Me sumergí de lleno en la discografía de Neil Young tras la publicación de Mirror Ball, aquel reivindicable álbum cuya banda de acompañamiento fue Pearl Jam. Ir para atrás y descubrir Ragged Glory y casi todos los discos que editó en los setenta fue gloria bendita, un goce continuo. Hagamos una hipótesis; supongamos que Young tras publicar Ragged Glory se hubiese retirado a su rancho a jugar con sus coches, a buscar nuevos sistemas de audio o a dar de comer a sus gallinas. Su legado sería espectacular, estratosférico. Pero es que después el Tito Young siguió con su carrera grabando buenos discos y girando sin parar con diferentes formaciones pero siempre ofreciendo singulares demostraciones de rock´n roll.
Hace mucho tiempo que le he perdido la pista discográficamente hablando. El último disco que me compré fue Chrome Dreams II de 2007 y a todo lo que ha venido después confieso que le he prestado poca atención. Seguro que habrá buenas canciones en todos esos discos. Desconozco si tiene planeada gira en breve, si le podremos verle por estos lares o si en breve anunciará que pasa de todo ya. En cualquier caso un músico fundamental en mi hogar, referente, a los que acudir constantemente. Forever Young!