domingo, 12 de abril de 2015

Clockers

Señalada por algunos críticos como un claro precedente de The Wire, Clockers es una excelente película dirigida por Spike Lee basada en el guión del propio director junto a Richard Price y basada en una novela de éste último. Con Spike Lee no suele haber termino medio. Su cine y su persona aglutinan filias y fobias. A mi me parece un director más que estimable con una filmografía repleta de películas que me han gustado mucho como Haz lo que debas, Malcom X, La última noche, Plan oculto o Summer Of Sam. Como todos los cineastas con una larga carrera también tiene sonoros patinazos y elecciones más que discutibles pero para mi prevalece lo positivo.

Clockers es una de las que más me gusta. La trama se centra en el personaje de Strike (Mekhi Phifer) un vendedor de droga que trabaja para Rodney Little (Delroy Lindo) que le sugiere que se cargue a otro traficante Darryk Adams (Steve White) para ganar puestos en la escala. Adams acabará muerto y los detectives encargados de investigar su asesinato, Larry Mazilli (John Turturro) y Rocco Klein (Harvey Keitel), tendrán diferentes formas de acercarse al caso.

La película es una excelente radiografía de cómo funciona el tráfico de drogas en los barrios marginales de Nueva York y Spike Lee se deja de maniqueísmos y juicios morales para entrar a saco en las vidas de un barrio en el que cada cual se tiene que buscar la vida. Algunos caen en la vida fácil, convertirse en camello, ganar dinero rápido y subsistir y otros toman el camino honrado. No se impone el determinismo social como única explicación a lo que acontece. Y la película va creciendo a pasos agigantados. 

Una de las bazas fundamentales del film, además de la historia en sí, con una intriga desarrollada de forma ágil, es la elección del reparto. Harvey Keitel hace uno de los mejores papeles de su carrera, Turturro es el contrapunto perfecto para el personaje de Keitel, Delroy Lindo está pletórico como siempre y el protagonista Mekhi Phifer sabe meterse en la piel de un joven traficante con ciertas esperanzas y con visión para salirse del agujero donde esta metido. Porque al final hay esperanza siempre por muy jodida que esta la cosa.