viernes, 23 de abril de 2021

25 aniversario de Trainspotting

Este año se cumple el veinticinco aniversario de Trainspotting una de esas películas generacionales que lo peto a mediados de los noventa recaudando millones de dólares, mucho más de lo que costo. Un
 éxito descomunal ligado a una banda sonora en la que por encima de todo destacan dos temas icónicos de Iggy Pop: Lust For Life y The Passanger y en la que por supuesto también tiene su momento Perfect Day de la Velvet Underground. Se puede hurgar más en la banda sonora pero en mi casa siempre relaciono este film con la peculiar figura de la Iguana. 

Recuerdo perfectamente la primera vez que vi esta película y con quién. Cinco colegas nos juntamos para ir un día de diario a la última sesión. El cine estaba a tope y es de esas ocasiones en las que incluso te pierde diálogos por el atronador volumen de las carcajadas que te rodean. La película arranca como un tiro con el demoledor monólogo de Renton, el personaje magistralmente interpretado por Ewan McGregor, al irresistible ritmo de Lust For Life. No se me ocurre una elección mejor y una forma más poderosa de empezar una película con una secuencia excelentemente rodada y de la que no puedes apartar la vista ni un momento. 

Al reconocimiento popular y unos pingües beneficios se le unieron también las consabidas críticas. La más recurrente, que la película era una apología de las drogas. Recuerdo al director Danny Boyle replicando que dudaba que a nadie que viese la película le entraran ganas de convertirse en yonqui. Y estoy de acuerdo con él.  Boyle retrata en la película la vida de unos cuantos heroinómanos que pasan momentos divertidos, como la mayoría de los jóvenes a esa edad pero que sufren su enganche y lo pagan con creces. No hay ni glamour, ni apología, todo lo contrario hay escenas realmente duras que se te quedaban grabadas a fuego en la retina.

La película se beneficia de las espléndidas actuaciones de todo el elenco. Ya he mencionado a Ewan McGregor pero no se quedan atrás un magnético Jonny Lee Miller en el papel de Sick Boy, el entrañable Spud interpretado por Ewen Bremmer y tiene momentos absolutamente gloriosos Robert Carlyle interpretando el sociópata Francis Begbie. Cuesta elegir escenas favoritas pero sin duda una de ellas es la trifulca en el bar. La gozo. Y no puedo dejar de identificarme con Sick Boy cuando le da la chapa a todo el que se le pone a tira con su bendita obsesión por Sean Connery. Me he visto en esas con Solomon Burke o Rory Gallagher ja ja.