miércoles, 5 de enero de 2011

American Beauty

Estas navidades he aprovechado para volver a ver de nuevo unas cuantas películas. Algunas me las se casi de memoria como Atrapado por su pasado o El Padrino y otras no las había vuelto a visionar desde su estreno en cine, caso de Mystic River y American Beauty. En su día esta última me impactó mucho y tal vez hoy aquella sorpresa se ha mitigado un poco pero vista de nuevo me sigue pareciendo una muy buena película que cuenta con uno de mis actores favoritos: Kevin Spacey. Y es que hubo una época en que no había un actor mas cool que el amigo Kevin. Tuvo una racha impresionante con Sospechosos habituales, Seven, Glengary Glenn Ross y American Beauty. Hoy en día no se prodiga tanto en cine (o yo le he perdido la pista) y se ha centrado en el teatro en Londres.
 
American Beauty es a la serie A dos metros bajo tierra lo que Uno de los nuestros supuso para Los Soprano. Alan Ball es el guionista de American Beauty y el creador de la serie y eso se nota. El film supuso en su día un pequeño aguijón en ese manido sueño americano y en hurgar un poco en su revés, destapando sus miserias e hipocresías. Y visto hoy muchos de sus enunciados siguen vigentes. La película cuestiona ese estilo de vida pagado de si mismo, esa felicidad ficticia y ataca con ironía y lucidez. No es un planteamiento nuevo ni original pero si que activa los mecanismos necesarios para remover algo en nuestro interior. Y lo hace sirviéndose de un guión sencillo y equilibrado y de unos actores en pleno estado de forma que dotan de credibilidad a lo que se cuenta. Y ahí uno de los que se lleva la palma es Kevin Spacey. Espectacular tanto en las escenas mas cómicas como en las dramáticas.

Recuerdo entrevistas de la época en la que Spacey señalaba que su referente siempre había sido Jack Lemmon. Desde luego no pudo elegir mejor. Porque al igual que hizo Lemmon en su día en tantas películas Spacey logra con el personaje de Lester Burnham en American Beauty que sintamos una enorme simpatía hacia él a pesar de su gris vida, con una familia difícil de manejar (un explosiva Annette Benning preocupada por las apariencias y el éxito y una Thora Birch en plena tormenta adolescente), un trabajo que odia y muchos sueños sin cumplir. Atrapado en un barrio residencial y como señala en alguna ocasión muerto en vida. El personaje de Spacey encuentra en lo “amoral”, la atracción física hacia una compañera de colegio de su hija y la marihuana que le proporciona su nuevo vecino, un nuevo acicate para vivir, una pequeña salvación. Algo tan sencillo como sentirse vivo.

Sería injusto mencionar sólo a Spacey ya que Annette Benning (Carolyn Burnham) y Thora Birch (Jane Burnham) le dan excelentes réplicas en las escenas domésticas con grandes momentos en las cenas familiares así como Mena Suvari (Angela Hayes) que le provoca unos cuantos sueños sugerentes y liberadores a nuestro amigo. Sin olvidar a Wes Bentley  (Ricky Fitts) el adolescente traficante que le hace conocer nuevas sensaciones contribuyendo a su despertar y a Chris Cooper (Fitts) capítulo aparte para él. Uno de esos actores al que se le puede aplicar eso de “El hombre que nunca estuvo allí”. Un tipo que cuando aparece en pantalla hace que tu atención se centre irremediablemente en él. Una garantía para cualquier director. Sam Mendes sacó provecho de una casting bien elaborado y de un guión con unas cuantas escenas de esas que perduran en el imaginario colectivo.

Aunque sean elecciones obvias dos de mis escenas favoritas son cuando Lester Bunham se despide de su trabajo obteniendo la compensación económica que desea gracias a su privilegiada información sobre los desfalcos de pasta cometidos por el gerente de la empresa en putas y demás y sobre todo esa gran frase que pronuncia cuando va a buscar un trabajo para el que en principio no está llamado, dice Lester: “Quiero un trabajo con la mínima responsabilidad”. En ambas Spacey se desenvuelve como los grandes sin caer en la sobreactuación, ofreciendo veracidad. Otros dos momentos especiales para un rockero como yo son cuando suena American Woman de The Guess Who mientras Lester conduce cantando con entusiasmo la letra mientras se fuma un porro y con The Seeker de The Who en una escena matutina mientras se prepara un sano zumo para iniciar su nuevo yo. Kevin Spacey rockeando!!!!!!!