domingo, 19 de abril de 2020

Alma Vagabunda. La vida de Curtis Mayfield. Todd Mayfield y Travis Atria

Hace un par de lustros Mavis Staples publicó You´re Not Alone bajo la producción de Jeff Tweedy. Para la promoción de dicho álbum hizo varias entrevistas donde además de vender su último disco hacía un repaso a su trayectoria. En las dos que leí, tanto en Popular 1 como en Ruta 66, Mavis se deshacía en elogios a Curtis Mayfield. Resaltaba sus dotes musicales, señalaba que era un tipo implicado en el Movimiento de los Derechos Civiles y no se cansaba de indicar que era una persona muy dulce, su favorita de los grandes clásicos del soul.  Esa faceta está descrita en Alma Vagabunda. La vida de Curtis Mayfield (Es Pop Edicionesescrito a la sazón por el hijo de Curtis, Todd Mayfield y el periodista Travis Atria. Pero el libro también recoge sin tapujos ni subterfugios su reverso tenebroso, ese lado oscuro que quién más quién menos tiene en alguna medida. 

La carrera de Curtis Mayfield tal vez no sea tan conocida por estos lares como la de otros grandes totems del soul clásico. Seguro que hay más personas que pilotan la obra de Otis Redding, James Brown o de Ray Charles. Incluso en el caso de estos dos últimos gracias a sendas producciones hollywodienses. Pero en términos de influencia en la música popular norteamericana está claro que la importancia de Curtis Mayfield es innegable. Todo eso y mucho mas se cuenta en este fabuloso volumen. Hay que señalar que el encargado de esta labor es alguien que estuvo muy cerca de Curtis, su propio hijo que en general no se corta en glosar tanto los claros como los oscuros. No parece haber habido censura en ese aspecto pero si un poco de contención en asuntos turbios como el maltrato que Curtis infligió a sus mujeres.


Paralela a la evolución musical de Curtis el relato se centra en el contexto social y político. Aquellos fueron años muy convulsos en la sociedad norteamericana y Curtis no fue ajeno a ello, más aportando canciones que se convirtieron en himnos para el Movimiento de Martin Luther King que con una postura proactiva. Siempre tenía el ojo puesto en lo que pasaba y tenía la habilidad para condensar el estado de ánimo de los negros en los escasos minutos que dura una canción. Y lo hacía de una forma sincera y con conocimiento de causa ya que Curtis creció en el guetto, en la más abyecta pobreza. Y de ahí llegó hasta la cima, hasta vivir en la zona noble de la ciudad. 

Este es un aspecto que me ha llamado la atención sobremanera y que marcó para siempre la personalidad de Curtis. Durante muchos años su vida dependió de las ayudas sociales en un entorno familiar desestructurado a más no poder. Un padre que les abandonó muy pronto, una madre con poca personalidad incapaz de evitar que su propia madre le robase a una hija, unos hermanos con problemas. Parece un milagro que de ese caldo de cultivo saliese uno de los músicos mas poderosos del siglo. Un tipo que se aferró a la música como tabla de salvación. Y no sólo lo logró sino que se convirtió en un auténtico pionero. 


El libro hace hincapié y mucho en esta cuestión, en el influjo de Curtis Mayfield en la música popular norteamericana. De hecho Todd Mayfield no se corta a la hora de vanagloriar la importancia de su padre y su enorme influencia en músicos como Jimi Hendrix (claro heredero en su forma de tocar la guitarra), Prince, el Hip Hop de los 80 y 90 o Bob Marley. Y aunque en un momento dado pienso que Todd va a escribir y al séptimo día descanso no seré yo el que rebata ni ponga en tela de juicio ni una de estas cuestiones. 

Es un placer empaparse en libros como este de la poderosa ebullición del soul en aquellos años. Curtis comenzó en The Impressions un combo cuyos comienzos están claramente anclados en el doo wop que poco a poco fue evolucionando hacia tesituras más complejas e igual de atractivas. Y todo salto por los aires con su debut en solitario el seminal Curtis. En esta época se detiene profusamente este volumen, con la inconmensurable labor que llevó a cabo Curtis tanto dando vida a sus mejores obras como colaborando y produciendo a artistas tan interesantes como Donny Hathaway, Baby Huey o The Staples Singers



Igual de importantes son los comienzos de Curtis. Primero como creador de innumerables composiciones que fueron éxito en la voz de otros y después como creador de sus propias obras sin olvidar su faceta como productor. Un aspecto fundamental en el que Todd Mayfield hace hincapié es en el tema de los derechos de autor. En ese aspecto Curtis lo tuvo claro desde el principio la clave estaba en ser dueño de tus canciones. Y así fue siempre. Tomando como referencia los pioneros en ese aspecto, Sam Cooke y Ray Charles, Curtis se forjó una carrera independiente, siempre tuvo el poder de decisión sobre su música y eso es algo que no tiene precio. 

Tal vez porque venía de la más absoluta miseria lo cierto es que Curtis se transformó en un auténtico león que defendía cada dólar con verdadera fiereza. En ese aspecto era implacable. Su relación con el dinero da para mucho en este volumen. De hecho el vil metal es una de las razones por las que acaba mal con mucha gente algo por otro lado muy común en este negocio. También es muy triste leer su devastador final tras el desgraciado accidente en un concierto en NY donde se le cayeron las torres de luz del escenario dejándole tetrapléjico los últimos nueve años de su vida. De nuevo este deleite es posible a Es Pop, se me acaban los adjetivos para calificar la labor de esta Editorial. A sus pies, Oscar Palmer ja ja. 

viernes, 10 de abril de 2020

Conciertos a los que he tenido la fortuna de asistir 2

Estoy aprovechando este confinamiento para escribir algunas cosas y para echarle un ojo a viejos tesoros bien conservados como todas esas entradas que guardaba en un sobre y que luego Su puso en un álbum elegante fuera de mi alcance. Todos esos tickets se merecían descansar en un lugar tan chulo y no en una carpeta cutre. Ya lo mencioné en el post anterior y lo reitero las entradas de hoy en día por regla general no valen un carajo. Y para los fetichistas todo cuenta aunque nada supera a la experiencia de disfrutar en buena compañía de tus artistas favoritos. A la música en directo como a tantas otras actividades le esperan tiempos chungos. Porca miseria.

Pearl Jam 26/05/2000. La primera vez que vi a Pearl Jam fue también en Anoeta presentado uno de mis discos favoritos de la banda No Code. Pero por diversas circunstancias no lo disfruté. Cuatro años después venían con Binaural y a pesar de algunos pitidos cuando interpretaron temas de ese disco guardo un buen recuerdo de un show que fue de menos a más con sesión blues al final enganchada a Smile. Acabaron muy bien.

Southern Culture On The Skids. Kafe Antzokia. 05/09/2000. No es ni de lejos una de mis bandas favoritas pero guardo un recuerdo fantástico de aquella noche etílica en compañía de Su, Ander, Aitor, Bego... Fuimos un puñado y nos lo pasamos pipa. La música de este combo invita a la fiesta. Se me fue la mano sin duda. Al día siguiente falte al laboro. No estoy orgulloso pero así estaban las cosas ja ja. 

Fun Lovin´Criminals. Sala Jam. 04/04/2001 La segunda vez con estos tipos tan buena como la primera con una sala Jam casi a rebosar. Presentaban Loco y antes del concierto le dimos la brasa un poco a Huey que me firmó los discos. Lo vi aferrado a la primera fila e incluso le di un papel a HM con una petición ja ja. Madre mía qué locura. Mucho grande style.

Queens Of The Stone Age. Sala Jam. 19/06/2001 Otra vez en la Sala Jam esta vez si que a reventar y con un buen meneo en las primeras filas. Presentaban Songs of the Deaf. Palabras mayores. Y salio el puto Mark Lanegan. La apoteosis. Jolgorio absoluto. Estaban on fire.


Neil Young & Crazy Horse. Coliseum A Coruña. 21/07/2001 Planifiqué mis vacaciones para ir a ver al Tito Young con eso está todo dicho. Y flipé sobre todo por como cantó el cabronazo. No lo tenía por muy buen cantante y probablemente no lo sea pero el tío se las apaño para hacerlo con clase infinita. Sus compinches lo bordaron también. Repertorio espectacular.

The Jayhawks. Kafe Antzokia. 08/11/2001. Segunda vez con Jayhawks y si vienen mañana vuelvo. Otro conciertazo de no te menees con Steve Wynn de telonero y la banda en plena forma arrancándose con versiones e incluso dando cancha a un tema de Golden Smog, Until You Came Along.

Mark Lanegan. Sala Azkena. Vitoria. 15/12/2001. La segunda vez también con Lanegan, la primera fue en el Centro Cultural de Egia en Donosti. En Vitoria el malcarado presentaba I´ll Takes cares of You. Una puta noche mágica. Y encima nos sacamos fotos y me firmo discos. Increíble ja ja.

The Yayhoos. Azkena Bilbao. 5/05/2002. Otra banda la mar de divertida de ver. Buen rollo, rock´n roll puro y directo. Dan Baird un tipo fiable magnificamente acompañado por Eric Roscoe Ambel. Otra de esas noches en un garito pequeño que recuerdas con sonrisa millonario.

Steve Earle. Azkena Bilbao. 16/08/2003. No cabía un puto alfiler en la Sala Azkena aquella noche. Steve Earle un tipo con un carisma arrollador cargado de inmensas canciones. Uno de los conciertos de mi vida y estaba él sólo con su guitarra y su mala hostia a cuestas. Grande. 

Festival Azkena. Mendizabala 12-13/09/2003. La primera vez que el Festival se celebró en esas campas reunió un cartel de traca. Recuerdo ir corriendo de un escenario a otro con inmensa cara de alegría: Iggy Pop & The Stooges, Steve Earle & The Dukes, Ray Davies, The Jayhawks, Cracker, The Cramps.... La gocé con Ray Davis, volví a sucumbir con Steve Earle esta vez en eléctrico y con la misma mala hostia, de The Jayhawks jamás me cansaré y Cracker me volarón la puta cabeza. Así da gusto, copón.

sábado, 4 de abril de 2020

En memoria de Bill Withers

Ayer murió a los 81 años Bill Withers. La familia emitió un comunicado que decía: Estamos devastados por la pérdida de nuestro amado y devoto esposo y padre. Un hombre solitario con un corazón dirigido a conectar con todo el mundo; habló honestamente a las personas y las conectó las unas a las otras con su poesía y música. Y no se me ocurre una mejor forma de definir lo que me provocaba la música de este hombre. 

Un amigo me descubrió la música de Bill Withers hará unos cinco o seis años. En un cd me grabó sus dos primeros discos o casi porque creo recordar que no entraban todos los temas. Pronto los saboree y me acabaron cautivando. Poco después me compré una edición que reunía esos dos primeros discos. En ambos Withers desarrollaba un soul muy alejado de lo que mis oídos estaban acostumbrados. Nada de sección de vientos y complicados arreglos, todo era más básico con claras raíces folk. Su música va directa al corazón. Durante muchas noches acompañado por una buena lectura lo último que sonaba en mi equipo de música era ese imbatible dueto inicial, Just Am I y Still Bill, sin olvidarnos de su esplendoroso directo en el Carnegie Hall.