viernes, 23 de marzo de 2012

Aretha Franklin. I Say A Little Prayer

Los viernes son mi día favorito. Y la banda sonora tiene que estar a la altura de las circunstancias. Nadie mejor que Aretha Franklin para endulzarnos la existencia. Cuando escucho a Aretha, al igual que con Sam Cooke un pensamiento sencillo y contundente viene a mi mente: No se puede cantar mejor. Este tema lo descubrí a través de una película La boda de mi mejor amigo en una divertida escena. Pero allí no la cantaba Aretha. La de Aretha es incomparable, imbatible y eterna. Feliz fin de semana.



miércoles, 21 de marzo de 2012

Solomon Burke


Hoy 21 de marzo hubiese cumplido 72 años Solomon Burke. Descubrí su música cuando mi hermana me regaló en las navidades de 2002 Don´t give up on me. Un disco en el que perderse una y otra vez. Esos artefactos que hacen que la vida por aquí sea un poco mejor. No me canso de recomendarlo y tampoco de seguir indagando en la discografía de este hombre. Sigo en ello y esto se ha convertido en una bendita obsesión que está proporcionando deliciosos momentos. Estoy a la espera de que en el buzón de casa me echen Soul of the blues y tengo todavía pendientes unos cuantos. Quedarse solo en Don´t give up on me hubiese sido un error pero si alguien tiene solo ese disco de ese hombre ya posee un álbum mágico. Indagando en su discografía me he encontrado una gloriosa primera etapa en Atlantic (1961-68) con seis discos fundamentales a los que hay que sumar el Proud Mary: The Bell Sessions del 69 más todo lo que editó en la pasad década. En medio espero que unas cuantas joyas por descubrir. Poco a poco. Ojalá editen más material de este tipo. ¿No grabó mas temas con Joe Henry y Buddy Miller? ¿Qué tal un dvd en directo de los años sesenta, setenta o de una de sus innumerables giras por Europa en los ochenta? ¿Y esa autobiografía que estaba escribiendo? Ja,ja. Esto no tiene remedio. De momento disfruto con lo que tengo y me deleito y me parto la caja leyendo King Solomon: The Throne in Exile el capítulo que Peter Guralnick le dedica en su libro Sweet Soul Music.

Una vez más y no será la última, Solomon Burke the King of rock´n soul.



viernes, 16 de marzo de 2012

jueves, 15 de marzo de 2012

Tedeschi Trucks Band. Revelator


No suele ser fácil labrarse una carrera en solitario cuando la mayor parte del trabajo de un músico está ligado por linaje y trayectoria a una banda. Es el caso de Derek Trucks, sobrino de Butch Trucks batería de los míticos Allman Brothers y actualmente guitarrista de la hermandad sureña por antonomasia. Con los Allman Brothers Derek ha grabado al menos un disco  Hittin the note que para el que esto escribe esta a la altura de los clásicos de la banda. Lo cual equivale a la gloria absoluta. Pero obviando su pasado y presente Allman, Derek ha sabido currarse una interesante carrera en solitario. Su anterior Alredy Free ya llamó mi atención. De hecho es un disco que todavía escucho habitualmente. Pero este Revelator en el que comparte protagonismo con su mujer Susan Tedeschi me parece mejor, más variado. Y el punto de distinción, lo que desequilibra la balanza hacia lo excelente es la voz de Susan que aquí está radiante. Suave a la vez que poderosa. Capaz de deslizarse con mucha clase por unas canciones muy buenas.

La primera vez que escuché a Susan Tedeschi fue a la vuelta de un concierto de Vitoria. De madrugada Ander puso Back to the river y Diego acertadamente me comentó que me iba a gustar. Me lo grabó y ese fue el inicio con esta chica. Pero para mi gusto este Revelator es también superior al de Susan en solitario. La unión de dos talentos logra aquí un resultado espectacular que se degusta poco a poco. Los diferentes matices que es capaz de aportar Susan Tedeschi con su bonita voz también los logra crear con su guitarra Derek. Aquí tal vez mas contenido, perfecto en cualquier caso, siempre al servicio de la canción. A mi desde luego me vuelve loco como rasga su instrumento este chico. Ya desde que le descubrí en aquel dvd en directo en el Beacon publicado por los Allman Brothers.  Y la ecuación se completa porque aquí la mayoría de temas surgen con vocación de clásicos. Y eso no sucede todos los días.



Y es que el nivel abruma. No puedo quitarme el adictivo estribillo de Bound of glory, me regocijo con las iniciales Come See about me y Don´t let me slide. Tanto Midnight in Harlem, Simple things como Until you remember son tres de las mejores canciones que he escuchado en los últimos tiempos. De esas que cuando acaban las vuelves a poner. Una y otra vez. Y hasta ahora he citado las seis primeras que configuran un inicio apoteósico. Una cara A imbatible. Compruebo con alegría que Simple things esta compuesta por uno de los mejores escritores de pop rock de la historia. Si, Gary Louris. Until you remember empieza con un aire New Orleans al que se suma la exquisita guitarra de Derek, qué gozada escuchar cómo toca este tío. Como en todo el disco la voz de Tedeschi es alucinante y en este tema brilla especialmente. Ya tan solo por estos seis primeros temas este disco es uno de los mejores que he escuchado de los últimos años.

Pero es que el tema siete Ball and Chain con ese inicio tan The Band es también buenísimo. No baja el listón y seguimos disfrutando de un disco en que el soul y el blues fluyen con naturalidad. No hay nada impostado aquí. No falta la sección de viento aportando ese toque distintivo y unos teclados ajustados. La producción me parece otro acierto. En el penúltimo tema Love has something else to say es donde más se desata Derek con unos solos estratosféricos combinados en interacción con el saxo y finalizan con la calida Shelter que deja un regusto exquisito. Para volver a dar al play. Una banda de once componentes liderada por dos talentos de muchos kilates, Susan y Derek, vaya pareja. Ver a este combo en directo tiene que ser tremendo.


lunes, 12 de marzo de 2012

The Friends of Eddie Coyle


En 1972 Mitchum todavía estaba de moda y fue portada de la Rolling Stone. Ahí salía su careto en la mítica revista en un artículo titulado El último forajido de la pantalla. El periodista que lo firmaba Grower Lewis estuvo en el rodaje de The Friends of Eddie Coyle (por estos lares titulada El confidente) pasándoselo pipa con las batallitas que contaba el amigo Mitchum que además estuvo a la altura de la leyenda que había sobre él codeándose con voluptuosas mujeres, abusando de alcohol y fumando hachis sin ningún tipo de recato. Todavía tenía cuerda para rato. Todo esto está perfectamente documentado y explicado en Olvidame, cariño la biografia que Lee Server escribió sobre Robert Mitchum, uno de los mejores libros que he leído en mi vida, incluyendo, novelas, ensayos o cualquier otro género.

La filmografía de Robert Mitchum está repleta de películas referentes en el género noir como Retorno al pasado, La noche del cazador o Encrucijada de odios que le tuvieron como uno de sus reclamos principales. Pero también como sucede a menudo  conviene repasar pequeñas películas de cine negro que no han obtenido el eco que se merecían. Es el caso de The Friends of Eddie Coyle, una modesta película del año 73 y que junto a Yakuza y Adios muñeca son la trilogía más potente de todos los films en los que participó ese actor en la década de los setenta. Me vino a la mente el otro día tras leer que se ha editado en España la novela de George V.Higgins en la que se basa esta apreciable película. La presente edición está prologada por Dennis Lehane y esta es la clase de libro que ha influido en muchos escritores que después han obtenido más éxito que el propio autor. Uno de esos pioneros en la sombra.

The Friends of Eddie Coyle es una película realista que se sumerge en los bajos fondos de Boston donde no hay rastro de glamour. Los canallas involucrados en la trama circulan por un circuito de serie b o z en cuanto al crimen se refiere. Y en esa tesitura nadie mejor que Mitchum para poner su careto cansado al servicio de la trama. El hombre no puede estar más tirado. Depende de soplarle a la policía para librarse del trullo. Y desde el principio sabes que no le va a salir bien. Nadie como Mitchum para dar vida a esos perdedores que llevan marcada la fatalidad en cada arruga de su rostro. Cuando se rodó la película Mitchum contaba con 56 años y estaba de vuelta de todo. En los setenta tras más de treinta años en el negocio el actor era un referente para las nuevas generaciones, un tipo con carisma que todavía salía en portadas de revistas como la Rolling Stone donde se le seguían sus míticas fechorías en los rodajes.

La película no es una obra maestra, desde luego, pero tiene su miga. Su apariencia descuidada, su paseo por lugares corrientes y unos personajes creíbles son sus puntos positivos. Una crudeza no exenta de cierta belleza. Sin duda a veces encuentras la verdad en personajes al borde del abismo como el que encarna con su habitual dosis de apatía el actor que mejor sabía escuchar. Una película con un indudable encanto. Con vocación documental, Peter Yates hace un muy buen trabajo sumergiéndose con su cámara en la vida de los parias del crimen. Destaca por supuesto la interpretación de Robert Mitchum que arrasa con todo, más teniendo en cuenta que apenas aparece veinticinco minutos en pantalla pero la sensación que te da es que es el eje sobre el que gira todo el tinglado. Una vez más Mitchum lo consiguió. Y todavía le quedaban dos pelis potentes más en esa década: Yakuza y Adios muñeca.


viernes, 9 de marzo de 2012

Otis Redding. My girl


Hoy es el cumpleaños de Susana, la mejor del mundo mundial



I've got sunshine on a cloudy day.
When it's cold outside I've got the month of May.
I guess you'd say
What can make me feel this way?
My girl (my girl, my girl)
Talkin' 'bout my girl (my girl).

I've got so much honey the bees envy me.
I've got a sweeter song than the birds in the trees.
I guess you'd say
What can make me feel this way?
My girl (my girl, my girl)
Talkin' 'bout my girl (my girl).

Hey hey hey
Hey hey hey
Ooooh.

I don't need no money, fortune, or fame.
I've got all the riches baby one man can claim.
I guess you'd say
What can make me feel this way?
My girl (my girl, my girl)
Talkin' 'bout my girl (my girl).

I've got sunshine on a cloudy day
with my girl.
I've even got the month of May
with my girl


jueves, 8 de marzo de 2012

Donny Hathaway. Voices Inside (Everything Is Everything)


Estoy absoluta, loca e irremediablemente enganchado a este tema. Por la mañana, a la tarde, a la noche…. Cualquier momento es bueno. Empieza un bajo juguetón, se le añade la batería, suena un Gong, el amigo Donny Hathaway nos dice Let's get down now, se le suman a la fiesta unos coros femeninos a la altura de las circunstancias. Hathaway mete un oh yeah repleto de clase y luego tras espetarnos Sayin´ is everything is everything entra la sección de viento con una melodía arrebatadora, de esas que te queda a la primera. El piano añade un matiz chulísimo al tema. Hay un pequeño falsetillo Oh yeah, shut up por ahí como mandan los cánones. ¡Cómo no se van a añadir unas palmas al asunto! Si esto es para perder los putos papeles. Escucharlo bien alto en los cascos me está trastornando. Dura 3 minutos y 26 segundos pero podría alargarse hasta el infinito y más allá. Esto es un  Oh Yeah!!!! más grande que el lago Michigan.

Dedicado al sujeto que me ha grabado este artefacto. ¡Gracias!

Sex, love and rock´n soul



Let's get down now

I hear voices, I see people
I hear voices of many people
(Oh, yeah)
I hear voices, I see people
I hear voices of many people

Sayin' everything is everything
Yeah, oh, yeah

I hear voices, I see people
I hear voices of many people
(Oh, yeah)
I hear voices, I see people
I hear voices of many people

Yeah, they're sayin'
Everything is everything
(Oh yeah, shut up)
Let me do my now

Everything is everything
Everything is everything
(Yeah)
Everything is everything
Everything is everything
(Yes, it is)

Everything is everything
(Yes, it is)
Everything is everything
(You gotta believe it now)

Everything is everything
(Don't you know now)
I say everything is everything
Oh, yeah

Everything is everything
Everything is everything
Everything is everything
Everything is everything

miércoles, 7 de marzo de 2012

Steve Earle. Jerusalem


Cuando en 2002 Steve Earle publicó Jerusalem se armó una buena. Muchas emisoras boicotearon al bueno de Earle, muchos columnistas le calificaron de antipatriota y algunos espabilados se atrevieron a escribir que lo que buscaba Earle era vender más discos aprovechándose de la polémica. Que ya se sabe, eso de mandar mensajes sociales o de “izquierdas” vende. Y no dudo de que lo pueda hacer. Pero el caso de Earle era distinto. Este hombre llevaba más de tres lustros labrándose una sólida reputación como songwriter y desde su vuelta tras pasar unas vacaciones en el trullo había consolidado su carrera con una ristra de discos impoluta: Train a comin, I feel alright, El Corazon, The Mountain, Trascendental blues y este Jerusalem que para mi gusto es su última gran obra. De la que se lío con el tema John Walker Blues paso y más todavía de encasillar a Earle como cantante político. Precisamente uno de los puntos fuertes de Earle como compositor son las letras de variada temática y siempre bien ensambladas con la música. En la faceta literaria Steve es uno de mis favoritos de su generación. Y además de sus canciones ahí está su libro de relatos Rosas de Redención (publicado para Gamutza Azul) para corroborarlo.



Jerusalem es mucho más que un álbum valiente por contener canciones como la que da nombre al disco o John Walker Blues. En las letras hay reflexiones sobre el mundo que habitamos lleno de tragedias pero también con lugar para la esperanza. Porque por muy mal que estén las cosas (y de eso el amigo Earle sabe un rato) siempre hay una brizna a la que agarrarse. Me gusta Earle porque es un tío positivo, real, no se anda con chiquitas y aborda las cuestiones desde la raíz a la vez que sabe buscar ese hueco por el que escaparse. En este disco todo eso está presente aderezado en contagiosas melodías. Siempre me ha gustado ese Earle que canta con rabia, con actitud punk, pronunciando cada palabra con mala hostia como en Ashes to Ashes o Amerika v 6.0 (the best we can do). Un atómico inicio que siempre pongo a máximo volumen. Pero como he mencionado a la parte rabiosa se unen maravillosas melodías como las contenidas en Go Amanda o I remember you. En esta última le acompaña en los coros Emmylou Harris una de las personas que siempre ha apoyado a Earle en las buenas y las malas. The Kind es otra de mis favoritas. Una sencilla y bonita canción. Menos es más.
 


Hay que mencionar a los músicos que acompañan a Earle cumplen a las mil maravillas. Eric “Roscoe” Ambel es otro de esos guitarristas silenciosos con toneladas de talento y que sabe arropar a Earle en los coros, Will Rigby le pega duro a los parches y Kelley Looney sumas sus líneas de bajo con mucho gusto. Earle nunca ha tenido una gran voz pero si una forma peculiar y reconocible de cantar. Uno de los momentos más inolvidables que he visto de cualquier músico en directo es ver a Steve a escasos dos metros de mi, un 16 de agosto de 2003 en la sala Azkena. Impagable oírle cantar John Walker Blues con esa convicción. En el disco los dos temas que menos me gustan son los cortes 6 y 7, What´s a simple man to do? y The Truth. Pero la traca final es inmejorable, Go Amanda, I remember you, Shadowland y la guinda con Jerusalem el tema que da nombre y cierra el álbum. Una de mis canciones favoritas de todos los tiempos. Steve Earle, un músico al que le tengo un cariño especial, un puto crack.


I woke up this mornin' and none of the news was good
And death machines were rumblin' 'cross the ground where Jesus stood
And the man on my TV told me that it had always been that way
And there was nothin' anyone could do or say

And I almost listened to him
Yeah, I almost lost my mind
Then I regained my senses again
And looked into my heart to find

That I believe that one fine day all the children of Abraham
Will lay down their swords forever in Jerusalem

Well maybe I'm only dreamin' and maybe I'm just a fool
But I don't remember learnin' how to hate in Sunday school
But somewhere along the way I strayed and I never looked back again
But I still find some comfort now and then

Then the storm comes rumblin' in
And I can't lay me down
And the drums are drummin' again
And I can't stand the sound

But I believe there'll come a day when the lion and the lamb
Will lie down in peace together in Jerusalem

And there'll be no barricades then
There'll be no wire or walls
And we can wash all this blood from our hands
And all this hatred from our souls

And I believe that on that day all the children of Abraham
Will lay down their swords forever in Jerusalem