canciones la mar de molonas, algunas para mi clásicos instantáneos de la banda. Voy más allá. Supongamos que se acercan de nuevo y tocan el disco entero, (algo más de media hora de duración) y luego lo salpican con los clásicos de rigor, salgo del recinto con sonrisa milloneti.
Como los avispados lectores de este cochambroso blog ya sabrán Manitoba anda peleado con la banda y ya sólo quedan Andy Shernoff, principal compositor, y Ross The Boss como miembros clásicos. Junto a ellos están el ex Blue Oyster Cult, Albert Bouchard a las baquetas y Keith Roth a la guitarra rítmica y la voz. A mi la voz de Roth no solo me parece que encaja, voy más allá. Me encanta. Ya me gustó cuando le vi en directo y aquí esta fenomenal en todo el disco que se abre con un tema que puede ser una fiesta en directo: Let´s Get The Band Back Together y se cierra con un emotivo y entusiasta homenaje a Joey Ramone en Sweet Joey. Otro clásico pero ya. Al igual que la irresistible God Damn New York con esa letra tan certera.
He nombrado las que considero que encajan como clásicos ya pero lo cierto es que las otras siete son pequeñas joyitas de punk rock con cierto toque power pop en alguna como la fantástica Really Good. Lo cierto es que entran todas de maravilla, sin excepción. Una constante a lo largo del álbum son los vitalistas y contagiosos coros que tienen muchas canciones. Esa forma integradora, irresistible que gana a sujetos inestables como el menda a corear a fuego Let´s Get The Band Back Together o esos ooohhhhhh pegajosos de My Imaginary Friend... Por cierto las guitarras a cargo de Roth y Ross The Boss suenan de traca. Me chiflan especialmente en Sacred Crow otra canción pegadiza a más no poder que lo tiene todo... Bueno, igual esto es una chaladura mía pero al final de esa canción me hubiese encajado a la perfección una armónica a todo trapo. Estoy en bucle matutino con este álbum y no me quiero perder su fiesta si la montan por aquí.
La mayoría de libros musicales que he leído han sido en un alto porcentaje ricos en carroñas varias, es decir, adicciones a todo tipo de sustancias, sexo guarro, relaciones toxicas, traiciones por doquier... Me encantan esas zarandajas. Cuánto más turbio el asunto, más disfruto. Buenos ejemplo de esto son Los trapos sucios, Difíciles de manejar, vida y muerte de The Black Crowes, Sing Backwards and weepy unos cuantos más que podéis rescatar si pincháis en Literatura en este cochambroso blog. De vez en cuando también he leído libros, más serios, escribamos, con más enjundia, que requieren un esfuerzo mayor por parte del lector (dentro de mis múltiples limitaciones de celador búlgaro sin estudios). Uno que me encantó fue Como dejamos de pagar por la música de Stephen Witt.
Dust my Broom. La historia de Elmore James y Robert Johnson entra en la categoría de ensayo pero si alguien tan poco preparado como el menda le ha sacado jugo, ustedes millones de lectores la van a gozar. El autor, Gonzalo de la Torre Puig, más conocido en el mundillo musical como Dolphin Riot, ha escrito un libro maravilloso, con mucho estilo, literario incluso y plagado de interesantes reflexiones acerca de muchas cuestiones que van mucho más allá del blues, aunque este estilo de música sea el nexo común del volumen. El libro se adentra en la profundidades del Delta de Mississippi, una vasta región de Estados Unidos en muchos sentidos ajena al desarrollo socio económico de territorios colindantes. Y ese contexto es fundamental para entender por qué y cómo surgió el blues. De hecho una de las tesis que plantea el autor es precisamente que si en esa región no se hubiesen dado las circunstancias que se dieron, plantaciones de algodón, esclavitud, tal vez el blues no hubiese como fue. Sin caer en defensas de regímenes chungos ni nada por el estilo, que se me entienda, por favor.
Los dos bluesman que aparecen en el título son un reclamo perfecto para melómanos como el menda. La primera vez que supe algo de Robert Johnson fue en los noventa. Mi primo Oscar tenía un recopilatorio, The Complete Recordings editado en 1990 que se convirtió en el disco de blues más vendido de todos los tiempos, con más de un millón de ejemplares. Me imagino que mi primo llegó a el muy posiblemente por Popular 1 o por los Red Hot Chilli Peppers que hicieron una versión de They´re Red Hot en su maravilloso Blood Sugar Sex Magik. Como miles de personas en el mundo compré la versión oficial sobre Robert Johnson que tan popular y a la que tanto rédito comercial se le sacó. Ya sabéis el pack completo, fue el primer bluesman, vendió su alma al Diablo, nadie había hecho lo que él antes... A grosso modo algo así. Es muy interesante leer lo que cuenta Dolphin Riot sobre Robert Johnson y sus acertadas ideas sobre lo que supone abrazar milongas como lo de vender el alma al Diablo. El autor indaga en la vida y obra de Johnson de una forma fascinante, llegando a interesantes reflexiones que comparto casi casi al 100%. Y en el trayecto de conocer más sobre Johnson he descubierto a pioneros de los que no tenía ni idea: Tampa Red, Tommy Johnson, Scrapper Blackwell y a mujeres fundamentales y que como tantas otras veces la Historia a ninguneado como Ma Rainey, Bessie Smith o Memphis Minnie.
En el caso de Elmore James mi conocimiento sobre su vida y obra era prácticamente nulo más allá de conocer que estuvo ligado al blues de Chicago y de que es conocido por ser el padre del bottleneck guitar. Sus andanzas me han fascinado en especial esa forma de ir por el mundo sin atenerse a reglas ni leyes establecidas. El tipo necesitaba pasta y allí donde estaba iba sin importar sin infringía leyes de sindicato de tocar en tal o cual región. Tuvo que hacer frente a multas por esos temas en muchas ocasiones pero reincidía una y otra vez. Su trascendencia en el mundo del blues es defendida de forma apasionada por el autor, de tal forma que según leía iba indagando en su legado musical con fantásticos resultados.
Lo que hace a este libro especial y esencial es su mirada sobre el blues más allá de los tópicos mil y una veces tratados. Contar la historia de este género a través de dos de sus máximos exponentes pero dejando claro con datos que la música es un arte en donde las influencias y el constante reciclaje y puesta a punto de ideas preexistentes es el nexo común, que todo quisqui ha tomado prestado de alguien antes. Evidente y muy bien explicado y documentado. A todo esto hay que añadirle los personajes secundarios, por así decirlo, algunos con vidas tan o más fascinantes que los protagonistas de esta historia. Me ha llamado la atención la historia de Morgan Clyde Bobby Robinson, nieto de esclavos y que en 1946 abrió una tienda de discos situada entre el Teatro Apollo y Frank´s uno de los restaurantes más famosos de Harlem. Bobby´s Happy House se llama la tienda, que no te digo me lo mejores, iguálamelo.
Hace tiempo que tenía pensado inaugurar una nueva sección en la que dar rienda suelta a mi obsesiva pasión por el soul, un género musical en el que no me canso en indagar, viajando por autopistas funkys, baladas a la luz de las velas repletas de falsetes, dejándome llevar por los irresistibles juegos de llamada-respuesta vocal entre el solista y los coristas... Deep Soul, Northern Soul, Memphis Soul, Stax, Detroit Soul con la Motown, sonido Philly, incluso la psicodelia... En fin un mundo en el que perderse. La intención de esta sección es glosar la influencia que ha ejercido dicho estilo en algunos de mis rockeros favoritos. La mayoría de ellos blanquitos. Iba a empezar con The Rolling Stones pero dado que estoy celebrando el cumpleaños de Springsteen en plan gitano (puede durar una semana, dos o más, ya veremos) y como voy cuesta abajo empiezo con el de New Jersey. Mucho donde rascar.
La influencia de la música negra y sobre todo del soul en la carrera de Bruce Springsteen & E Street Band es palpable desde el primer disco. Tal vez en los dos primeros y en sus múltiples caras b sea donde más se nota su presencia. Pero antes de entrar en materia musical fijémonos en el escenario, ahí los referentes más claros de Springsteen son dos pioneros del soul con un talento descomunal: Jackie Wilson y James Brown. Muchos trucos escénicos y comportamiento sobre las tablas son herederos directos de esos iconos. Como todo artista hábil, Springsteen sabe apropiarse de lo mejor de cada uno para crear su propio estilo. Incluso podríamos nombrar a Wilson Pickett a The Driffters o Four Tops como claros referentes tanto musical como escénicamente.
Hace unos años le preguntaron a Springsteen qué ocho canciones escogería en caso de tener que escucharlas en bucle en una isla desierta. Tres son imbatibles pildorazos soul. De esos que no me canso de escuchar jamás. Baby I Need Your Loving de Four Tops (que reina en una escena de A Bronx Tale); Out Of Sight de James Brown y la inmortal What´s Going on de Marvin Gaye. A muerte con las tres. Diferentes estilos dentro de un mismo género. De la pasión por este estilo de música nacen algunas de las piezas más codiciadas en el amplio catalogo springsteniano.
¿Cuál es la marca soul más evidente en la música de Springsteen? Hay varias influencias claras en la utilización de los coros, integradores participativos, en plan comunidad que tienen lugar en numerosas canciones. Se trata de una forma arrebatadoramente atractiva de hacer partícipe al oyente. Como en The Guetto de Donny Hathaway. Otro elemento fundamental en todos los temas con la veta soul muy presente es el saxo de Clarence Clemons que en muchas ocasiones es el verdadero protagonista de la canción en cuestión a menudo en especial sintonía con el piano de Roy Bittan. A continuación unos cuantos ejemplos.
El debut de Springsteen tiene una de las canciones con más soul de su discografía, la incandescente Spirit In The Night que ya en estudio es un cañón pero que en directo se propulsa hasta el infinito y más allá. El juego llamada respuesta alcanza su esplendor cuando canta el estribillo. Fundamentales los coros. La introducción del tema en directo es antológica. Una de mis actuaciones favoritas es la del Hammersmith de Londres en 1975. Todo encaja ahí. Del primer álbum también podemos rescatar la inicial Blinded By The Light que podría tener más que ver con el folk blues, con esa forma única e intransferible en la que Bill Withers hacía canciones por ejemplo. En ambos temas es fundamental el saxo de Clarence Clemons sujeto vital en sonido de la E Street Band.
Si hay un álbum que rezuma soul por los cuatro costados, que está más influido que ningún otro en la carrera de Springsteen por esta bendita música ese no es otro que The Wild, The Innocent and the E Street Shuffle. Desde la apertura con The E Street Shuffle, deudora The Monkey Time compuesta por Curtis Mayfield, el soul se incrusta en todos los cortes del disco en mayor o menor medida. En esta las guitarras funkys, esa batería antológica a cargo de Mad Dog Vini Lopez, los entusiastas coros... Es un auténtico torbellino de canción. Contagiosa a más no poder. En Kitty´s Back a la influencia soul se une de forma esplendorosa a elementos jazzy. Aquí la sección de viento es apabullante y a partir del minuto 5 los coros le dan ese inequívoco regusto soul. No puedes concebir el tema sin esos coros, le dan el toque definitivo.
La cara B de este álbum es sencillamente genial. Ahí esta lo mejor de Springsteen y la E Street Band. Escuchar seguidas Incident on 57th Street, Rosalita (Come Out Tonight) y New York City Serenadeapabulla. Centrándome en los elementos soul los escucho claramente en el inicio de Incident on 57th Streety de forma gloriosa a partir de minuto 4:50, esa forma de cantar, esos coros. Evidentemente no es una canción típicamente soul en el sentido estricto como tampoco lo es Rosalita (Come Out Tonight)pero ambas se enriquecen con elementos de esa música que le dan un aura especial. Por ejemplo en Rosalitaa partir del minuto 4:54 hay un pequeño tramo de coros que cambian la canción por completo.
Lo tremendo de este álbum es que si a Springsteen le hubiese dado por incluir todas las canciones que se dejó fuera y luego conocimos en el Tracks el resultado hubiese sido igual de brillante. La presencia soul se palpa en canciones tan redondas como Seaside Bar Song, Linda Let Me Be The One o The Fever. Podrían ser canciones de los años 50 0 60 cantadas por cualquiera de los iconos del género que reinaban en esa época. Mención especial para Thundercrack, a ver quién se puede resistir a esa forma de empezar una canción a capella, para ir dejando paso a la pura elegancia del hammond e ir sumando instrumentos en perfecta armonía para configurar una canción que te arrastra irremisiblemente a la euforia. Hay detalles que siempre me han vuelto loco en este tema. Detengámonos en el minuto 2:27... Pero qué coros son esos.... ¡Qué puta locura es esta! Espera que otra vez en el minuto 3:30 te la vuelven a liar los coros con el bendito subrayado del saxo de Clemons para que luego venga en el 3:37 Springsteen a rociarte con uno de los mejores solos de guitarra de su carrera... Evidentemente esta canción necesita un post entero que me estoy volviendo tarumba.
Si alguien ha llegado hasta aquí le deseo suerte. Ja. The Fever es otra pieza codiciada en el repertorio de este hombre y contiene a nivel vocal una de mis interpretaciones favoritas de Springsteen. Sin alardes, simplemente cantándote a ti de la forma más sugerente posible. De nuevo los coros son vitales. Siempre lo son. Cualquier canción de Aretha Franklin (que por supuesto ella podría hacer sola con el piano) adquiere dimensión estelar con los coros de sus hermanas. En The Fever la réplica vocal a Springsteen se la dan Tallent y Federici y el momento top es con la aparición de la voz de barítono de Clemmons que escuchamos por primera vez en el minuto 2.20. Afortunadamente todavía en la actualidad Springsteen y E Street Band aún ofreciendo un concierto eminentemente rockero deslizan su veta soul en canciones como Spirit in The Night o Tenth Avenue Freeze-Out cuya interpretación en directo en el Madison Square Garden durante la gira de reunión de 1999 es una de mis favoritas de la historia de su míticos directos. Y hasta aquí he llegado que estoy cansado, copón.
Conocí a Kris Kristofferson como actor antes que como músico al igual que me sucedió con Frank Sinatra. Jamás profundice tanto en la carrera de Kristofferson como si hice en la de Sinatra pero no cabe duda de que el cantante country tenía un legado musical soberbio. Piloto sus canciones más famosas y escuché hasta la saciedad This Old Road su disco de 2006 producido por Don Was. No sé que consideración tendrá ese álbum entre los expertos de su obra pero a mi me chifla por todo, la forma de interpretar las canciones, los músicos implicados y el sonido del disco. También le di cancha a Closer To the Bone (2009) otro álbum producido de nuevo por Don Was y que incluía una canción (Sister Sinead) dedicada a Sinead O´Connor a la que defendió cuando la cantante rompió la foto del Papa durante el concierto homenaje a Bob Dylan en 1992. Su faceta como activista y defensor de las causas más justas es fascinante. Siempre en en el lado correcto.
En el séptimo arte le conocí por su espectacular interpretación en Alicia ya no vive aquíde Martin Scorsese y tengo especial predilección por su participación en dos películas que me flipan de los noventa, ambas dirigidas por John Sayles: Lone Star y Limbo. Tenía una presencia imponente y una voz portentosa, es más creo que era tan buen actor como cantante lo cual es de un nivel estelar. Además de admirado por su larga carrera como compositor y cantante desde luego también tiene una filmografía amplia con momentos icónicos como los de Pat Garret and Billy The Kid, A Star is Born o Bring Me the Head of Aldredo Garcia. Por último recomendar una de las mejores entrevistas que se han publicado en Popular 1, concretamente la que Fernando Tanxencias le hizo al bueno de Kris en el número 411 de la mencionada publicación. Gloria eterna a Kris.
Setenta y cinco años cumple hoy Bruce Springsteen. Hace unas semanas Little Steven decía que no tenían pensado retirarse, que de hecho ahora son más grandes que nunca en Europa. Días después, Springsteen afirmaba que miraba para atrás y se sentía orgulloso de su carrera y con fuerzas para seguir tocando en directo. Y yo que lo celebro. Por todo lo alto además. El cosquilleo de seguir viéndole en directo continúa ahí y compartir esa sensación con Unax es tremendo. El chaval tiene una pasión desmedida por la obra del de New Jersey y sigue descubriendo joyas continuamente. Cuando le regalamos Tracks en Navidades flipó a colores. Y ahí sigue cada dos por tres sacando canciones con la guitarra.
Hace muchos años Popular 1 edito uno de sus especiales sobre Bruce que titulo Conocerle es amarle. Y me parece una elección excelente. Mejor imposible porque sumergirse en la carrera de este tipo es fuente inagotable de disfrute y diversión. Un catalogo antológico de canciones y una auténtica locura descubrir joyas que no tenía publicadas. Siempre se habla de la posibilidad de que edite un Tracks 2 y no sé a qué espera. Mientras, a seguir disfrutando de su música y esperar que el año vuelva por estos lares. Debería haber una gira de Springsteen por aquí cada verano. Los conciertos de este año en Barcelona fueron otro espléndido regalo, noches mágicas que no olvidas jamás.
Ayer comenzó la tercera edición del DalecandELA Fest. Parece q es una iniciativa que cuenta con el apoyo suficiente por parte de instituciones públicas y privadas para mantenerse. Buenas noticias. Los objetivos principales de esta Asociación son dar visibilidad a la enfermedad; recaudar fondos para la investigación y las personas afectadas y transmitir valores positivos. Toda ayuda es poca. En ocasiones no nos damos cuenta de lo importante que son estos eventos hasta que no conoces a alguien cercano que padece la enfermedad o algún familiar que lo sufre de cerca.
En lo estrictamente musical los organizadores del evento tienen un gusto exquisito. Ayer sin ir más lejos el cartel tenía tres conciertos perfectos para mi; The Hanging Stars a las 19:00, Cordovas a las 20:00 y Luke Winslow King a las 21:15. Seguiditos. De modo que allí nos presentamos Su y el menda. Nada más llega divisamos a Mikel. Todo en orden. Charlamos un poco con el y nos dirigimos al puesto de Merchan a pillar una camiseta muy chula para Su. El cielo amenazaba lluvia pero las ganas de ver esos conciertos podían más.
The Hanging Stars
Tenía unas ganas tremendas de ver a esta banda por la sencilla razón de que estoy muy flipado con dos de sus discos Hollow Heart (2021) y su último trabajo On A Golden Shore (2024). Ni se las veces que los he escuchado en los últimos meses. Suenan los primeros acordes de Ava, la canción con la que les descubrí. Su y yo nos sonreímos. Es el inicio perfecto. Igualmente si la elegida hubiese sido Let Me Dream Of You que abre magistralmente On A Golden Shore. Richard Olson comanda en escena y a la voz a una banda perfectamente engrasada. Sonaron a gloria unos cuantos temas de su último trabajo: Sweet Light, Happiness is a bird, I need a Good Day... Perfecta armonía musical entre el guitarrista Patrick Ralla espectacular toda la tarde, la enorme presencia en todos los sentidos al bajo de Paul Milne y esa batería sutil y desatada cuando se requería a cargo de Paulie Cobra. No me olvido de la estupenda voz de Richard Olson, que además escénicamente es el que más se desataba y esa forma perfecta de enriquecer cada canción a cargo de la pedal steel de Joe Harvey Whyte. Uno de mis muchos momentos favoritos fue cuando interpretaron Radio On. Ojalá vuelvan pronto y les pueda ver en una sala tocando un par de horas.
Cordovas
Me encantó como saltó a escena esta banda norteamericana. Me ganaron desde el minuto uno. No sé como se titula la canción con la que abrieron, creo que Josephine, pero no se puede empezar un concierto con más clase. Me impactó la imponente y carismática presencia de Joe Firstman. Situado al piano y con una emotiva voz perfectamente secundada por las armonías de Johnny Strikes, que durante el concierto se encargó del piano, y de Lucca Soria que luego se desató con unos cuantos solos fantásticos a la guitarra. No hace falta más cuando la canción es buena y la interpretación es maravillosa. En esa misma onda siguió el siguiente tema. Una forma inesperada pero super sugerente de empezar un concierto. Captaron toda mi atención. Después hubo momentos de algarabía colectiva con temas tan redondos como High Feeling, Fallen Angels of Rock´n Roll, High Roller, una salsera Somos Iguales y la sorpresa vino con la excelsa interpretación de Oye Como Va de Santana. Otros a los que me encantaría ver en una pequeña sala un par de horas. Ayer la gocé. Recomiendo encarecidamente Destiny Hotel (2020) y The Rose of Aces (2023)
Luke Winslow King
Ayer fue la primera vez que veía a Luke Winslow King con toda su banda. Cuando llegó su hora caía la lluvia sin cesar al igual que con Cordovas. Lo que ocurre es que tras la actuación de los norteamericanos había ido a repostar un poco y perdí el sitio en primeras filas, de modo que vi a Luke y su banda desde más lejos. Lo que más se veía eran paraguas...En cualquier caso y aunque no me pude meter en show como si lo había hecho con las dos anteriores bandas, disfruté con las canciones elegidas por Luke, unas cuantas perlas de su último y recomendable trabajo Flash-A-Magic... Sonaba muy bien y me chifla como canta Luke, tiene estilazo y sus dos últimos discos son de mis favoritos de su discografía:
El pasado lunes Diego RJ inició la nueva temporada de El Sótano de Radio 3 con Here We Are de The Cynics. Ya van por la diecisiete, algo absolutamente loco e inesperado tras la hecatombe que ha sufrido esa emisora en los últimos años y considerando que Spain no es un país muy rockero aunque en un alarde de optimismo y de ver el vaso medio lleno creo que por estos lares hay una base de fans interesante al que le gusta de verdad la música, descubrir cosas nuevas, bucear en el pasado, acudir a conciertos, incluso comprar revistas de música. Bueno, me estoy pasando, ja, ja. Hoy me he levantado on fire y y la selección musical de El Sótano me ha venido de perlas con Benny Trokan, JD Mcpherson o Rick White & The Sadies.
Hace unos años solía escuchar el programa en directo a diario, de siete a ocho creo que era, pero actualmente siempre lo consumo en podcast para abrir mi jornada matutina camino al laboro y luego de vuelta. Me gusta como conduce el espacio Diego RJ con comentarios certeros y contagiando pasión por la música que escoge. Además en su garito caben muchos géneros por los que tengo devoción; mucho y buen punk, garaje, rock´n roll y jugosas y maravillosas incursiones en mi adorado soul. Las conexiones musicales que establece el conductor del programa son fantásticas y descubro todas las semanas muy buen material.
Podría citar muchos programas excelentes que he escuchado a lo largo de los años. Ahí van unos cuantos; me cautivó Un paseo por Nueva York, me flipó en el que entrevisto a Michael Bruce componente de Alice Cooper Band, un excelente especial sobre el sello Stax, cuando entrevisto a Ty Segall que presentaba First Taste, todos los especiales que ha hecho sobre Iggy Pop, el especial sobre la carrera de Scott Kempner en fin podría seguir hasta el fin de los tiempos pero no puedo dejar de mencionar uno no me esperaba: 30 años de Una Historia del Bronx, película fetiche en mi casa... Larga vida a El Sótano de Radio 3, criaturillas. Seguid bajando y no olvidéis apagar las luces al salir.